Gracias a los avances tecnológicos, las tareas que antes eran realizadas a mano se han convertido en procesos totalmente mecanizados y mucho más simples. El ahorro de tiempo y la reducción de errores son algunas de las ventajas que hacen cada vez más necesario el uso de herramientas digitales para el día a día. Sin embargo, existen tareas que, aun teniendo la posibilidad de emplear un sofisticado software, son más sencillas y eficaces realizadas de forma tradicional.
Un caso que genera debate en este aspecto es el de la agenda. Hay puntos de vista enfrentados sobre si es mejor utilizar una de papel donde escribir a mano o una digital. Hoy en el blog recogemos los pros y contras de cada opción.
Agenda digital
En primer lugar, para acceder no tenemos más que abrir el smartphone o smartwatch. En la versión manual, se pierden unos preciados segundos mientras se intenta localizar entre los bolsillos o en el sitio en donde se haya guardado por última vez. Además, a la hora de encontrar un evento o apunte determinado, el móvil permite realizar la búsqueda por términos de forma instantánea, mientras que entre las hojas será más laborioso.
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Respecto a las actualizaciones que se deban hacer en el calendario, en esta opción se suele realizar de forma automática -al reservar un vuelo, Google lo añade automáticamente-. Por el contrario, el diario requiere que toda novedad o cambio sea anotado a mano.
Por último, pero no por ello menos importante, se debe tener en cuenta lo que ocurre en caso de pérdida, ya que, gracias a la nube, se puede almacenar todo el contenido en la base de datos del usuario. En cambio, si se pierde el cuadernillo, se perderá todo lo recogido en él para siempre.
Agenda de papel
El tiempo y el dinero suelen ser factores decisivos a la hora de tomar decisiones. Si en el anterior caso se daba prioridad al factor temporal, en este caso se debe destacar el tema del precio, ya que una libreta no suele costar más de 10 euros, en tanto que casi cualquier aparato tecnológico aumenta con creces dicha cantidad.
Aquí también se suma la ventaja de "ir a tiro fijo", dado que, en la versión electrónica, al tener que acceder al teléfono, pueden aparecer notificaciones de otras aplicaciones que supongan un despiste con el consecuente olvido de lo que se iba a dejar apuntado.
En lo que se refiere al cuidado diario, la agenda de papel implica muchas menos preocupaciones. No hace falta acordarse de ponerla a cargar ni ocurre nada en caso de que se caiga al suelo, al contrario que su opción antagónica, que con un golpe fuerte o la batería descargada ya no puede utilizarse.
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