Los trabajadores son el capital más importante de una empresa: sin ellos, el trabajo no podría salir adelante. Invertir en la formación del personal es una de las estrategias de desarrollo de recursos humanos más efectivas, y resulta fundamental para ahorrar tiempo y dinero para mejorar la productividad.
Mediante la formación del personal la empresa puede alcanzar una ventaja competitiva considerable y mejorar su imagen y reputación corporativa. Según el último Informe Randstad de Tendencias de Recursos Humanos, publicado en 2016, el 44% de las empresas y el 48% de los trabajadores consideran que la formación de la plantilla y el desarrollo son dos de los principales desafíos de las empresas en materia de RRHH.
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La formación está estrechamente relacionada con el tamaño de la compañía. Suele ser mayor en las empresas grandes que en las pequeñas, lo que constituye una desventaja competitiva para las PYMES, cuya dirección debería intentar no quedarse atrás en este aspecto impulsando planes de formación continua. Puesto que son los directivos quienes toman la decisión de formar o no formar y quienes deben comprometerse para que la instrucción se pueda realizar adecuadamente, la actitud de la dirección de la empresa hacia la formación es muy importante. Es esencial desterrar la idea de que "formación" significa "gasto" y asimilar que se trata de una inversión cuyos beneficios se podrán comprobar de manera efectiva a medio y largo plazo. Numerosos estudios lo han demostrado: el capital humano más cualificado genera más ganancias.
La apuesta por la formación afecta de manera directa al trabajador, que se vuelve más autónomo y puede por tanto abarcar nuevas tareas sin necesidad de supervisión constante. El aprendizaje fomenta el crecimiento personal y permite un mayor reciclaje y flexibilidad dentro de la empresa. Esto disminuye la sensación de estancamiento, ya que el empleado puede descubrir nuevas áreas de trabajo o incorporar sus nuevas competencias para mejorar su trabajo habitual.
El Servicio Público de Empleo Estatal tiene un organismo, la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo, destinado a contribuir a la mejora de las competencias de empresarios y trabajadores. Esta entidad facilita ayudas para la formación profesional del trabajador y promueve acciones formativas.
En Internet hay una gran variedad de cursos disponibles que pueden ser útiles para mejorar la formación de tus empleados. Los MOOCs (acrónimo de Massive Online Open Course) son cursos gratuitos impartidos online por más de 700 universidades de todo el mundo, entre las que se encuentran algunas tan prestigiosas como Harvard, Oxford o Stanford. En plataformas como MiriadaX, Coursera o edX pueden aprender sobre Economía, Marketing Digital, Programación y muchas otras disciplinas.
Asimismo, a nivel interno las compañías pueden diseñar sus propios planes de formación en función de sus necesidades y presupuestos. Para ello, primero deben analizar su situación actual para establecer los objetivos y los retos a los que se enfrentarán. A continuación, deberán identificar las necesidades formativas para después plantearse qué contenidos formativos priorizar y establecer la duración, cronograma y modalidad de la formación, así como determinar a quién estará orientada. Por último, y una vez terminado el período formativo, elaborar un análisis acerca de la eficacia de la formación puede ser muy útil para incorporar cambios a los futuros planes formativos.
En definitiva, la formación es positiva tanto para la empresa, que verá aumentada su productividad y beneficios, como para los empleados, que se sentirán valorados por unos empleadores dispuestos a invertir en ellos.
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