El confinamiento de la pandemia y el posterior crecimiento del tráfico web ha supuesto solo la puntilla para una industria que viene pisando fuerte amparada por la Transformación Digital y la tecnificación de todos los sectores.
No sorprende que en 2020 el gasto en ciberseguridad dentro del país alcanzara los 1.381 millones de euros, y que, de acuerdo con la consultora IDC Research, el sector vaya a crecer a un ritmo interanual del 5,8% durante los próximos dos años.
Crecen los ataques, la complejidad de los malwares y el daño potencial de las violaciones. Por eso las empresas cada vez miran más hacia este campo, y por eso el Estado publicó hace unos meses el Plan España Digital 2025, en el que se contemplaban sendas inversiones a tales efectos.
Especialmente interesante es el despunte de la inversión en servicios, responsable del 27% del crecimiento pronosticado, por encima del hardware y otros productos. “La migración de las empresas hacia la infraestructura cloud está definiendo una nueva estrategia de ciberseguridad”, recoge el estudio.
Sea nube o no, a la sombra de este fenómeno impulsado por la digitalización están naciendo multitud de startups dedicadas a contribuir en la maduración de una industria todavía infante.
Así, hoy en MÁSMÓVIL Negocios queremos poner el foco sobre aquellos ejercicios de emprendimiento que más ruido están haciendo en el sector de la ciberseguridad español e internacional.
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Devo Technology
Aunque llevan casi una década recorriendo los caminos de la ciberseguridad, su forma y métodos de proceder siguen respondiendo a las de una startup tecnológica. El pasado septiembre Devo logró cerrar una ronda de financiación de 60 millones de dólares.
Fundada en 2011 por Pedro Castillo, la empresa española que opera desde Reino Unido y Estados Unidos desde 2014, logró disparar su facturación un 90%, y duplicar sus clientes durante el aciago año de la pandemia mundial.
En dos o tres años pretende salir a cotizar en NASDAQ —la bolsa tecnológica de Wall Street— para convertirse en la primera startup nacional que lo logra, de la mano de reputados profesionales de IBM y otras firmas simbólicas del sector.
"Vamos a aprovechar nuestro fuerte crecimiento de ingresos para reinvertir fuertemente en nuestra plataforma”, explica a Bussiness Insider el responsable de Producto Ted Julián.
“El objetivo para este año es facilitar el uso de Devo para que una gama más amplia de clientes pueda ganar valor rápidamente y extender los casos de uso que admite".
¿A qué se dedica Devo?
Tal y como se definen en su web corporativa, son una “empresa de análisis de seguridad y registro nativo en la nube, que permite a los equipos de seguridad y operaciones maximizar el valor de todos sus datos”.
Es decir, aseguran la máxima optimización del proceso de migración a la nube de empresas e instituciones, combinando “visibilidad en tiempo real, análisis de alto rendimiento, escalabilidad, multi-tenancy y bajo coste de propiedad”.
En la actualidad Devo ofrece servicios al ejército de Estados Unidos, como herramienta central de ciberseguridad para la Fuerza Aérea del cuerpo en todo el mundo.
IriusRisk
Lejos del prestigio y los pronósticos dorados de Devo se encuentra esta startup oscense, fundada en 2014 con el objetivo de ayudar a desarrolladores a crear herramientas y aplicaciones bajo el principio de la ciberseguridad.
Es el conocido “Secure by design”, que, renombrada a fin de obtener reconocimiento como “Threat Modeling” ha permitido a sus fundadores cerrar en 2020 una ronda de financiación de nada menos que 6 millones de euros.
En 2017, cuando comenzaban a despegar, lograron recoger 1,5 millones de euros, y en la actualidad cuentan con un equipo profesionalizado de 35 empleados. ¿Cómo han llegado hasta ahí?
Stephen de Vries y su socia Cristina Bentué, trabajaron durante años como hackers éticos desarrollando labores de consultorías para mutlinacionales de gran calado.
Fue en ese periodo cuando se dieron cuenta de que las empresas dedicaban una gran cantidad de dinero, no solo a desarrollar, sino también a corregir los fallos de diseño de las aplicaciones. Ahí vieron una gran oportunidad de interceder como proveedores particulares.
¿A qué se dedica IriusRisk?
Tal y como la define su CEO, IriusRisk es “una herramienta de comunicación para que los expertos en seguridad puedan explicar a los desarrolladores qué será seguro para su trabajo". En la práctica hablamos de una plataforma dedicada con recursos para profesionales.
“Las herramientas y los procesos de seguridad tienen que ser facilitadores del negocio, no bloqueadores, y no pueden ralentizar la velocidad de desarrollo”, recoge el sitio oficial de la compañía.
“Nuestra plataforma se inserta en el flujo de trabajo normal de desarrollo, de modo que la seguridad está realmente integrada y no acoplada”.
Buguroo
Aunque nació hace ya una década, su nombre no suele aparecer en las listas de reconocimiento nacional e internacional. Buguroo, sin embargo, es ya una de las referentes mundiales en ciberseguridad para el sector bancario.
Su ingrediente secreto se llama “biometría del comportamiento” y con él ya protegen a más de 50 millones de personas en Europa y Sudamérica. Es esta prevención del fraude online basado en Deep Learning la que impulsa ahora su expansión hacia otras latitudes.
En 2019, el negocio del emprendedor Pablo de la Riva consiguió cerrar una ronda de financiación de nada menos que 11 millones de dólares. Un año antes sumaba otros 3 millones, y declaraban una facturación anual consecuente de más de 2 millones.
Buguroo ya cuenta con oficinas en oficinas en Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, México, Brasil, y Colombia, y con el apoyo de fondos reconocidos como Eleven Ventures o Inveready.
¿A qué se dedica Buguroo?
Su paraguas recoge todo método tecnológico basado en Inteligencia Artificial, capaz de prevenir y evitar el fraude, pero en 2020, por ejemplo, se encumbraron gracias a un producto capaz de detectar la forma de teclear de los clientes bancarios.
También destaca Fraudster Hunter, una funcionalidad inédita en el sector, que identifica y rastrea los patrones de comportamiento de los defraudadores para identificar escenarios de delito.
En 2020 Buguroo recibió el Premio Europeo a la Innovación Tecnológica gracias a su producto estrella: bugFraud. “Esta solución crea un perfil único a cada cliente que se compara con su comportamiento durante su sesión bancaria”, recoge la web.
Con ello se “permite a los bancos verificar en todo momento si el usuario es quien dice ser realmente y no está siendo manipulado por ciberdelincuentes”.
Blueliv
Echó a andar en 2009, cerró una primera ronda en 2013 de 1,5 millones, recibió premios internacionales del sector en 2016 y 2018, y ese mismo año logró recoger otros 4 millones de una nueva ronda.
Blueliv cuenta en la actualidad con el apoyo de diversas compañías del IBEX-35, y factura más de 5 millones de euros al año, manteniendo un ritmo interanual del 80% desde sus oficinas de Barcelona, Londres y San Francisco.
“A veces tenemos que hacernos pasar por hackers para infiltrarnos en foros y anticipar posibles ataques”, explica su CEO Daniel Solís, en referencia a la herramienta de rastreo estrella de la startup “Nos hemos convertido en los ojos de las empresas en Internet”.
¿A qué se dedica Blueliv?
La empresa española ofrece una plataforma de rastreo en la que es posible detectar todo tipo de amenazas e irregularidades delictivas con potencial para llegar a empresas e instituciones. Lo logran echando mano de la Inteligencia Artificial y del Big Data.
Esta información después se vende a las empresas para que puedan actualizar sus firewalls y a los proveedores de antivirus para que refinen sus productos frente a las tendencias más recientes del cibermercado.
“La arquitectura modular de pago por necesidad, que cubre la más amplia gama de amenazas del mercado, entrega a los clientes inteligencia racionalizada y rentable en tiempo real, respaldada por nuestro equipo interno de analistas”, sostienen.
“Los módulos de inteligencia son escalables, fáciles de desplegar y de usar, maximizando los recursos de seguridad y acelerando la detección de amenazas, el rendimiento de la respuesta a incidentes y las investigaciones forenses.”
Smart Protection
Se han convertido, junto a RedPoint en uno de los mayores referentes de la lucha contra la piratería y la falsificación. En 2020, Smart Protection logró cerrar una ronda de financiación de unos increíbles 10 millones de euros, mientras crecía empujada por la pandemia.
"Las marcas cada vez iban teniendo más presencia en Internet pero el Covid ha supuesto un trasvase brutal del comercio tradicional al ecommerce”, detalla el cofundador Javier Perea.
“Todas las marcas han ido ahí pero están absolutamente desprevenidas. Es un caldo de cultivo brutal para los piratas".
Los clientes de Smart Protection son las productoras, los estudios y las marcas. Es decir, toda empresa que opere en el ámbito digital exponiendo sus propiedades intelectuales y la de sus grupos de interés.
¿A qué se dedica Smart Protection?
La empresa divide sus ramas de negocio en cuatro secciones:
- Brand: “Protegemos productos y marcas de todos los sectores y en todos los ámbitos de uso no autorizado”.
- Media: “Protegemos todo tipo de contenido audiovisuales ante la piratería”.
- Live: “Protegemos eventos en directo y canales de TV de las retransmisiones ilegales”.
- Publishing: “Protegemos todo tipo de publicaciones digitales: libros, revistas, periódicos y comics”.
Lo logran acudiendo al Machine Learning en una plataforma capaz de detectar y eliminar automáticamente las falsificaciones y las violaciones de uso de las marcas en la red.
Su objetivo es “proteger tanto a las marcas del daño reputacional y la pérdida de ventas que provocan las falsificaciones en internet, como al usuario, cada vez más expuesto a este tipo de estafa”.
Emprender en ciberseguridad con INCIBE
Aunque la crisis ha hecho estragos en la capacidad emprendedora española, montar un negocio de ciberseguridad este 2021 no es completamente imposible gracias a la ayuda del Instituto Nacional de Ciberseguridad Español.
Esta institución, además de servicios de asesoría y tramitación, cuenta con tres plataformas y programas distintos para ayudar a aquellos que quieran dar sus primeros pasos en el sector:
- Ciberemprende: programa de incubación con certámenes y premios que van desde los 5.000 a los 8.000 euros. Los eventos son periódicos y notificados en la plataforma para su inscripción.
- Cibersecurity Ventures: programa de aceleración organizado en colaboración con la Junta de Castilla y La Mancha, que ya ha impulsado más de 80.000 startups con vocación internacional.
- #INCIBEinspira: programa de jornadas formativas y pedagógicas con citas repartidas a lo largo del año. El calendario se publica cada doce meses.
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