La Responsabilidad Social Corporativa es un término que ha ido ganando importancia en la cultura empresarial a lo largo de las últimas dos décadas y define las posturas éticas que asumen las compañías ante los entornos en los que operan.

A través de la misma se pretende reflejar el posicionamiento e implicación de las empresas en temas como la sostenibilidad medioambiental, el buen empleo de los recursos naturales, el desarrollo sostenible, la conservación de los ecosistemas o las obras sociales, entre otros.

Una buena forma de involucrar a las empresas o incentivarlas para que apuesten por estas medidas es mostrándoles los impactos positivos y beneficios -tanto reputacionales como económicos- que pueden llegar a generar. Para lograrlo, es fundamental contar con el apoyo de la dirección, que será el motor de cambio para la transformación desde un modelo tradicional de negocio a otro sostenible en el que se tengan en cuenta a todos los agentes: accionistas, clientes, proveedores, empleados, sindicatos, ONG y comunidades.

La organización ROBECOSAM, especialista en inversiones sostenibles, ha elaborado un estudio en el que mide a los países no por sus riquezas ni por su PIB, sino por aspectos sociales, ambientales o económicos. En él, España se sitúa en el puesto número 24 entre todos los países analizados (hasta abril de 2018).

Si queremos apostar por la RSC como la base constructora de una empresa deberemos apostar por:

La gestión de la ética

Esta suele estar vinculada a las personas y no a las organizaciones, pero cualquier acción negativa -como faltas de respeto o insultos- que aparezcan en los medios de los empleados o directivos afectará a la compañía en y a su situación en el mercado.

Los derechos humanos

Toda marca que respete los derechos humanos, ya sea de forma directa o indirecta, verá cómo mejora su situación en el mercado. Es muy importante que las empresas puedan realizar auditorías internas y que conozcan la situación de sus colaboradores más cercanos.

La filantropía estratégica

Todos aquellos proyectos que estén alineados con la estrategia del negocio repercutirán de forma directa sobre la propia empresa. Un ejemplo podría ser el de los bancos que financian programas de educación financiera a los más jóvenes.

Índices bursátiles selectivos

El mercado bursátil mundial se ha expandido mucho más allá de los principales países, como el Ibex 35 o el Dow Jones. Ahora, estos mismos utilizan medidas que contabilizan los impactos sostenibles, como, por ejemplo, el Dow Jones Sustainability.

El marketing de recursos humanos

Aquí entran en acción todas las aportaciones que van más allá de los aspectos salariales, como las medidas en favor de la igualdad, la diversidad, la integración o la accesibilidad.

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Ejemplos de RSC

Inditex apostó por tres principios: la buena fe hacia los consumidores, el diálogo constante y la transparencia informativa sobre su estrategia de sostenibilidad.

Mercadona, por su parte, promueve las actividades en sus mismas instalaciones y el bienestar social con su apuesta por el ahorro energético o la reutilización de productos de limpieza. También mantiene su compromiso social a través de donaciones a asociaciones como Banco de Alimentos.

Ikea, con la puesta en marcha de "Personas y planetas positivos", ha enfocado su estrategia RSC en mejorar la sostenibilidad en los hogares, optimizar la utilización de los recursos y la energía en sus instalaciones.

Ventajas para las marcas

Ya que podemos poner en práctica acciones que mejoren el rendimiento de la empresa, la situación de la sociedad y del medioambiente, ¿por qué no hacerlo?. Algunos de los beneficios que conseguiremos son:

  • Mejorar el prestigio y reputación de la compañía.
  • Fidelidad de los clientes y proveedores.
  • Aumento de la motivación de los trabajadores de la compañía.

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Y tú, ¿apostarás por la RSC como motor del cambio en tu empresa?