El brainstorming, también conocido como lluvia o tormenta de ideas, es una herramienta de trabajo muy utilizada en todo tipo de empresas para fomentar la creatividad grupal. Creada en 1939 por el publicista Alex Osborn, que la describió por primera vez en su libro Applied Imagination en 1953, se basa en la exposición grupal de un conjunto de ideas de manera libre e informal.
Esta técnica consiste en desarrollar la imaginación en un clima distendido, elaborando ideas y asociando conceptos, para de esta forma llegar a una idea fija de lo que se quiere explicar. En este proceso se descubren conexiones entre distintas ideas y se da rienda suelta a la creatividad de los participantes. Al colaborar en el desarrollo de las ideas, los trabajadores se sentirán más implicados en la toma de decisiones y se comprometerán más con ellas. ¡Sigue estos pasos para lograr una lluvia de ideas creativa!
Prepara al grupo
Para lograr una sesión productiva de brainstorming, resulta fundamental en primer lugar preparar un entorno cómodo en el que se disponga de todas las herramientas necesarias.
Deberás considerar quién asistirá a la reunión: intenta incluir individuos de distintas mentalidades, que provengan preferiblemente de diversas disciplinas para que la sesión resulte verdaderamente provechosa.
Aunque los participantes en la sesión deberán disponer de cierta información previa, no te excedas: si se les proporciona demasiada puede contaminar o incluso destruir la espontaneidad del brainstorming.
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Presenta el problema
Define claramente la situación que quieres resolver, así como las exigencias que se deban cumplir. Deja claro cuál es el objetivo de la reunión: aportar el mayor número de ideas posible. Pide a los participantes que apunten cuantas ideas se les ocurran, y pídeles que las compartan. Invita a participar libremente a todos los miembros.
Guía la discusión
Una vez que todos los participantes hayan puesto sus ideas en común, comienza una discusión grupal para desarrollar las ocurrencias de cada uno de ellos, y averiguar hacia dónde llevan. Continúa animando a los participantes a aportar y desarrollar las ideas, y asegúrate de que nadie las critica. Confirma que alguien recoge todas las ideas que surjan.
Actúa
Por último, analiza el resultado de la sesión, valora cuáles son las mejores contribuciones, y piensa cómo llevarlas al siguiente nivel.
Existen cientos de aplicaciones que te pueden ayudar en tus sesiones de lluvia de ideas, para presentar de forma gráfica los distintos conceptos como MindMaster, Mindjet...
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