La pandemia del coronavirus ha golpeado con dureza la economía española. Sin embargo, ni todas las empresas ni todos los sectores se han visto igual de dañados.

En función del grado de exposición frente al cliente, la restauración, y las cafeterías al frente, se han convertido en esponjas de perjurios sujetos a la evolución de los contagios.

Como espacios de cerrados de potencial contagio, las instituciones se vieron, primero obligadas a cerrar los negocios, y después a reducir su aforo en mayor o menor porcentaje.

Por eso, para los encargados de estas empresas seguir a rajatabla las medidas sanitarias se ha convertido en una prioridad no solo legal; también estratégica, en un contexto de escasas oportunidades y tribalismo competitivo.

Hoy en MÁSMÓVIL Negocios abordamos esta cuestión desde un enfoque tecnológico, con una selección de aplicaciones especializadas precisamente en controlar el aforo.

control de aforo

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Un deber estratégico

A diferencia de lo que sucede en negocios digitales o ajenos al tránsito de las calles, las cafeterías no tienen el control sobre el flujo de demanda. Es decir, que mientras se mantienen abiertas, están expuestas a ofertar el servicio que se les requiera por contexto.

Una tienda e-commerce estará sujeta a la misma obligación, pero su naturaleza deslocalizada le permitirá administrar la demanda de forma programada y consecuente. Cosa, que en el caso de los locales de restauración corresponde a los encargados.

¿Cuánto más mejor? Esta es una pregunta que puede llevar a fracasos estrepitosos si no se responde correctamente. Y es que, aunque más clientes es sinónimo de mayor facturación, el exceso de aforo al mismo tiempo compromete otras variables.

La cafetería tiene a su disposición un número concreto de trabajadores, de recursos y de infraestructuras. Superar la capacidad que estos frentes pueden afrontar, pone en cuestión la calidad del servicio.

El hándicap se podría compensar con bajada de precios y aumento de la clientela, pero al largo plazo la mala reputación del establecimiento terminaría hundiendo todos los números.

 

No solo en detrimento de los clientes

Al perjurio para el consumidor por no controlar el aforo en determinadas situaciones, se suman cuestiones de seguridad y la monitorización del propio negocio.

Soportar un número elevado de clientes deriva inequívocamente en una merma de las garantías de vigilancia que se ofrecen; tanto para la empresa como para el cliente.

Personas que se van sin pagar, usuarios que roban a clientes, posibles conflictos físicos y verbales. Son muchos los peligros que afronta la cafetería en un supuesto así.

Pero es que, además, al no controlar el aforo, el negocio está desaprovechando una valiosa oportunidad de medir la efectividad del Plan de negocio.

¿Cómo sé cuántas personas se ven atraídas por mi marca y mi servicio? Registrar el número de afluencia da pie a la elaboración de estadísticas e informes vitales para la mejora, la corrección y el crecimiento empresarial.

 

Un deber legal

Durante el Estado de Alarma, el decreto ley emitido ad hoc por el Gobierno obligó al cierre de miles de cafeterías en todo el país. En junio, con la llegada de la Desescalada, las limitaciones de aforo se impusieron según el deseo de cada Comunidad Autónoma.

75%, 50%, cierre de barras, mesas al 25%. Dependiendo del peligro de rebrote, cada equipo tomó una decisión distinta. En esa situación, todas las empresas estaban sujetas al mismo marco, y por tanto no cabía espacio para la diferenciación.

Con la llegada de la "Nueva Normalidad" las estrategias particulares volvieron a entrar en juego, aunque no por mucho tiempo. Los rebrotes, especialmente de Madrid y otras grandes urbes, invitaron a recuperar los porcentajes.

 

Y sin coronavirus ¿qué dice la ley?

A nivel privado las limitaciones de aforo van sujetas al tamaño del local, la actividad desempeñada en él y el reglamento autonómico. Resulta complicado esbozar un estándar, y por eso se recomienda consultar con la institución correspondiente en cada caso.

Donde sí impone jurisprudencia el Estado es en el aforo permitido para locales públicos. De eso se encarga el Ministerio de Industria Turismo y Comercio, en la Orden ITC/3708/2006, de 22 de noviembre.

Según esta, a partir de 151 personas de aforo máximo, los responsables de estos sitios están obligados a utilizar sistemas automáticos de conteo simultáneo de entrada/salida.

En las disposiciones del texto se concretan los requisitos que atribuyen al aparato en cuestión propiedades como "intrusivo", "fiable", o "manipulable". En cualquier caso, se fija el margen de error máximo en el 3%.

 

Mejores aplicaciones y softwares para controlar el aforo en cafetería

Para las empresas privadas, por suerte, no existe reglamento cargante ni trabas burocráticas a la hora de seleccionar un proveedor de software bajo libre decisión.

De hecho, la elección de un dispositivo o aplicación para controlar el aforo no está condicionada al cumplimiento de los nuevos reglamentos impuestos por la crisis sanitaria.

Es decir, que cada Gobierno deja a las empresas decidir cómo quieren hacer cumplir la ley, siempre y cuando se ciñan a los porcentajes expresados en cada momento.

En este sentido, las cafeterías tienen dos opciones: o bien optar por apps de conteo, o bien acudir a una empresa especializada con softwares completos y confiables.

 

Contador y GoodCounter

Desde el lado manual destaca, en Android, la app Contador. Con ella se puede asociar valores y métricas personalizadas a marcadores distintos, que, eso sí, habrán de ser controlados por un trabajador de la plantilla.

"Contador es contador-registrador de código abierto para Android", recoge la ficha. "Consigue que contar sea fácil. Puedes tener varios contadores con sus propios nombres y valores. Los valores se pueden cambiar usando los botones de volumen".

El software es completamente gratuito, y ofrece, en apenas unos pocos minutos, la posibilidad de controlar el aforo del local. Eso sí, a costa de perder a un empleado que podría estar destinado a otra tarea más productiva.

Lo mismo sucede con GoodCounter, la alternativa para iOS que también permite contar a las personas que salen y entran de la cafetería por el módico precio de 1 solo dólar.

Los peligros asociados a su uso son los mismos que para Contador; errores humanos del conteo, pérdida de tiempo, fatiga, etc.

Trucos baratos para controlar el aforo

 

Alternativas automatizadas para la cafetería

Cuando el establecimiento tiene un gran tamaño, o tiende a acumular un gran aforo por la localización en la que se encuentra, la opción que encuentran los responsables suele ser la de la automatización.

En el mercado hay presentes empresas que ofrecen servicios gratuitos algo más especializados que las apps para smartphone. Clicker&Go o YetPlan, por ejemplo, ofrecen la posibilidad de elaborar estadísticas, proyectar el aforo sobre pantallas, o incluso pedir cita previa.

Para dar el salto hacia la automatización real y plena, ya hay que apostar por servicios de pago ofrecidos por proveedores especializados. Grupo SPEC o Accesor son solo dos ejemplos, pero existen infinidad.

En este caso, la cafetería interesada ya tendrá que elaborar una estrategia, configurar partidas de gastos, y destinar tiempo y recursos a exprimir el valor aportado por la solución.

 

 

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