La crisis de la COVID-19 sigue dejando perdedores y ganadores, empresas sin liquidez y negocios impulsados por el cambio de paradigma digital. Flywire está en este último lado de la balanza.

La startup de origen español ha sabido valerse del contexto para colocarse como una pata de emergencia de la globalización y convertirse, de paso, en el tercer unicornio nacional junto a las ya conocidas Cabify y Glovo.

¿De dónde viene esta empresa? ¿A qué se dedican y por qué triunfan? Hoy en MÁSMÓVIL Negocios exploramos la historia de un proyecto que ha revolucionado los pagos digitales e internacionales.

startup española

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De acierto puntual a negocio de éxito

Como viene sucediendo con todos los casos de éxito empresarial, Flywire nace de una casualidad motivada por una necesidad, y se expande gracias a una correcta y constante toma de decisiones estratégicas.

En 2008 el emprendedor valenciano Iker Marcaide se proponía pagar la matrícula de un MBA que quería hacer en el MIT de Massachussets, pero en aquel entonces ese tipo de transferencias internacionales eran lentas y tediosas.

Los estudiantes, que tenían poco conocimiento financiero y necesitaban procesos sencillos y rápidos, se veían enfangados en las dilaciones y la burocracia de los bancos y las instituciones financieras.

¿Cuál podía ser la solución? Marcaide se vio motivado en 2009 a asentar las bases de peerTransfer; una plataforma destinada a los estudiantes en la que se podía enviar y recibir dinero sin tantas trabas; sin oscilaciones de las divisas ni comisiones.

"La visión que tenemos es simplificar el mundo de los pagos”, apunta el actual vicepresidente Felipe Talavera . “Creemos que hay mucha complejidad inherente al sistema y que los usuarios tienen una experiencia de uso malísima; tienen que saber demasiado, hay demasiadas avenidas y cosas nada intuitivas".

La herramienta no tardó en erigirse como un referente entre las universidades estadounidenses, y eso animaría en 2010 a su fundador a consolidar el proyecto iniciando el camino de la financiación.

Rondas y expectación

La primera gran inyección de dinero llegaría en 2011, con una ronda de financiación valorada en 7 millones de dólares. Esta serviría como el pistoletazo de salida para un FOMO que en 2020 ha terminado llamando la atención de Goldman Sachs.

En 2013 el CEO se echaría a un lado para dejar la gestión a manos de Mike Massaro, socio que desde entonces se constituiría como nuevo capitán de la startup. Sería este mismo quien lideraría el cambio de apariencia del proyecto y su constitución final como Flywire en 2015.

Un lustro después, este proyecto valenciano opera como líder Fintech internacional desde Boston, cuanta con más de 500 empleados y posee 12 oficinas distribuidas entre 240 países de todo el mundo.

Más de 2.000 clientes fidelizados y un monto transaccionado que supera los 16.000 millones de dólares gracias al trabajo de su plantilla. Y todo ello sin perder de vista sus orígenes.

Cada oficina es igualmente importante y aporta su fuerza distintivas”, apunta Massaro en Emprendedores. “Nuestra oficina de Valencia, que alberga a gran parte del equipo de ingeniería, es reconocida por sus sólidas habilidades técnicas, una comunidad muy unida y una cultura empresarial innovadora”.

¿Cómo funciona Flywire?

El éxito de la empresa no radica únicamente en su posicionamiento dentro del debilitado mercado financiero, sino también en la calidad de su servicio y en la prevalencia del usuario en el habitualmente obtuso entorno digital.

Como otras tantas Fintech, Flywire nació a la sombra de la disrupción generada por la crisis de 2008, y por el posterior auge de la Transformación Digital. El mundo se globalizaba a pasos agigantados, pero la banca tradicional no era capaz de cubrir los nichos abiertos por Internet.

El negocio de Massaro encaja en esa ecuación sosteniendo de un lado la dinamización internacional del mercado, y de otro la debilidad de los gigantescos y anquilosados jugadores analógicos.

La gente tiene que poder viajar por el mundo sin dejar que las fronteras dicten la manera en que pagan”, recoge la web. “Flywire elimina esos límites con soluciones flexibles que permiten el proceso global de pagos y cobro de cuentas a través de una experiencia transaccional sin fisuras”.

Insights estratégicos

Desde ese planteamiento se proyectan virtudes estudiadas detalladamente para pisar el espacio virgen del mercado:

  • Integración: el servicio se acopla al software específico y los flujos existentes del cliente, para eliminar procesos de adaptación innecesarios. Se trata, en esencia, de renunciar a escalas imposibles, para ofrecer valores a medida en cada una de las industrias.
  • Todo en uno: a diferencia de la competencia, Flywire atiende tanto las necesidades del emisor como del receptor. Acepta, gestiona riesgos y concilia miles de cuentas mientras optimiza la experiencia de pago.
  • Seguridad: frente a las amenazas y los fraudes de la red, Flywire ofrece control y seguridad. “Nuestra red le permite crear y controlar entornos de pago específicos verticales que protegen a los clientes de riesgos y complejidad innecesarios, y les permite centrarse en su negocio principal”.
  • Certeza: la plataforma presume de ofrecer métodos, monedas y términos estables en el tiempo. Es decir, que no varían en tarifa ni costos independientemente del mercado o cualquier otro factor contextual.

Presente y futuro de Flywire

En los últimos años los esfuerzos de Massaro y su equipo han estado volcados a la internacionalización del negocio y la expansión hacia distintos sectores e industrias. De la educación han saltado a la sanidad, la administración y otras tantas organizaciones.

"Ahora, nuestro sistema es capaz de transaccionar todos los pagos de la universidad, no solo los internacionales, sino también la tienda de la universidad, TPV, suministros, salarios... Nos integramos con todos los sistemas”, destaca.

Esta infraestructura sería la que les permitiría conquistar los hospitales. "Pensando en cómo seguir creciendo vimos que podíamos aprovecharlo en otros sectores”, prosigue. “Buscamos pagos con tickets (transacciones) altos y el tema hospitalario era bastante evidente".

Así, en febrero de 2020 compraban la compañía especializada Simplee, y se introducían en 4 de los 10 grupos hospitalarios más importantes de Estados Unidos. Su objetivo a largo plazo pasa por alcanzar los 10.000 millones de dólares en transacciones para este sector.

Turismo y más

Massaro es consciente de la oportunidad que tienen las Fintech pero no ignora los peligros concernientes a una posible burbuja temporal con posibilidad de ser absorbida por las estructuras financieras tradicionales.

Por eso no dejan de ampliar fronteras. Actualmente miran hacia el sector turístico, en el que esperan posicionarse cuando se haya superado definitivamente la crisis de la pandemia, y hacia tecnologías como el blockchain para mejorar el servicio.

"Nosotros lo que hicimos diferente es que teníamos claro que teníamos un mercado global, que nuestro horizonte era el mundo”, apunta Talavera. “Esa manera de pensar es la que nos ha llevado a crecer rápido”.

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