A medida que la población mundial tiende a concentrarse paulatinamente en las grandes urbes, han ido surgiendo cada vez más incógnitas alrededor de cómo hacer frente a este fenómeno y a la vez mejorar la habitabilidad de las mismas.
En mitad de esta ecuación, la movilidad urbana se alza como uno de los principales retos, pues no solo afecta a la forma en la que nos movemos por las ciudades y en los tiempos que invertimos en nuestras labores cotidianas sino también por su enorme impacto ambiental, que afecta directamente a la salud de los ciudadanos.
En los proyectos de Smart Cities estudiados desde los distintos gobiernos y ayuntamientos muchos de ellos abogan por la implantación de mejores sistemas de transporte público y la promoción de transportes alternativos como la bicicleta.
Sin embargo, sea por arraigo o por necesidades particulares, lo cierto es que el vehículo sigue siendo el principal medio de transporte en nuestro país y son pocos los que todavía han decidido desprenderse del mismo.
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Quizás por ello el fenómeno denominado car-sharing haya pisado con tanta fuerza en España. Un término que, aunque menos marquetiniano, en castellano resulta mucho más familiar -y antiguo-: compartir coche. La Asociación Española de Car-sharing lo define como un servicio que ofrece "el uso de vehículos por minutos u horas donde los clientes o socios acceden de forma inmediata al vehículo mediante una tarjeta inteligente o teléfono móvil, previa reserva telefónica o por Internet y pagan solo por el uso real del servicio".
¿Por qué su éxito?
Las principales características que han catapultado la fama de este transporte son evidentes: olvidarnos de la adquisición de un vehículo y sus gastos de mantenimiento -con una mención especial a los problemas de aparcamiento-.
La facilidad de acceso al mismo es uno de sus puntos fuertes, pues solo es necesario un registro previo y el uso de la aplicación. El auge de la fórmula ha traído la consolidación de empresas como Car2Go, Emov o Respiro, con tarifas donde el precio por minuto de uno de estos vehículos lo hacen un gran competidor frente a otras alternativas clásicas como el taxi.
Aunque se trata de una tendencia que poco a poco ha ido afianzándose en nuestro mercado, uno de sus principales retos es ampliar su red a otras ciudades más allá de Madrid, Barcelona, Sevilla y Bilbao y mejorar su intermodalidad en las redes de transporte urbano.
La manera en cómo estas empresas sepan integrar los servicios de valor añadido en su funcionalidad real definirá el futuro de este sector. Mientras tanto, si lo que buscas son soluciones de comunicación a medida recuerda que en MÁSMÓVIL Empresas tenemos el mejor know how para ayudarte. Visita nuestra web o llámanos gratis al 1496.