Monedas, contratos, metales, aplicaciones y hasta memes. Desde que apareciera hace una década, y —especialmente— explotara desde 2018, al Bitcoin no han dejado de salirle hermanas.

Son las llamadas altcoins; alternativas alimentadas gracias al código abierto de la invención de Satoshi Nakamoto, que engloban tanto a otras criptomonedas como a los crecientes y populares tokens.

Fue tras la aparición del Ethereum, cuando muchos desarrolladores comenzaron a valerse del fundamento de esta moneda para impulsar la tokenización con “fichas” enfocadas a todo tipo de aplicaciones.

Ya no solo hablábamos de Smart Contracts, sino de intercambios la mar de variopintos. “Un token servirá para aquello que la persona u organización que lo diseñe y desarrolle decida”, explica a BBVA la abogada Cristina Carrascosa.

Así, a principios de este mismo año empezaron a resonar con fuerza tres siglas: “NFT”. En marzo, el artista digital Beeple lograba subastar una de sus obras por 58 millones de dólares. Quién compró no recibió tal dinero, sino un certificado homólogo. Es decir, un NFT.

Esta noticia disparó su popularidad hasta tal punto que medios de comunicación, instituciones y empresas comenzaron a hablar de los Non-Fungible Tokens. ¿Son dignos rivales de inversión o se trata de una simple moda?

Hoy en MÁSMÓVIL Negocios abordamos este fenómeno partiendo desde la misma definición de los NFT, para tratar de proyectar ideas de valor frente a oportunidades empresariales y de inversión.

qué son los tokens

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¿Qué son exactamente los NFT?

Son “non-fungible” porque no se puede intercambiar, es decir, que cada uno tiene un valor único que impide trasladar su uso al que se hace del valor moneda o el bitcoin. Y son “token” porque representan, en fichas, obras o piezas únicas del mundo real.

Estos “tiques”, a diferencia de los que se obtienen al hacer la compra o al acudir a un concierto, son completamente digitales y operan sobre la blockchain de Ethereum, y para gestionarlos hacen falta wallets (carteras) alojados en apps móviles o el mismo Internet.

Al hablar de un NFT nos referimos a un activo cualquiera materializado en ETH. En la práctica “cualquier cosa que se pueda representar digitalmente puede convertirse en un NFT”, apunta el abogado y consultor Moisés Barrio.

Ventajas de los NFT

Visto teóricamente, el NFT no tendría por qué llamar más la atención que cualquiera de las otras ramas de la tokenización que tantas miles y miles de alternativas ofrece en el mercado. ¿Por qué triunfan exactamente estos non-fungible tokens?

Que simplemente se base en la cadena de bloques del Ethereum ya ofrece exclusividad y, aún más importante, seguridad. Ahora bien, si los NFT triunfan es porque el mundo del arte los está adoptando como valores de gran simbolismo.

Influencers, youtubers, músicos, y artistas en general, han encontrado en dicha moda una solución a la crisis de derechos y la mercantilización de las obras en la red.

Tal y como explica Pilar Sánchez-Bleda, de Auren Abogados, los NFT, además de “servir como prueba de autenticidad del bien y de la propiedad”, incorporan “un componente de trazabilidad sobre las transmisiones que se realicen”.

Todo ello permite a los creadores vender sus obras sin necesidad de intermediarios —aumentando márgenes— y eliminando el peligro de la piratería. Desde Rankia resumen las ventajas de los NFT:

  • Estandarización: el valor de las obras de arte radica en su originalidad. Por eso, hasta la aparición de los NFT, había sido imposible trasladar este al espectro digital. Los nuevos tokens permiten esa traducción homogeneizando propiedades, transferencias y controles de acceso.
  • Comerciabilidad: su estandarización facilita su compraventa en cualquier moneda y proceso (subastas, licitaciones, agrupaciones, etc), de cara a traders que juegan en mercados muchos más amplios.
  • Escasez: los Smart Contracts permiten a los autores de los NFT crear un número limitado de obras con propiedades inmutables en el tiempo. La complejidad del blockchain lo hace posible. Por eso se venden tan caros.
  • Programabilidad: su naturaleza digital da pie a una mecánica compleja con infinitud de posibilidades.

¿Los contenidos en Internet no se duplican recurrentemente? Sí, y eso no pueden evitarlo los NFT. Un cuadro de Picasso puede ser imitado cuantas veces se quiera, pero solo uno será el original.

El non-fungible token contiene la propiedad de la obra, incluso aunque el artista pueda retener los derechos (igual que sucede con las piezas físicas). Así, se equipa con un valor cuantioso en el mercado.

Un fenómeno imparable

Ninguna de las explicaciones en torno a su funcionamiento justifica por qué se están gastando decenas de millones de dólares en determinados NFT. Para entenderlo, hay que apostar por un enfoque prospectivo.

El crecimiento de estos tokens se construye, por un lado con los cientos de transacciones de pequeño valor que se producen cada día, y por otro con los grandes movimientos que copan los titulares de la prensa.

Los primeros están protagonizados por compradores que, o simplemente quieren apoyar a sus artistas favoritos, o están inmersos en la digitalización y quieren trasladar ese efecto ya aplicado a sus propios ahorros e inversiones, a la adquisición de obras.

Los segundos los ocupan coleccionistas; individuos que creen que en el futuro los NFT tendrán mucho más peso en el mundo artístico, y compran para vender en los próximos años obteniendo suntuosos márgenes.

Esto es precisamente lo que ocurrió a principios de la pasada década con el bitcoin y los early adopters, considerados entonces como “inconscientes” o “freaks”. Hoy muchos de ellos son multimillonarios.

Solo así se entiende cómo Christie’s vendió recientemente una obra por 69 millones de dólares, cómo el CEO De Twitter obtuvo 2,9 millones de dólares por su primer tuit, o cómo el famoso meme de la chica y el incendio se subastó por 180 ethers (medio millón de dólares).

Hace incluso unas semanas, el emblemático Nyan Cat logró colarse en el FOMO que rodea a los NFT, vendiéndose por otro medio millón de dólares. ¿Dónde está el límite? Objetivamente, cualquier activo digital puede ser tokenizado.

La NBA venden zapatillas exclusivas en NFT, y hasta grandes cabeceras como el New York Times o la agencia Associated Press están desarrollando proyectos en torno a esta gran tendencia.

De acuerdo con L’Atelier, en 2020 el sector de los non-fungible tokens cerró con más de 220.000 cuentas activas —casi el doble que en el ejercicio anterior— y unos movimientos valorados en 251 millones de dólares.

La incertidumbre en torno a los NFT y sus obstáculos legales

Europa todavía no cuenta con un marco legal específico para este tipo de activos. Esto provoca muchas confusiones y vacíos legales interesados relacionados con la propiedad intelectual, los derechos de imágenes, la protección de datos o las mismas garantías de los consumidores.

Paralelamente, cada vez son más las voces que critican los NFT como posible instrumento de blanqueo de capitales y como nuevo puntal agravante al daño medioambiental provocado por la minería de bitcoins.

La Unión Europea está ya preparando un entablado jurídico (el Reglamento MiCA) que marcará un respaldo a comienzos de 2022 para los criptoactivos. Sin embargo, los NFT podrían permanecer algo “móviles”.

No parece que puedan considerarse instrumentos financieros, por lo que quedarían al margen de la legislación del mercado de valores, supervisada por la CNMV”, relata Pablo García Mexía de Herbert Smith Freehills.

“Tampoco estamos ante una criptodivisa, dada su naturaleza no fungible y el no funcionar como medio de cambio, lo que los sitúa al margen de la legislación de pagos, controlada por el Banco de España”.

El régimen jurídico sería el de los derechos de crédito regidos por la normativa general civil. En caso de duda se aplicarían reglamentos estudiando cada situación, con los desarrolladores previendo diseños legales (legal by desing).

En el futuro los NFT tendrán que superar esta indefinición legal propia de los mercados digitales (en constante evolución), la determinación de responsabilidades en caso de fraude o pérdida, y la gobernanza y funcionamiento de cada tipo de blockchain.

Dónde invertir y qué tener en cuenta con los NFT

Si el interés por los NFT radica única y exclusivamente en el lucro y la inversión, es importante tener en cuenta dónde se movió más dinero el pasado 2020. Siguiendo el informe de L’Atelier y BNP Paribas:

  • Metaversos: se movieron 14,02 millones de dólares en compras para mundos digitales.
  • Arte: 12,94 millones en compraventa de obras especialmente nativas digitales, aunque no solo.
  • Videojuegos: 12,9 millones en contenidos o packs específicos de determinados títulos con modelos de pago.
  • Deportes: 7,14 millones especialmente en fútbol, NBA y Fórmula 1.
  • Otros: 8,26 millones repartidos entre coleccionables y utilities (nombres de dominio, entradas de valor añadido a eventos, etc).

Como bien señala el NFT Yearly Report 2020, estos tokens pueden “suponer una fuente de ingresos estable y suficiente para convertirla en una actividad a tiempo completo”. Ya sea como artista, desarrollador de proyectos o inversor.

Lejos de recetas mágicas, para ganar dinero con los NFT hay que comprar barato y vender caro. Pero con algunas precauciones.

  1. No existe un mercado organizado para invertir, y que no hay tanta transparencia como sería deseable. Por lo que hay que actuar con mucha precaución.
  2. Es difícil extraer el valor de los activos: lo normal es que oscilen muy lentamente como hacen en el mundo del arte, pero el FOMO está escudando crecimientos muy rápidos con futuras tendencias a la normalización.
  3. No hay experiencia ni historiales: es un mercado joven en el que no se recomienda el trading a corto plazo.

Para calcular el retorno de las inversiones en NFT es recomendable tanto tener en cuenta la inflación, como analizar al equipo de desarrolladores, la industria, la comunidad, la marca personal del artista, el sector en general y otros factores.

Eso sí, como peculiaridad de los tokens, su valor depende en gran medida de los seguidores que tenga detrás cada proyecto; generarán más o menos expectación y así influirán en sus precios.

Se tiende a aconsejar seguir estrategias conservadoras frente a mercados o productos poco conocidos. Gestionando NFT esa recomendación es aún más importante.

El futuro de los non-fungible tokens es del todo desconocido y ya hay voces de alarma en torno a la burbuja. Bloomberg ha alertado que el precio medio de los NFT cayó un 70% en abril. ¿Se consolidará o tumbará?

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Y tú, ¿ya compras y vendes NFT?