Si algo es característico del verano son los helados. Este dulce nos ha acompañado desde que somos pequeños refrescándonos los días más calurosos del año y todos, en algún momento, hemos vivido la indecisión de tener que escoger entre multitud de opciones.
Cada vez es más habitual encontrarnos con establecimientos que ofrecen helados artesanales, pero los clásicos del verano llegaron para quedarse y, además de haber marcado nuestra infancia, a día de hoy siguen siendo los favoritos entre los más pequeños. Hablamos de Calippo, Frigo pie, Drácula o Twister, los helados que marcan a generación tras generación.
Todos estos polos son creaciones de la marca Frigo y sus orígenes se remontan a 1976 cuando la industria heladera se encontraba con el desafío de revolucionar su carta por ser muy poco sofisticada.
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1977. Drácula
El primero de los éxitos vino del reto de diseñar un polo que rompiera con la cultura heladera establecida. El equipo encargado realizó un diseño que pintaba la lengua de color rojo y que contaba con una mezcla de sabor vainilla, fresa y cola. Este invento se llamó Drácula y, a día de hoy, 40 años más tarde, sigue comercializándose.
1983. Frigo pie
Para mucha gente, el mejor helado del mundo. Llegó de la mano de una empresa italiana que hacía moldes tridimensionales. Su predecesor fue el Frigo dedo y, tras el éxito alcanzado, nacería Frigo pie. La realidad es que a la gente le parecía gracioso el hecho de tomar este tipo de formas. Además, fue la primera vez que se registró el nombre de los helados.
1984. Calippo
Un año más tarde, llegó a la carta Calippo por la necesidad de tener que reinventarse ante el auge de las bebidas carbónicas, las cuales llenaban el estómago y hacía que se consumieran menos helados. Un equipo especializado de ingenieros, marketing y producción inventó este polo tan peculiar: era el primero que no tenía palo. Este envase se diseñó así para asemejarse a las latas de refrescos.
Hoy nos parece muy normal, pero antes los consumidores rompían el envase para poder tomarlo. De hecho, se realizó publicidad en televisión explicando cómo funcionaba y resultó ser de gran éxito, tanto fue así, que los heladeros iban directamente a la fábrica a reponer la mercancía y no esperaban a recibirla en su propio establecimiento.
1986. Twister
Twister fue uno de los inventos de Frigo más revolucionarios porque era el primero que entrelazaba tres colores distintos en un mismo helado. Este invento llegó de la mano de un científico británico que disponía de una maquina que permitía hacer esta mezcla.
Sin embargo, no todo fueron aciertos en la historia de Frigo. Hubo otros helados que no duraron mucho en la carta y que estaban destinados al fracaso como El Boomy, cuya producción era demasiado lenta para tratarse de una producción masiva; Strabik, por su diseño tan extraño; o Tubi Tabi, porque no gustaba el sabor que tenía.
Aun así, el éxito de Frigo es indiscutible y a lo largo de su historia ha creado otros helados que han triunfado, aunque no se contemplen entre 'los clásicos'. Destaca el Frac, el cual estaba enfocado a adultos con el objetivo de que se consumiera después de verano y que fue el antecesor del Magnum.
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