El desconocimiento, la vocación naíf de los estudiantes, la inestabilidad del mercado o el dinámico desarrollo tecnológico; se mire donde se mire, el contexto actual solo ofrece retos y obstáculos para la relación entre las universidades y las empresas.
Esta situación la padecen tanto los propios jóvenes como las empresas; unos incapaces de encontrar empleos acordes a su formación, y otros obstaculizados por la ausencia de talento en determinados campos demandados por los mercados.
De acuerdo con un informe del Banco de España, la tasa de paro de los titulados superiores españoles se ha duplicado en los últimos doce años —periodo entre crisis— pasando del 5,8% al 9,8% pocos meses antes de la pandemia.
A dicho drama se suma el de la sobrecualificación; un problema que afecta a casi cuatro de cada diez graduados, y el exceso de una oferta educativa que genera efecto llamada taponando aún más las puertas de entrada al mercado laboral.
¿Cuál es la solución? Aunque la mayoría de los factores que manejan los expertos se aleja del campo de acción de los alumnos —fallos estructurales del modelo económico, mala calidad educativa, falta de conexión universitaria-empresarial—, los candidatos siguen teniendo cierto poder.
La mayoría de los empleos del futuro todavía no existen, y otros muchos todavía están cultivándose. En ese sentido, según Cedefop, para 2030 España necesitará que el 65% de los puestos generados correspondan a la Formación Profesional.
Por todo ello, el criterio a la hora de elegir la formación resulta crucial para determinar las salidas laborales que ofrecen las universidades. Hoy en MÁSMÓVIL Negocios respaldamos este enfoque detallando cuál es el potencial de cada una de las ramas educativas ofertadas.
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Ajustar el enfoque y actuar
No es lo mismo estar a las puertas de una carrera tras terminar la EBAU, que pensar en estudiar un máster o un posgrado; buscar una segunda carrera o explorar la idea de reestructurar la carrera laboral.
La edad condiciona las expectativas y ajusta los intereses de forma predictiva. “¿Qué sucederá hoy? ¿Y en dos años? ¿Y en una década?” Salir hoy al mercado laboral, por ejemplo, supone hacer frente a un entorno inestable e incierto.
Tal y como señala un informe de Adecco e Infoempleo, durante el 2020 solo se ofertaron 69.000 empleos, es decir, un 70% menos que en el ejercicio anterior. Los sectores más afectados fueron:
- Hostelería
- Turismo
- Consultoría
- Automóvil
- Metal
Antes de la pandemia, el sector terciario continuaba suponiendo el 54,7% de todas las ofertas laborales. Por detrás la rama industrial copaba el 26,9% de los anuncios, la tecnológica el 13% y el frente de la construcción el 4,2%.
El sector primario, en el que se incluyen las actividades de agricultura, explotación forestal, ganadería, pesca y actividades extractivas permanecía a la cola, representando tan solo 1,3 de cada 100 ofertas.
“Un mercado laboral en plena transformación como el actual necesita profesionales preparados y dotados de las competencias adecuadas para desarrollar sus carreras en un escenario cambiante”, señala el estudio. “En este contexto, la formación juega un elemento clave”.
Así, el nivel formativo solicitado entre las empresas redunda en determinados niveles dependientes de las necesidades que van surgiendo en el mercado. En este momento se distribuye así:
- ESO y graduado escolar – 9,02%
- Bachillerato, BUP y COU – 9,85%
- Grado medio – 15,28%
- Grado superior – 23,48%
- Titulación universitaria – 38,82%
- Máster y/o postgrado – 3,55%
Todos estos datos hay que relativizarlos pues hacen referencia a una fotografía coyuntural concreta. En el futuro, ni la distribución de los sectores y el nivel formativo será idéntico. Los datos al respecto, en tanto que son prescriptivos, carecen de tanto detalle como los actuales.
Puestos de interés para el futuro
Casi todos ellos están relacionados con alguna de las vertientes de la Transformación digital: el blockchain, el Big Data, la Inteligencia Artificial o incluso el Machine Learning. La programación adquiere igualmente mucho peso por su sentido cohesionador en estos campos.
“Los empleos emergentes tienen muchas oportunidades de futuro, sobre todo para jóvenes que están a punto de iniciar sus estudios o profesionales que tienen la intención de reinventarse y reorientar su futuro profesional”, señalan desde Infojobs.
“Otra característica que va indefectiblemente unida a condición de profesión emergente tiene que ver con el sector, que habitualmente está vinculado a la innovación y la tecnología”. El portal de empleo da sentido a estas afirmaciones listando las cualificaciones actuales con más anuncios.
- Especialista en Supply Chain: encargado de gestionar y organizar la adquisición, producción y distribución de los bienes de las empresas. Por el momento solo se puede llegar hasta él a través de un máster de especialización. Tiene un salario promedio de 32.854€.
- Programador Blockchain: dedicados a “agilizar el intercambio de información y activos con valor entre los diferentes agentes que participan en un proceso”. Se puede llegar a través de la Ingenería Informática, las Telecomunicaciones o la Electrónica. Salario promedio de 35.729€
- Marketing digital: abanico más amplio en el que se incluyen graduados de marketing, publicidad, periodismo, ADE y hasta Relaciones Públicas. Requiere una formación constante y se retribuye de media, a 26.579€ anuales.
Otras profesiones que hace unos años eran “emergentes” y que ya están más asentadas, o que van camino de adquirir ese adjetivo son Data Analyst, Data Scientist, Agile/Scrum, Especialista en UX (User Experience), Full Stack, robótica o Cloud Computing.
Estos son los perfiles mejor retribuidos del mercado, pero no los únicos. Para llegar hasta ellos también hay que prestar atención al potencial mismo de los currículos de las universidades.
Carreras con más salidas profesionales
Para predecir cuál es el potencial de las carreras hay que reparar en su empleabilidad, esto es, en su capacidad para introducir a los titulados en puestos de trabajo del mercado laboral. Adecco diferencia las titulaciones en tres sectores:
- Titulaciones de empleabilidad baja: su porcentaje de titulados es superior a la demanda del mercado. Son carreras que ni aparecen en la lista de las 50 más buscadas por las empresas. Hablamos de Artes y Humanidades, Geografía e Historia, Ciencias Políticas o Periodismo.
- Titulaciones de empleabilidad media: la oferta y la demanda está más equilibrada. Destacan carreras como Medicina o Farmacia, Química, Naval y Oceánica o Civil.
- Titulaciones de empleabilidad alta: el mercado las demanda pero las universidades apenas las sirven. Aquí se engloban casi todas las ingenierías, con especial interés por la Informática y la de Telecomunicaciones.
Desde un enfoque general y teniendo en mente lo anterior, las carreras más demandadas por las empresas son Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería Industrial, Ingeniería Informática, doble grado de ADE y Ciencias del trabajo y Comerio y Marketing.
Rama jurídica-social
Dejando de lado la versátil Administración y Dirección de Empresas (ADE) —carrera que absorbe el 10,55% de todas las ofertas laborales—, en este tipo de titulaciones destacan también otras carreras con no poco pedigrí:
- Doble grado de ADE y Derecho – 3,55%
- Ciencias del Trabajo – 3,3%
- Relaciones Laborales – 3,3%
- Recursos Humanos (RRHH) – 3,3%
- Comercio y Marketing – 2,7%
- Economía – 2,1%
Rama técnica
Son conocidas por su complejidad y también por el alto nivel de retribución que suelen ofrecer los empleos del sector. Hablamos de las ingenierías en general, y de las especializadas en particular.
- Industrial – 4,63%
- Informática – 3,78%
- Mecánica – 2,03%
- Electrónica Industrial y Automática – 1,76%
- Electromecánica – 1,44%
Rama sanitaria
Los datos del informe no lo reflejan, pero todas estas titulaciones son las que más se han beneficiado laboralmente durante la crisis de la COVID. En 2019 ya suponían el 15,1% de todas las ofertas de empleo.
- Enfermería – 2,46%
- Medicina y Biomedicina – 1,63%
- Farmacia – 1,06%
- Psicología y Psicopedagogía – 1,04%
Rama científica-experimental
Son titulaciones de recorrido que siempre han mostrado un buen rendimiento de empleabilidad, incluso tras la llegada de la revolución digital e informática. Los puestos son muy especializados y demandados.
- Biología – 0,8%
- Bioquímica – 0,8%
- Biotecnología – 0,8%
- Química – 0,55%
- Matemáticas y Estadística – 0,4%
Especificación ad hoc y separación de moldes universitarios
El reparto restante de ofertas de trabajo se caracteriza, o bien por ofrecer un nivel de empleabilidad prácticamente inexistente, o bien por no especificar en las fichas de anuncio la titulación que se requiere.
Esta última condición es la que comparten el 37,42% de las ofertas; son puestos para los que las empresas no buscan tanto carreras concretas, como sí determinadas habilidades blandas y duras, independientes de la rama de la que se provenga.
El porcentaje ausente lo ocupan el resto de titulaciones universitarias, y no es superior en ningún caso al 4,47% de toda la demanda del mercado laboral. Algo que indica su escaso atractivo frente a los retos socioeconómicos del futuro.
Carreras con menos salidas profesionales
Son todo un clásico de los informes sobre las salidas laborales de los estudiantes. La rama de Artes y Humanidades solo capta el 2,8% de todas las ofertas de empleo, en contraposición del 42,4% de Ciencias Sociales y Jurídicas, o el 36,2% de Ingenierías y Arquitectura.
Dentro de este denostado campo destacan algunas carreras en particular, que siendo pobres a nivel de empleabilidad, están más reconocidas que sus homólogas dentro del mismo campo de estudios.
- Arte y Humanidades – 2,8%
- Filología – 0,5%
- Lingüística – 0,5%
- Literatura – 0,5%
- Bellas Artes – 0,3%
- Diseño – 0,3%
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