En la era digital y global, el despotismo empresarial se paga muy caro. Los mensajes vacíos o impostados de nada sirven en unos mercados ultra informados y sensibles a los valores de equidad, respeto y sostenibilidad.
Las organizaciones, lejos de desentenderse de la realidad en la que operan, han de entender, y no solo actuar. Frente a una diversidad cultural innegable, es la tolerancia la que debe servir de pegamento entre valores y comportamiento.
“La gestión de la diversidad cultural en las organizaciones es de suma importancia porque implica la armonización de los diferentes valores, creencias, credos y costumbres, y, en esencia, la identidad humana”, explica el profesor de la UPV José Félix Lozano.
Hoy, 16 de noviembre, la ONU celebra el Día Internacional para la Tolerancia, y desde MÁSMÓVIL Negocios queremos aprovecharlo para exponer la importancia de este principio dentro de las empresas.
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Un pilar fundamental de la Responsabilidad Social Corporativa
Aunque muchas empresas entienden la RSC como una herramienta de fidelización de stakeholders, lo cierto es que este enfoque de gestión va mucho más allá.
Es importante contar con el respaldo de los clientes, socios e inversores, sí, pero no se puede ignorar la necesidad de integrar y cohesionar todos los valores expresados desde el estadio teórico, para traducirlos en un comportamiento ético y coherente.
De ese objetivo depende que los propios empleados de las organizaciones se sientan parte del proyecto, y por tanto materialicen las promesas de los ejecutivos. El respeto se gana con más respeto.
Y en la actualidad, la única manera que tienen las empresas de ganarse la confianza de los empleados pasa por aceptar la diversidad, inculcando la tolerancia como un valor central de toda estrategia de RSC.
Un trabajador implicado estará dispuesto a hacer más esfuerzos por una causa que cree justa, y se integrará mejor con sus compañeros, en términos de colaboración y unidad.
Beneficios de una empresa tolerante
Se ha estudiado desde decenas de ángulos y siempre extrayendo conclusiones positivas para las empresas. La tolerancia no es un simple complemento del código ético, sino que puede llegar incluso a mejorar el desempeño.
Existe un amplio consenso en torno a los efectos que tiene la aceptación sobre la eficiencia y la competitividad; desde los mismos procesos hasta la resiliencia reputacional de las marcas.
“La motivación para gestionar la diversidad es el aumento de la productividad, porque reduce los costes y otorga beneficios asociados al conflicto de la creatividad de la diversidad cultural”, añade Lozano. “Pero sea cual sea el caso, el factor más importante es la rentabilidad de la empresa.”
Angelica de la Vega, responsable de Adecco México, añade también como beneficio una “capacidad de negociación” que facilita “ahorrar conflictos y elevar la productividad”.
Y es que, “la tolerancia permite resolver conflictos con inteligencia y asertividad”, añade. “Un colaborador tolerante es capaz de escuchar y comunicarse con sus colegas sin alterarse. Incluso puede negociar con ellos para que las diferencias no se conviertan en conflictos”.
Aunque no se suele reparar en ello cuando se desarrollan enfoques similares, el popular Team Building y el resto de estrategias de cohesión laboral están, de hecho, apoyadas enteramente sobre la tolerancia.
En esencia se trata de anteponer las personas frente a cualquier otro interés comercial o empresarial. “Las personas y su dignidad están por encima de la rentabilidad, la eficiencia y la productividad”, expone Lozano.
Se trata de “construir un negocio justo en el que los derechos básicos de las personas tengan prioridad sobre la productividad y sean los criterios esenciales para proponer soluciones a cualquier conflicto cultural”.
Algunos tips para garantizar la tolerancia
El primer paso para ser más tolerante consiste en concienciarse de que se desea serlo. No garantiza ningún resultado, pero sí que se está caminando hacia la dirección correcta, y que la empresa es consciente de sus carencias.
A partir de ahí, todos los esfuerzos administrativos han de estar puestos en la construcción de un lenguaje asertivo e inclusivo. En la creación de un canal de comunicación fluido y natural con los empleados.
Parece sencillo, pero no todas las organizaciones están dispuestas a abandonar sus posiciones de poder y control sobre los trabajadores. No debemos olvidar que el diálogo debe partir de la equidad de los implicados.
Lozano recuerda que “el enfoque defiende la aspiración a la simetría para todos que participa en este diálogo (y en una comunidad u organización) en la que la fuerza, la coacción y la imposición son inaceptables.”
En su estudio, el propio profesor de la UPV lista una serie de recomendaciones para lograr instaurar el ambiente de tolerancia en las empresas:
- Sensibilizar y capacitar a todos los empleados en la cultura diversidad: introduciendo este concepto en todas las comunicaciones para hacer conscientes a los empleados de las ventajas del trabajo en equipo.
- Crear foros para el diálogo y proponer encuentros con diferentes culturas: se trata de ofrecer espacios neutrales en los que los trabajadores puedan limar sus asperezas y construir una visión común de trabajo.
- Generar espacios para la meditación y la oración: a fin de tolerar a todos los empleados, se han de ofrecer espacios de respeto religioso alejados de todo sesgo.
- Contemplar festividades de otras culturas en la planificación del calendario de trabajo: no hacerlo puede suponer un agravio para determinados empleados.
- Abordar hábitos de vestimenta y alimentación específica en el comedor de la empresa: se ha de encontrar un punto de acuerdo intermedio que no resulte incómoda para ninguna de las partes.
- Regular la presencia de símbolos religiosos en los espacios comunes: siempre que no se apueste por la eliminación de todos ellos.
La tolerancia no solo se debe tener en cuenta para la integración de diferentes culturas dentro de la empresa. Es aplicable a cada uno de los trabajadores y dinámicas de equipo.
En ese sentido desde Adecco se recomienda aceptar los comportamientos distintos y negociar, escuchar a los compañeros, dar prioridad a la paz y, recordar que la tranquilidad redunda en productividad.
“Las diferencias no pueden etiquetarse como malas, sólo son una muestra de la diversidad entre seres humanos”.
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