De entre todas las responsabilidades que se intercambian trabajador y empresario en el teletrabajo, el cuidado y la gestión del equipo ofimático, es decir, el ordenador, es quizás la más importante.

Lejos de derechos, controles de rendimiento y horario o incluso salario, sin herramienta de trabajo no hay modelo telemático posible. Es algo que las empresas tienden a olvidar, y que ni el Decreto-ley relativo lo contemplaba más allá del reparto de costes.

En este, de hecho, si quiera se recoge la obligatoriedad de la empresa a impartir formación al trabajador. Por eso son ahora los expertos los que recitan recomendaciones y pautas a seguir para alargar la vida del hardware.

Con un 87% de trabajadores favorables a poder optar al teletrabajo en el futuro, hoy en MÁSMÓVIL Negocios creemos necesario destacar los mínimos a considerar para proteger el ordenador.

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Si puedes empezar desde cero

La ley recoge la dotación de medios necesarios para el trabajo a distancia, pero en muchos casos estos —ya presentes de forma privada por parte del trabajador— son deficientes o insuficientes para la demanda del trabajo.

En tal supuesto la única alternativa para el empleado pasa por ser conservador e insistente en el cuidado del hardware. Sin embargo, la situación más interesante es en la que existe la posibilidad de construir un equipo ad hoc para el teletrabajo.

Para tal situación, PC Componentes ofrece una serie de consejos enfocados a la elección de piezas más interesantes a la hora de construir el mejor puesto telemático:

  • Prioriza el mejor procesador: la CPU es la que se encarga de ejecutar los programas y no se puede actualizarse más tarde. “Para el streaming, conectividad en línea constante, vídeo HD y programas multitarea, se recomienda optar por un chip de al menos cuatro núcleos”.
  • Tarjeta SSD antes que disco duro: el ordenador irá más rápido pese a suponer un mayor desembolso. La unidad SSD ofrece, de media, 10 años de vida, por encima de la caducidad temporada del disco duro HDD convencional.
  • Adapta la RAM al uso: para trabajar en multitarea lo mínimo recomendable sería 8GB de RAM, y en el caso de manejar archivos multimedia muy pesados lo indicado es partir de 16GB. Eso sí, la tarjeta RAM es fácil de cambiar si se queda escasa con el tiempo.

Estas indicaciones siempre han de estar por encima del precio o factores subjetivos. Recordemos que se está eligiendo un ordenador para teletrabajar y que el objetivo es alcanzar la mayor fiabilidad posible.

Si no puedes empezar desde cero: cómo adaptarse y perseverar

A nivel de hardware, y siempre que haya recibido un buen trato, un ordenador portátil puede aguantar perfectamente entre 6 y 10 años”, recuerda Jose Ramón Bernabéu, de la empresa informática Ceminfor.

Aunque se puede teletrabajar tanto con un equipo de sobremesa como con un laptop, lo ideal es apostar por el segundo para disfrutar de mayor flexibilidad. Para, por ejemplo, trasladar más fácilmente el puesto en caso de necesidad.

Hay que tener en cuenta que lo más habitual es la jornada mixta, con unos pocos días a la semana de teletrabajo, y el resto en la oficina. No pocas empresas permiten el BYOD (Bring Your Own Device) a fin de ahorrar costes y certificar la ciberseguridad de la red.

Sí, el uso de un portátil en detrimento del ordenador tradicional supone una reducción de años de vida, pero es un coste de oportunidad asumible. Uno que además se puede abaratar siguiendo ciertas pautas.

Cuidado con el calor

No es extraño que el equipo que siempre ha funcionado correctamente comience a dar problemas al emplearlo para teletrabajar. Esta actividad demanda más recursos y se lleva a cabo durante más tiempo ininterrumpido que el requerido por el ocio habitual.

En este sentido el principal enemigo a batir es la temperatura. “Si el portátil se calienta mucho, normalmente se apaga por sí mismo porque incorpora un mecanismo de apagado para que no se estropee ninguno de sus componentes”, explica Ricard Romero, de Incopyme.

Una señal de alerta infalible es el ruido: si el equipo comienza a vibrar y sonar fuertemente, significa que los ventiladores tienen un exceso de trabajo y que se está sobrecalentando.

Podrías ignorarlo durante un tiempo, pero con la reincidencia del problema llega a deteriorarse tanto la batería como otros componentes. ¿Cómo se puede evitar?

Hay que considerar las dos fuentes principales de calor que recibe el portátil: el propio del funcionamiento y el del ambiente. En ellas influye el tamaño del hardware, pues cuanto más pequeño más se calentará.

Para evitar esto Bernabéu recomienda:

  • No bloquear las entradas de ventilación: se sitúan normalmente en la parte inferior del equipo.
  • Colocar el portátil siempre sobre superficies duras y lisas: huir de las mantas, los sofás o cualquier otro material similar.
  • Apaga el ordenador cuando no se use: por las noches y en periodos largos durante el día.
  • Protégete del sol: si trabajas frente a una ventana, procura bajar el estor o la persiana.

Si aún así sigues sin resolver la cuestión, valora hacerte con una base de refrigeración. Las hay incluso acolchadas, pensadas para ser colocadas sobre las piernas.

Cuidado con los movimientos

Están hechos para ser movidos, pero al mismo tiempo son más frágiles. Un portátil puede averiarse si recibe un golpe involuntario o directamente se cae al suelo. En ese caso el principal afectado será el disco duro, especialmente en los más antiguos.

Los HDD son el clásico con un cabezal y un disco que puede estropearse si recibe algún tipo de golpe”, alerta Romero. “En los ordenadores con discos duros sólidos (SSD) no suelen pasar este tipo de cosas

Huelga, además, destacar el peligro que corre la pantalla en cualquier traslado. A fin de esquivar este tipo de averías:

  • Apaga el portátil antes de moverlo.
  • Si es un traslado fuera del domicilio, evita bolsas o mochilas poco acolchadas.
  • Busca la superficie más estable para depositarlo.
  • No deposites ningún objeto sobre el ordenador.
  • Mantén siempre la tapa bajada.

Mucho cuidado con el ordenador”, destaca, con relación a la seguridad, Juan José Nombela, director de Ciencias de la Computación y Tecnología en UNIR. “No debemos perderlo de vista ni dejarlo en el maletero cuando nos estén viendo”.

La obsesión por el enchufe

Tener una toma de corriente siempre a mano no significa que el portátil tenga que estar cargando durante todo el día.

Una de las principales causas de acortamiento de la vida de la batería es precisamente el abuso del enchufe, y pese a ser consciente de ello, el trabajador no tiene porqué saber cómo gestionar la batería correctamente.

Romero aconseja extraer la batería y seguir trabajando “directamente conectado a la corriente como si [el portátil] fuera de sobremesa”. Si no es posible porque el componente está integrado en el hardware, lo ideal es:

  1. Cargarlo al 100% de capacidad.
  2. Utilizarlo desenchufado hasta, aproximadamente, el 15% de batería.
  3. Repetir la operación.

Al contrario de lo que se piensa, cuando más sufre la batería es en sus niveles más bajos de carga. Manteniéndola siempre dentro de los márgenes se logra prolongar su vida útil.

Esta “se mide en ciclos de recarga”, apuntan Bernabéu. “No hay un estándar que especifique lo que constituye uno de forma detallada, pero se suele asumir que un ciclo de recarga completo se aplica cuando se carga la batería tras descargarse por debajo del 20%”.

Es ahí donde debe estar puesto el foco, pues las actuales baterías de litio ofrecen limitaciones automáticas al llegar al 100% de carga.

Al margen de esto, trata siempre de utilizar el cargador original del portátil y vigila la ya mencionada temperatura para asegurarte de que el rendimiento es el indicado por el fabricante.

Cuida la limpieza

Ya no solo porque esté demostrado que el orden mejora la productividad, sino porque un exceso de suciedad puede perjudicar la condición óptima del equipo.

Bernabéu asegura que “el polvo que se acumula y entra a través de las teclas y otras rendijas del ordenador portátil, puede afectar a su rendimiento y dar problemas a medio y largo plazo”.

Se tiende a pensar en los ventiladores, no obstante, la pantalla también puede ser víctima de la suciedad. “Son muy sensibles a cualquier sustancia líquida, como en el caso de las pantallas LED, LCD o plasma, en las cuales se podrían dañar los píxeles”.

A fin de eludir el problema, es recomendable no comer en el puesto de trabajo. Es decir, evitar llevar alimentos al mismo espacio en el que está instalado el portátil.

Mantenimiento como prioridad absoluta

Puede que no tengas conocimientos técnicos ni conozcas los problemas a los que se enfrenta tu portátil durante el teletrabajo, pero todo se consigue evitar realizando mantenimientos periódicos.

Establece un calendario interno en el que se detallen las limpiezas del sistema de almacenamiento interno (formatear si es necesario), las copias se seguridad y las actualizaciones tanto del sistema operativo como de los controladores y las aplicaciones.

Con el uso tu ordenador portátil se va volviendo más lento, así que es buena idea contar con algún software que limpie el sistema de archivos innecesarios, temporales y duplicados”, apunta Bernabéu. Él recomienda, por ejemplo, Advanced SystemCare 12 PRO, aunque existen muchos otros.

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Y tú, ¿mantienes y revisas tu equipo de trabajo?