"Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica". Esta frase citada por el maestro Borges ilustra muy bien el papel de los bibliotecarios, históricos gestores del conocimiento.
Las bibliotecas han recuperado su protagonismo hasta convertirse en centros para el estudio o la realización de consultas puntuales en libros o ediciones que no se encuentran en Internet, pero siguen siendo igual de necesarias para la sociedad, manteniendo su esencia como lugares destinados únicamente al conocimiento.
Libros centenarios y nuevos se aúnan en un mismo espacio, y son tratados con extremo mimo por los bibliotecarios. En Día de las Bibliotecas hacemos un homenaje a esta profesión de los auténticos guardianes del saber.
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Desde hace 15 años el número de personas que elige dedicarse a ser bibliotecario han descendido en un 80%; de hecho, los matriculados en total en la carrera de Información y Documentación en el curso 2016-2017 fue de 2.001 alumnos, según informa el Ministerio de Educación. Lo que mayoría de los estudiantes no saben es que es una figura bien pagada, y, de hecho, el salario medio se sitúa en torno a los 37.000 euros al año en España.
Las funciones del bibliotecario
Los bibliotecarios realizan más funciones que asegurarse de que todos los libros prestados se devuelven a tiempo. Internet se ha encargado de ofrecerles tareas más variadas. Esta figura vela por acercar el conocimiento a las personas que no cuentan con posibilidades económicas y, de esta manera, evita la brecha digital de la sociedad actual.
Estos profesionales también actúan en el panorama informativo, ya que existe tanta saturación respecto a algunos temas que ellos son los encargados de ofrecer a las personas que acuden a la biblioteca toda la información que están demandando de forma precisa.
El futuro de la profesión
Los ciudadanos requieren a una figura dentro de las bibliotecas flexible, creativa y multidisciplinar. Tendrán que complementarse con las herramientas que ofrece el mundo digital, es decir, del pensamiento crítico para que los usuarios dispongan de información fiable e imparcial. Además, tendrán que adquirir inteligencia emocional para con el público que se acerca hasta los templos de los libros.
El futuro de las bibliotecas pasa directamente por la profesión que ejercen los bibliotecarios. Ellos son responsables de acercar el conocimiento a todas las personas que lo requieran.
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