Aunque la llegada del coronavirus y la cuarentena ha supuesto ya el cierre de más de 140.000 empresas, la economía sigue funcionando gracias a otros tantos negocios que continúan cerrando acuerdos, produciendo, y sí, contratando a través de la videoentrevista.
En aquellos sectores en los que sigue siendo imposible acudir físicamente al puesto de trabajo, las compañías han decidido apostar también por soluciones telemáticas para facilitarle el trabajo a los departamentos de recursos humanos.
En MÁSMÓVIL Negocios hoy hacemos un repaso a esta forma de contratación que ya venía practicándose, pero que esta resultando fundamental para satisfacer las elevadas demandas de determinadas actividades.
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¿Qué es una vídeo-entrevista de trabajo?
Si bien puede sonar a Perogrullo, la videoentrevista no es simplemente la entrevista a través de videollamada. El cambio de formato implica una reestructuración casi completa de la propia cita, tanto para la empresa como para el candidato.
La distancia impide valorar determinadas aptitudes, y fuerza al entrevistador a identificar otras virtudes más sutiles para las que debe estar preparado. No es un contexto improbable, sino que ahora miles de organizaciones lo afrontan aprendiendo sobre la marcha.
Todavía no existen cifras exactas del número de trabajadores españoles acogidos al teletrabajo durante la cuarentena, pero en 2019 el monto acumulado ascendía hasta el 7,9% (1,5 millones de personas), y ahora se prevé que ese porcentaje se ha multiplicado exponencialmente.
La videoentrevista supone una de las pocas, sino la única, solución para permitir al tejido empresarial seguir funcionando con aparente normalidad, mientras se respetan las normas impuestas por el Estado de Alarma.
¿Cómo se lleva a cabo una vídeo entrevista?
En una entrevista convencional el control del entorno corre a cargo exclusivo de la organización. Sin embargo, en la videoentrevista parte de la responsabilidad también recae sobre el candidato.
No existe una herramienta ideal para llevarla a cabo, pero para este propósito se pueden utilizar tanto cualquiera de los programas de videollamada que tan populares se han hecho durante el confinamiento, como algún software especializado. Y el proceder, así, sería sencillo y lógico.
El responsable de recursos humanos debe dejar bien claro, en todo momento, la hora y el día de la cita, los requisitos del puesto, y la disponibilidad del mismo. En una contratación convencional, este último plazo puede extenderse hasta varios días, pero en términos telemáticos, la incorporación suele producirse casi de forma inmediata.
Para el momento de la cita, es importante que ambas partes hayan asegurado tanto la conexión a Internet, como el funcionamiento de la cámara —enfoque y configuración— y del micrófono. Resulta clave la elección del lugar de la casa llevar a cabo la llamada, pues los ruidos y la iluminación son elementos a tener en cuenta.
Particularidades de las vídeo-entrevistas
Con todo ello asegurado, es el momento de mentalizarse. De media, las preguntas en una videoentrevista suelen oscilar entre los 30 segundos y los 2 minutos. Se ha de ser, por tanto, increíblemente conciso; el empleador debe saber qué quiere conocer, y el candidato tratar de evitar muletillas y divagaciones.
Ahora bien, el formato permite valorar más aspectos que el lenguaje o la resolución interpersonal. La vestimenta puede condicionar los juicios de valor, mientras que la gesticulación del rostro puede llevar a malentendidos o ideas equivocadas.
De esta manera, la clave del proceso será la actitud. El candidato convencerá más si mira a la cámara directamente al hablar, y si se muestra risueño pero formal. Por su parte, el empleador atraerá si huye de formalismos burocráticos e intenta empatizar.
Ventajas para las empresas
El principal aliciente para adoptar esta modalidad de contratación es obvio: el costo. Al propio ahorro asociado al teletrabajo, se le suma otro derivado de la rapidez y facilidad para ejecutar una entrevista. Sin más necesario que un equipo ofimático y una conexión a Internet.
El ahorro, sin embargo, no es solo económico. También lo es de tiempo. El responsable de recursos humanos no necesita interrumpir su jornada para entrevistar a candidatos, y la empresa no se ve forzada a destinar recursos añadidos para esta cuestión.
Además, otra de las ventajas asociadas a la videoentrevista, en la que no se suele reparar, es la posibilidad de controlar el proceso de forma multilateral. Es decir, que la decisión de contratar o no recaiga, no solo en el entrevistador, sino también en otros responsables de la propia organización.
Durante la llamada pueden conectarse a la misma otros managers de forma oculta, o bien, se puede programar la grabación de esta para su posterior valoración a nivel interno. De esta manera se reduce la subjetividad inevitable, y se aumenta la fiabilidad para la empresa.
El fordismo de la contratación
En algunos sectores con demanda estacional de personal, o con puestos de trabajo puramente físicos, se está revalorizando la videoentrevista pregrabada. La empresa prepara la mencionada entrevista con antelación, y la envía a todos los candidatos al mismo tiempo.
Este sistema le permite a la organización entrevistar a cientos de personas de forma simultánea, con el consecuente ahorro logístico. ¿Es sencillo? No, y conlleva una serie de peligros, pero elimina barreras hasta ahora infranqueables en la contratación tradicional.
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