Seguramente habrás escuchado en más de una ocasión los términos leasing y factoring, pero aunque puedan parecer dos conceptos similares son dos tipos de financiación para empresas muy distintas y no pueden darse en las mismas situaciones. Hoy te contamos cuáles son las diferencias entre leasing y factoring.
Definición de leasing y factoring
Leasing
El leasing es una modalidad de financiación también conocida como arrendamiento financiero. Su funcionamiento es muy sencillo: un arrendatario cede todos los derechos de uso de un bien a un arrendador a cambio de una cantidad de dinero fija.
Los contratos de leasing pueden incluir todo tipo de bienes, incluso inmuebles en cuyo caso la duración mínima del contrato será de diez años y, para otro tipo de bienes, este periodo de tiempo se reduce a los dos años.
El leasing tiene una particularidad interesante y es que al término del contrato de arrendamiento, el arrendador tiene la opción de comprar el bien que ha estado disfrutando por un precio residual, es decir, la resta del importe que ha ido pagando mes a mes al precio original del bien.
El leasing es una opción muy interesante para negocios que están comenzando su actividad y que no pueden hacer una gran inversión, por ejemplo, en equipos informáticos e impresoras, hay empresas que se dedican a alquilar estos dispositivos mediante leasing y algunas en la cuota incluyen el mantenimiento de los mismos y después podrás optar a comprarlos.
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Factoring
El factoring es una forma de financiación a corto plazo que aunque está especialmente pensada para grandes empresas, también la utilizan algunas pymes.
En esta modalidad una empresa busca en una compañía de factoring que sea esta quien asuma las facturas generadas por ventas y que sea ella quien, enocasiones, reclame la deuda a la persona a la que le hemos vendido nuestros productos o servicios. Es decir, la persona que tuviera una deuda con tu compañía, pasaría a tenerla ahora con la empresa de factoring.
Como has podido comprobar, las empresas de factoring asumen un gran riesgo y, por ello, existen dos tipos de factoring: sin recurso en el que la empresa de factoring soporta todo el riesgo de que el deudor no pague y, factoring con recurso en el que es el cliente quien asumiría el impago del deudor.
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