Hace apenas unas semanas el Gobierno decidió subir el salario mínimo interprofesional (SMI) a 950 euros. Esta decisión viene a simbolizar el lento pero constante incremento salarial —en 2019 de un 3%— en el que España lleva sumida los últimos años. Las empresas ahora se adaptan y buscan ajustar un parámetro determinante para optimizar rentabilidades.
Y es que, el cruce entre satisfacción laboral y margen de beneficios genera un contexto en el que es muy complejo lograr el equilibrio perfecto. Los factores no solo son múltiples, sino que además cambian constantemente en una realidad sin fórmulas mágicas. La pregunta, así, es recurrente: ¿cuánto debo pagar a mis empleados?
En MÁSMÓVIL Negocios queremos despejar dudas y aclarar incógnitas, con una serie de interesantes pautas y consejos para fijar el mejor salario para tu empresa.
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¿Qué es el salario?
El salario es la retribución monetaria que recibe un empleado a cambio de una prestación. Es periódica, habitualmente mensual y puede variar a lo largo del tiempo. El concepto es básico y conocido por todos, pero su tipología se escapa en muchos casos.
Sí, esta remuneración también se puede clasificar en base a obligaciones legales y objetivos intangibles que se imponga una compañía para con sus empleados. Hablamos del salario fijo y del salario variable; ambos a tener en cuenta a la hora de fijar la banda salarial de tu negocio.
Salario fijo
Es la contra prestación que recibe el empleado por su trabajo. Tiene un carácter fijo establecido en las cláusulas de cada contrato, y es independiente de los resultados derivados del puesto o la actividad de la compañía. Pero del salario fijo también se descuelgan otros factores de productividad que pueden influir considerablemente en una empresa.
La cuantía de esta retribución refleja la complejidad de cada puesto, y, por tanto, las habilidades de cada trabajador. Determina el nivel de satisfacción, e influye en la motivación intrínseca y extrínseca. De hecho, da paso a la creación de una jerarquía simbólica interna entre los distintos niveles administrativos.
Salario variable
Una vez es firmado el contrato, la empresa tiene las manos parcialmente atadas en términos salariales. El salario variable permite al empresario jugar con otras variables para incentivar a sus empleados en base a objetivos personales o grupales.
Al ser un parámetro opcional, la libertad de movimiento ha impulsado a las compañías a operar organizadas por sectores. Es habitual encontrar proporciones fijas y variables en puestos similares de empresas distintas. Aunque son las startups las que están jugando más con este concepto gracias a su flexibilidad y rápido crecimiento.
Salario emocional y otros métodos retributivos
La visión y política empresarial determina en gran medida el llamado "salario emocional"; la contra prestación de toda clase fijada de cara a reconocer y valorar a los trabajadores. Influye igual a otras fórmulas, como los programas de compensación o los pagos de beneficios sociales.
Aquí se contemplan los seguros de vida, el coste de transporte, los planes de pensiones, y el resto de los gastos contextuales no vinculados a actividad económica particular. Retribuciones, todas ellas, que han ido ganando peso en la última década gracias a la flexibilización del mercado laboral salido de la crisis.
Consejos para fijar un salario óptimo
Sea cual sea el enfoque elegido para valorar el salario de tu empresa, existen una serie de pautas a seguir que permiten configurar el coste de esta partida lo más eficientemente posible. El objetivo siempre pasará por conseguir ventajas competitivas; ya sea mediante márgenes y re-inversiones altas, o a través de una mayor productividad de empleados satisfechos.
Estudia el mercado
¿Qué está haciendo la competencia? Contemplar los rangos salariales del sector en el que operas puede servir de guía para establecer tus propios salarios. Esto se evidencia todavía más en el caso de autónomos y emprendedores, dos perfiles que deben moverse en entornos altamente competitivos.
Establece la banda salarial
Para valorar a los candidatos y fijar sus posibles salarios, es importante contar con un rango presupuestario que permita hacer ajustes controlados. Una banda salarial bien justificada te permitirá hacer frente con solvencia a la competencia, y también reconocer talentos particulares con seguridad.
Valora y valórate
Antes de contratar a ningún trabajador, has de conocer la viabilidad del negocio. Esta determinará el número de recursos que necesitas para conseguir objetivos, y el tope salarial que te puedes permitir. Mira hacia la cuenta de resultados, y si eres emprendedor, no ofrezcas más de lo que puedas pagar.
IPC y legislación
Aunque tú tienes el control de lo que se invierte en salarios, existen ciertos condicionantes que no se pueden alterar. Cualquier decisión ha de estar en línea con lo estipulado por la ley, y con las variaciones del índice de precios de consumo (IPC). Un aumento de esta variable implica un mayor coste de vida, y por tanto, una necesidad de aumentar salarios para mantener motivaciones.
Estudia al candidato y el puesto
No solo has de tener en cuenta las competencias básicas del puesto a cubrir. Para fijar el sueldo de tus empleados es importante considerar otros intangibles más subjetivos: capacidad de liderazgo, adaptación a ritmos y equipos, resiliencia, aprendizaje, pensamiento crítico, etc. A este factor se añadirá la oferta y demanda que presente el empleo en el sector; cuanto más demandado, menor será el salario.
Busca un equilibrio
El salario debe permitir a los trabajadores vivir dignamente, motivados, y felices. Pero no hay que olvidar que el fin último de una empresa es ser viable económicamente. Los gastos serán los que determinarán en última instancia cuánto se destina a las retribuciones salariales. Lo que sí puedes contemplar es ahorrar en determinadas partidas para reforzar las contraprestaciones.
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