Cuando se trata de fidelidad ante de una marca, no solo hablamos de la lealtad de los consumidores hacia un producto o servicio, sino que en este terreno también entran en juego los empleados de la compañía.
El capital humano es uno de los tangibles más importantes de las empresas y por eso, los departamentos de RR.HH. tienen como uno de sus principales retos ser capaces de retener el talento para formar a grandes profesionales que desarrollen su carrera laboral dentro de la compañía.
A raíz de ello, han surgido diferentes herramientas que ayudan en la gestión de personas. Una de las metodologías más destacadas es el outdoor training, una formación experimental que combina juegos y dinámicas de grupo con el objetivo de poner a los empleados en diferentes roles para desarrollar la adaptabilidad y la toma de decisiones.
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Las ventajas del Outdoor Training
Según la Pirámide de Aprendizaje de William Glasser, aprendemos el 20% de lo que oímos, el 50% de lo que vemos y 80% de lo que hacemos. Es por esto por lo que el outdoor training no solo supone una jornada de entretenimiento para la plantilla, sino que el hecho de resolver retos reales aporta otra serie de ventajas que repercutirá posteriormente en el día a día de los trabajadores.
El trabajo en equipo
Todas las actividades requieren de la colaboración de todos los miembros del equipo, por lo que se trabaja directamente la comunicación y la implicación del grupo. En los ejercicios de cambio de roles salen a la luz rasgos de las personalidades de los participantes donde se pueden ver sus fortalezas y debilidades.
El resultado del outdoor training es que los empleados colaboran entre sí potenciando el trabajo en equipo y, además, se fomentan valores de respeto y el compromiso.
Creatividad y reflexión
Los juegos que se proponen en estas jornadas requieren de creatividad y lógica para dar con la mejor solución al problema.
Por un lado, se utilizan herramientas como el brainstorming donde todos los participantes exponen sus ideas hasta dar con la mejor. Por otra parte, la reflexión no solo se refleja en meditar sobre la respuesta al reto planteado, sino que va más allá porque se llega a profundizar en las fortalezas de cada empleado. Esto es algo muy útil debido a que se crean alianzas que se reflejarán más adelante en el terreno laboral.
Combate el estrés
El hecho de que las actividades sean grupales permite que los trabajadores se sientan más cómodos en situaciones de estrés porque cuentan con el apoyo de sus compañeros. Además, se resuelven conflictos en tiempos limitados, lo que mejora las habilidades y el esfuerzo de todo el equipo.
Todas estas ventajas fomentan un sentimiento de compromiso y lealtad hacia la compañía. Además, los empleados aprenden a gestionar nuevas situaciones laborales que le ayudarán en su crecimiento profesional y personal.
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