¿Qué tienen en común AirBnB, BlaBlaCar, JobToday o JustEat? Todas ellas son empresas colaborativas…y las cuatro han tenido un gran éxito. Aunque podría afirmarse que la economía colaborativa como tal existe desde el primer trueque, la eclosión de la empresa colaborativa (o empresa de consumo colaborativo) se ha producido en el actual paradigma económico, marcado por el surgimiento de Internet y las nuevas tecnologías, y con ellos el desarrollo de redes sociales y modelos de consumo inéditos.
El modelo de la economía colaborativa, como su propio nombre indica, se basa en el consumo entre personas; en la colaboración y ayuda mutua. Su enfoque pasa por prestar, alquilar, intercambiar, comprar o vender productos en función de necesidades más que en beneficios económicos. En este marco, los servicios también son considerados bienes de intercambio.
En España, este modelo se dio a conocer en el sector turístico entre los años 2012 y 2013 y se expandió después a sectores como el transporte, las fianzas y la educación, con productos de precios relativamente bajos y accesibles para gran parte del mercado. Según datos de PwC, se calcula que para el año 2025 este modelo de negocio tendrá un impacto mundial de más de 300.000 millones de euros (335.000 millones de dólares).
Por norma general, la economía colaborativa hace uso de plataformas tecnológicas que permiten y regulan las transacciones. Las empresas colaborativas suelen ser organizaciones horizontales, comunidades globales en las que todos los agentes están invitados a interactuar, participar y contribuir al desarrollo de la empresa de manera proactiva y creativa.
Para sus adeptos, una de las principales ventajas de la economía colaborativa es su transparencia. Igualmente, arguyen sus defensores que este modelo ofrece una mayor oferta y mejores precios que la economía tradicional, al tiempo que promueve un consumo razonable, sostenible y beneficioso por tanto para el medio ambiente.
Una empresa colaborativa se caracteriza porque da una solución online a un problema offline. Dentro de esta definición encontraríamos distintos tipos de bienes y servicios, tales como el alojamiento peer-to-peer (entre pares, compartido o P2P) ejemplificado por plataformas como AirBnB; el transporte compartido con BlaBlaCar o Uber; los servicios a domicilio bajo demanda con empresas como Just Eat; la financiación colaborativa mediante servicios como Kickstarter, o los servicios profesionales bajo demanda tales como consultoría disponibles en freelancer.es.
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Pero, ¿cómo generan beneficio económico estas empresas que en apariencia son prácticamente altruistas? Su beneficio proviene de la comisión que se llevan en carácter de intermediadores. Sin embargo, existen diferencias entre el tipo de mediación que realizan. La más común es la redistribución de producto, por la que la empresa es gestora del stock que los usuarios generan. Pero hay otras fórmulas, como el pago por uso o la de aseguradora, en la que la plataforma es avalista de los intercambios.
Este tipo de empresas que escapan a la idea de negocio a la que estamos acostumbrados constituyen un modelo creciente que para muchos puede llegar a transformar por completo nuestra forma de consumir. Muchos expertos comparan la economía colaborativa a un panal de abejas: una estructura resistente que de manera eficiente permite a muchos individuos acceder, compartir y hacer crecer los recursos dentro de un grupo común.
La economía colaborativa se basa en la comunicación y en las plataformas online. Si estás pensando en crear tu propia empresa colaborativa, ¡equípate con la mejor tarifa móvil con internet para empresas! Llama gratis al 1495 o entra en la web y te informaremos.