Las previsiones y conclusiones de las principales instituciones financieras son dramáticas, pero eso no implica que durante la profunda crisis iniciada a causa de la COVID-19 también ha dejado grandes oportunidades.

En los medios de comunicación se ha hablado largo y tendido, primero de las tecnológicas durante la primera cuarentena, y después sobre las farmacéuticas y el FOMO en torno a la carrera por la vacuna.

Sin embargo, este 2020 también ha habido espacio para éxitos empresariales distintos, y además locales. Ese es el caso de Colvin, un negocio volcado a la floristería tradicional, pero construido sobre los mimbres digitales.

Hoy en MÁSMÓVIL Negocios te traemos una historia que desprende astucia, planificación y perseverancia por sus cuatro costados.

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Una semilla de atrevimiento

Comenzó como un pequeño proyecto de emprendimiento, y durante la peor crisis de las últimas décadas se ha convertido en uno de los mayores casos de éxito empresarial en este complejo 2020.

En 2014, Andrés Cester decidió crear junto a dos compañeros un negocio de importación de flores. La idea consistía en transportar el producto desde Latinoamérica, para hacérselo llegar a los estudiantes que vendían flores en la calle por Sant Jordi.

Este proyecto no evolucionó en nada más, pero entrar posteriormente a Holanda, permitió al joven empresario entender cómo funcionaba la industria; descubrir cómo los pequeños agricultores trabajan a merced de un oligopolio formado por unos pocos intermediarios.

Cuando intentamos importar vimos que era raro. ¿Por qué no puedo comprar directamente y tengo que pasar por 300 intermediarios?”, se preguntaba en una entrevista a El País. “¿Y qué valor añaden? Era muy difícil tirar del hilo y llegar al origen”.

Cester dedicó, junto a sus socios Sergi Bastardas y Marc Olmedillo —ahora apartado del negocio, los siguientes años a rumiar el que sería su desembarco definitivo en el sector: Colvin, una floristería online dispuesta a revolucionar el mundo de las flores.

Menos de un lustro después, esta empresa ha llegado a facturar más de 1 millón de euros en un solo día. ¿Cómo lo han conseguido? Aunque la explosión del e-Commerce durante el confinamiento tiene mucho que ver, su receta del éxito está más que planificada.

Un servicio de valor añadido

No bastaba con simplificar y destruir las relaciones de poder cicatrizadas. Para triunfar, Colvin necesitaba ofrecer algo distinto, que permitiera esa disrupción. Y así se fundamentó una marca basada en cuatro pilares:

Nosotros no nacemos como una floristería online, la razón por la que existimos es porque había que repensar los fundamentos de esta industria”, apunta Cester. “Queremos mirar 5 o 10 años atrás y ver que hemos contribuido a ese cambio”.

Nuestras flores son más frescas y más baratas porque trabajamos directamente con agricultores locales”. Colvin logra así ofrecer tarifas hasta un 50% más bajas que la competencia.

No solo lo hacemos para que el modelo sea más sostenible y todas las partes salgan más beneficiadas, sino para romper con el modelo de un sector donde el 60% de las flores del mundo se subastan en Holanda, incluso las que se cultivan aquí”.

Pagos rápidos

Aunque participar del comercio electrónico era fundamental para asegurar la velocidad que demandaban los clientes, los fundadores de Colvin sabían que eso no bastaría para romper el mercado.

Por eso añadieron al servicio calidad, diseño y un trato especial que convertía al producto en una experiencia emotiva. PayPal, el servicio de pagos, terminó siendo el garante de calidad y eficiencia que impulsaría rápidamente el negocio.

La herramienta de la pasarela de pago transmitía mucha más confianza y seguridad que nosotros con el e-Commerce. Fue nuestro primer y fundamental partner estratégico”, apostilla. “Creemos que el cliente siempre tiene razón, por eso hay que ponerle las cosas fáciles y darles lo que piden”.

La mejor experiencia de cliente

Para Cester el cliente es una obsesión. De ahí que a la calidad de las flores se le acompañen otras prioridades ciertamente olvidadas en la industria. Para ello se apoyaron en la tecnología y en la apertura de miras.

En Colvin, además de ofrecer una personalización del producto superior a la media, reducen el periodo de entrega habitual de más de 10 días, a tan solo 4 o 5 días.

Hay algunos ramos que pasan por nuestros talleres, donde hay un equipo de floristas que los prepara y hace las cajas”, relata. “Pero es todo muy fresco, muy rápido, ahí recibimos directamente de los agricultores”.

Otros productos los envía el agricultor directamente. Tenemos cuatro talleres: dos en España, uno en Italia y otro en Alemania, aunque también trabajamos en Portugal”.

Saltándose la estructura cerrada del oligopolio logran:

  • Acortar plazos
  • Abaratar costes
  • Ofrecer flexibilidad de servicio
  • Construir una imagen de marca única

Todo ello, a su vez, revierte en una experiencia de cliente que invita a los compradores a repetir en el futuro.

Flores durante la crisis

La fórmula de los emprendedores posibilitó la consolidación de Cester durante sus primeros años. Sin embargo, si en la actualidad se habla de la empresa es solo gracias al crecimiento vivido durante la crisis.

Fuimos un vehículo para conectar con los seres queridos cuando la gente estaba encerrada en su casa”, explica el CEO. “Ahora, aunque ha bajado la demanda, el crecimiento se ha acelerado”.

Para aprovechar la oportunidad de la cuarentena, tuvieron que montar una operativa especial que ayudara a desatascar el transporte y facilitar las garantías críticas de los agricultores. A juzgar por sus números, lo lograron.

"A nosotros nos compran cuando quieren mandarle un mensaje a alguien, para expresar sus emociones”, apunta. “Nuestro producto es de distanciamiento social, le mandas un ramo a alguien porque no puedes estar con esa persona”.

Nos sentimos con la responsabilidad de atender a los clientes para hacer que ese mensaje llegara”. En un solo día, Colvin logró siguiendo esta mentalidad, enviar más de 40.000 ramos.

Alimento para el futuro

Actualmente Colvin cuenta con una plantilla de 150 personas, tras haber aumentado de tamaño un 15% en 2020, y cerrar una cuadruplicación de la facturación. Además, LinkedIn la catalogó como la segunda startup española más importante del año en su top anual.

No sorprende que en los últimos meses hayan logrado cerrar una ronda de financiación de 14 millones de euros —apoyada por el fondo italiano MIP—, y que desde sus inicios sumen reunidos 10 millones más.

¿Cuál es su futuro? Seguir apostando por los socios estratégicos y por la tecnología, y quizás comenzar a adentrarse en el mercado físico.

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Y tú, ¿conoces otros éxitos empresariales nacidos durante la crisis?