Su flexibilidad y capacidad de adaptación las ha convertido en el principal foco de inversión y esperanza para las demandas digitales del futuro. Las startups no han quedado al margen de la crisis, pero la escasez de liquidez no ha revertido en los mismos problemas operativos.
Ahora, los grandes fondos de inversión y otros emprendedores con mucho capital escudriñan el mercado en busca de proyectos y negocios resilientes frente a la crisis, y construidos en torno a las necesidades no solo de hoy, sino también de mañana.
Por ello, hoy en MÁSMÓVIL Negocios ponemos el foco tanto en los sectores con mayor empuje para el 2021, como en las tendencias que aflorarán en el conjunto del ecosistema startup.
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Precaución y promesas
El creciente interés por las startups frente a un mercado cada vez más concentrado no ignora el hecho de que este concepto de emprendimiento continúa ligado a unos niveles de riesgo extremadamente elevados.
Entre un 30 y un 40% de estos negocios echa el cierre en sus primeros cinco años, entre un 40 y un 60% terminan convertidas en malas inversiones, y solo una o dos logran ofrecer retornos suficientes para considerarse exitosos sin miramientos.
Los inversores son conscientes de este hecho, y por eso se muestran más exigentes de lo habitual a la hora estudiar opciones de negocio. Cosa que no ha evitado el crecimiento progresivo del sector en los últimos años.
Es cierto, las startups dedicadas al turismo y la hostelería finalizaron el 2020 con pérdidas. No obstante, tal y como apunta un estudio de Bankinter y El Referente, España terminó el año con la segunda mejor cifra de la historia en términos de inversión: 1.101.757 millones de euros.
Con tal resultado se rompía lo que parecía el inicio de una tendencia negativa en 2019. Para los inversores, la referencia son los 1.227 millones que se cosecharon en 2018, y que apuntan a la mejora objetiva y ajena al contexto de la deceleración o de la pandemia.
Lo que funcionó en 2020: una pista para lo que está por llegar
De acuerdo con el Mapa del Emprendimiento 2020 —un informe que recoge el estado de esta actividad en nuestro país desde hace siete años—, ya son 6 de cada 10 emprendedores los que han creado al menos dos startups.
Es la proporción más elevada de toda la serie, y se alinea con lo reflejado en el ecosistema europeo, el de Estados Unidos e incluso Latam. ¿Por qué es importante? Los autores del estudio han comprobado que el nivel de fracaso disminuye tras cada intento.
De ahí que no resulte sorprendente ver cómo los emprendedores españoles han sabido aprovechar el contexto y apostar por los sectores con mejores previsiones de futuro. Así, hasta un 40% de los que emprendieron en 2020 lo hicieron en el ámbito de la salud.
En términos cuantitativos, el capital invertido en negocios sanitarios ha crecido nada menos que un 78%. El Mapa señala como seguidores de la tendencia campos asociados a los efectos materiales e inmateriales de la pandemia:
- Seguridad
- IA
- Infraestructuras
- Movilidad
- e-Commerce
En esa misma línea, Miguel Vicente, socio del Venture Builder Antai, apunta a otros sectores directamente relacionados con la digitalización que ha impulsado las restricciones físicas.
“Se abren oportunidades en multitud de sectores: el fintech, el insurtech o el proptech, y también el sector salud, el educativo, toda la industria de SaaS (servicios cloud para ayudar a las empresas a digitalizarse, incluyendo por ejemplo a las legaltech), la ciberseguridad o la logística”, apunta.
Posibles tendencias para startups en 2021
Para entender hacia dónde caminará el sector a lo largo del ejercicio hay que centrar una única prioridad: el nuevo consumidor. Los emprendedores deciden y los inversores determinar el ROI en base a estos.
La crisis ha cambiado prioridades y erigido nuevos valores éticos de mercado. Por eso, todo negocio que tenga como objetivo último el servicio al usuario logrará funcionar en el todavía convaleciente mercado español.
Con esa semilla, los factores exógenos generarán la sinergia correcta para impulsar a cualquier empresa. “Esperamos que 2021 sea un gran año para las startups”, apunta Vicente. “Hay más liquidez que nunca en los fondos de capital riesgo”.
“Vamos a ver también más inversiones de los fondos corporativos y más adquisiciones, porque los grandes grupos van a tener más interés en comprar compañías tecnológicas”.
En opinión del CEO de Big Sur Ventures, Manuel Matés, el peso también será de corte digital. "2020 ha sido excepcional en exits, en volumen de venta de empresas tech, y no es una casualidad, ya llevamos varios años en los que estos superan al volumen de inversión”, sostiene.
¿Y qué significará eso para los propios emprendedores? Desde Forbes no se expone un cuadro de análisis tan rotundo. Para Chris Smith, socio gestor de Playfair Capital, las tendencias a seguir serán:
Más complejidad en primeras rondas
El ejemplo más claro lo protagonizará el ecosistema británico tras el Brexit, pero no será endógeno de las islas. La recesión y el crecimiento del desempleo drenará irremediablemente dinero del mercado de inversión en las etapas de business angel y pre-seed.
“Como consecuencia, será más difícil para los emprendedores conseguir su ronda inicial de capital”, sugiere Smith. “Los fundadores que comiencen su andadura en 2021 tendrán que centrarse en crear una empresa lo más sencilla posible”.
Abundancia en fases posteriores
Observando el pico de actividad por parte de los inversores de la serie A —en adelante—, es lógico pensar que el 2021 correrá la misma suerte. Disminuirán las opciones, pero en ellas se depositará más FOMO.
Es decir, crecerá la competitividad sin eso perjudicar a las oportunidades. “Las rondas situarán a los CEOS en el epicentro del espectáculo al hablar de elección de fondos y valoraciones”, añade.
“Podría sucederse una ligera pausa para respirar en los primeros meses de 2021, teniendo en cuenta el fuerte final de 2020 y las limitaciones de capacidad humana dentro de los fondos, pero esto será limitado en el tiempo”.
Tecnología, tecnología y más tecnología
La crisis no ha tratado por igual a todos los sectores, y los negocios altamente tecnológicos o centrados en ecosistemas digitales se han convertido en los grandes ganadores de la contienda. Algo que continuará al menos en el próximo lustro.
Los marcos legales y las tendencias sectoriales orientan las brújulas hacia determinados mercados para el 2021:
- Automatización: el crecimiento se percibirá especialmente en industrias pesadas. “Los retos anteriores en torno a la precisión y los costes se han resuelto gracias a los avances en inteligencia artificial y robótica”.
- Vehículos autónomos: las leyes seguirán restringiendo su implantación, pero la tendencia será progresiva, y no solo en el sector automovilístico. “Los inversores están aceptando que, lejos de las congestionadas carreteras públicas, existen innumerables oportunidades de inversión”.
- Tecnologías básicas: el mantra “si no está roto no, no lo arregles”, dará paso a la digitalización generalizada. Tanto la banca como las telecomunicaciones y otras industrias se abrirán de pleno a las soluciones cloud. “Las inversiones seguirán fluyendo hacia este espacio”.
- Teletrabajo: aunque la utopía digital no ha sido plena, la crisis ha iniciado la migración hacia modelos de desempeño híbridos. Funcionarán todas las soluciones especializadas en dar respuesta a las nuevas necesidades.
- Infraestructuras: las llamadas Infratech vivirán su primavera particular gracias a los nuevos objetivos de emisiones contaminantes, el crecimiento de las energías renovables y la búsqueda la eficiencia. “La adquisición de Spacemaker por parte de Autodesk en noviembre fue un hito para el ecosistema europeo y fomentará más inversiones en este sector”.
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