Incluso aquellas más implicadas con la motivación intrínseca de los empleados se han visto forzados a adaptarse. La crisis de la COVID-19 ha supuesto un varapalo para los Chief Happiness Officers y demás expertos.

¿Cómo asegurar la felicidad de los empleados en una situación así? La incertidumbre económica y la presión psicológica provocada por la pandemia fuerzan ahora a repensar técnicas y estrategias hasta el momento válidas.

Hoy en MÁSMÓVIL Negocios volvemos sobre la importancia de este sentimiento en la productividad, para explorar las nuevas vías de acercamiento que se han abierto durante el complejo 2020.

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La tecnología como principal enemigo de la felicidad

Aunque suene paradójico, lo que para los expertos y las empresas es la principal clave del crecimiento y el éxito para la próxima década, también supone un peligro para la eficacia de los empleados.

Es lo que algunos investigadores han denominado como “tecnoestrés”; un sentimiento de agobio y presión que deviene en tristeza, provocado por la conexión perpetua a herramientas digitales.

El crecimiento forzoso del teletrabajo ha disparado la incidencia de esta lacra entre las empresas, que han ido viendo cómo caía su productividad demonizando únicamente al contexto.

Tal y como recoge Expansión haciendo referencia a un estudio de Nielsen, durante el confinamiento los españoles estuvieron una media de 79 horas a la semana conectados a Internet. Y muchas de ellas se debieron al trabajo remoto.

Uno de cada seis encuestados por el Instituto de Seguridad, Salud y Bienestar Laboral (ISBL) ven en el uso de las TIC “una amenaza psicosocial”. Frente a este problema las empresas no pueden limitarse a esperar que sus trabajadores se adapten.

En este contexto el CHO debe regresar al mismo origen de su posición, para entender cuáles han de ser sus nuevas prioridades. BBVA destaca:

  • Ser conscientes de la importancia de la felicidad.
  • Redireccionar las emociones positivas.
  • Construir relaciones positivas y enriquecedoras.
  • Encontrar nuevos propósitos y trabajar en torno a ellos.
  • Establecer metas para alcanzar el éxito y sentido del logro.

¿No funcionan los sistemas de retribución emocional establecidos? La crisis obliga a repensarlo todo, incluso aquello que mejores resultados daba hasta entonces. Consiste en ser realistas para encontrar una felicidad coherente a las posibilidades.

Motivos para la esperanza: caminar hacia el futuro posCOVID

El problema es manifiesto porque las empresas se han percatado de él. Si bien la importancia de la felicidad ya venía creciendo en la última década, como con tantos otros procesos, la pandemia ha acelerado su peso en la toma de decisiones de las organizaciones.

Así lo señala Accenture en un estudio, que recoge cómo antes de la crisis solo el 35% de los ejecutivos se sentían responsables frente a esta cuestión, y cómo tras ella la proporción aumentó hasta el 50%.

Distintas investigaciones han demostrado que las empresas que se preocupan por el bienestar y la felicidad de sus empleados pueden llegar a incrementar sus ingresos en un 5%. Por eso resulta crucial que los CHO sepan explorar el lado “positivo” de la “nueva normalidad”.

El más evidente de este es la flexibilidad. “Este es un ingrediente que le faltaba a la felicidad laboral para personalizar cada experiencia de trabajo y conseguir atraer al mejor talento", opina Cristina Hebrero, responsable de people & change de KPMG.

Se ha de dar, por tanto, la libertad de elegir a aquellos que quieran teletrabajar y a aquellos que no. Coartar esta posibilidad, tanto en uno como en otro sentido, puede afectar gravemente a la productividad de los que salgan perdiendo.

De la coherencia a la felicidad

Antes de aplicar ningún cambio es crítico pasar por un periodo de prueba. El contexto es desconocido y un paso mal dado puede echar por tierra el trabajo en términos de bienestar de los últimos años.

Se puede medir la felicidad con encuestas o entrevistas, para ir evaluando el efecto de cada propuesta o acción a nivel interno. Con esto aclarado, la empresa debe centrarse en identificar cuáles son las nuevas preocupaciones de los empleados.

Accenture ha encontrado un foco de interés en la salud mental, el tiempo disponible para actividad física y las necesidades de contacto social; aspectos que se intensifican con el modelo telemático y la dependencia tecnológica.

Para los empleados que tienen que ir a la oficina, los factores de infelicidad pueden esta en el estrés del viaje hacia la misma —tanto en coche como en transporte público— y la falta de conciliación en un momento de anhelos familiares.

Para generar confianza entre los empleados y liderar responsablemente, es necesario conocer las emociones de los trabajadores, sus necesidades relacionales, de propósito y físicas también son de gran importancia” sostiene Alejandra Ferraro, ejecutiva de recursos humanos en la consultora.

¿Cómo deberían actuar las empresas? Cada una vive una realidad distinta, y sus medidas habrán de estar diferentes. Y es que, el “se ha visto reflejado en una desescalada en la pirámide de Maslow, donde la seguridad laboral, de recursos y salud ha cobrado más importancia que nunca".

¿Qué están haciendo las empresas para asegurar la felicidad durante la pandemia?

De los primeros meses de impacto y recuperación, el año viró hacia la respuesta de las compañías. En España comenzaron a aparecer todo tipo de programas de incentivos, actividades especiales y esfuerzos en materia de intangibles.

Mahou San Miguel, por ejemplo, creó los “Desayunos con diamantes”, encuentros con referentes de la felicidad y el bienestar para motivar a su plantilla. A ello sumaron sesiones mindfullness, consejos de alimentación y actividad física o servicio de coaching online.

Repsol terminó de virar hacia lo verde adoptando un “liderazgo humanista” que entiende el espacio de trabajo como un lugar diverso y participativo donde cada uno puede desarrollar su máximo potencial.

Bankinter, entidad española sostenida entre mimbres por los ERTE, dibujaba una línea de actuación optimista frente a las oportunidades generadas por la crisis, y anteponía en sus decisiones la salud de los empleados, el propio mantenimiento del empleo y la atención al cliente.

Hebrero, en resumen, antepone como tareas a abordar para asegurar la felicidad de los trabajadores durante la pandemia, los siguientes frentes:

  • Reforzar el sentimiento de comunidad
  • Fomentar la interacción informal
  • Revisar los sistemas de gestión del desempeño y de recompensa
  • Formar a los líderes para gestionar equipos digitales o híbridos
  • Capacitar a los empleados en el nuevo contexto

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Y tú, ¿has logrado mantener la felicidad en la oficina?