Nacieron hace casi tres décadas, y se han convertido en un estándar de servicio en casi todos los sectores que operan de cara al público. El código QR es un mínimo que se exige a empresas con intenciones promocionales.
Con las restricciones impuestas a causa de la crisis sanitaria, este tipo de tecnología ahora gana enteros, como herramienta que permite ofrecer información importante a clientes sin necesidad de interactuar físicamente con ellos.
Hoy en MÁSMÓVIL Negocios repasamos la historia del código QR y explicamos cómo se puede obtener uno para la empresa que lo desee.
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¿Qué es un código QR?
Abreviatura de Quick Response Code, el QR es la evolución del tradicional código de barras que todavía se encuentran en gran parte de la actividad comercial.
En términos técnicos vendría a ser un módulo que almacena información en una matriz de puntos o en un código de barras bidimensional.
Esta encriptación se lee por un dispositivo móvil o por un lector específico, y permite al hardware externo conectar con una URL que previamente ha sido asociada al código.
Se utilizan habitualmente el negro y el blanco para conformar la matriz, por ser los colores que mejor contrastan entre sí, aunque también es posible confeccionarlo con otras tonalidades.
Esa flexibilidad de formato también se aplica a las dimensiones, habiendo hasta diez versiones diferentes (21 x 21 o 177 x 177 módulos). A mayor tamaño mayor cantidad información, aunque los códigos más extendidos son los de 25 x 25 y los de 29 x 29.
Su historia
A finales de los años 80 el código de barras estaba implantado en todo el recorrido de la cadena de valor; fabricación, distribución y venta. Sin embargo, la industria había llegado a un estado de tecnificación que requería un nuevo sistema.
El código tradicional tenía una importante limitación de almacenaje, y el paso de la fabricación en masa a la fabricación horizontal y flexible no le favoreció.
Así fue cómo en 1992 Grupo Toyota encargó a Denso, una subsidaria dedicada a la producción de escáneres de códigos de barras y dispositivos OCR, que desarrollara herramientas capaces de leer con más rapidez.
El ingeniero Masahiro Hara lideró entonces un equipo con otros dos expertos para tratar de idear un nuevo lector capaz de responder a la demanda creciente de información. Pero no tardó en percatarse de que era imposible.
Fue así cómo se comenzó a gestar el germen del código QR: una adaptación del código de barras tradicional, que añadía la dimensión "localización" y reducía la superficie de la matriz con mayor capacidad.
El nuevo sistema podía leer códigos a más velocidad, y acortaba los plazos de fabricación en las plantas de Toyota. Dos décadas después, esta idea está presente en todos los sectores, con millones de usuarios registrados.
¿Cómo se obtiene un código QR personalizado?
Tarjetas, tickets de compra, logotipos, cartas. A principios de la pasada década vivieron una época dorada, a la que le siguió un periodo de escepticismo que todavía persiste en 2020. ¿Funciona realmente el código QR?
Los expertos en marketing aún no se ponen de acuerdo, pero dónde sí existe consenso es en su utilización; sin retornos confiables, la inversión necesaria para implementarlo es mínima. Y eso ya lo hace interesante.
Basta con contar una web o un sitio al que redirigir, y tener un mínimo de conocimientos para saber manejar las herramientas que ofrecen desarrolladores en la red.
1 – Escoge un programa
Para generar un código QR personalizado es necesario hacer uso de algunos de los programas especializados. No existe uno mejor que otro, y su elección dependerá de cómo se ajuste la interfaz a las necesidades de la empresa.
Eso sí, hay que tener en cuenta que algunos permiten la monitorización del propio código mientras que otros priman la rapidez y la sencillez.
2 - Diseña y enlaza tu código QR
Depende el programa, pero en este punto tendrás que seleccionar el tipo de contenido que quieres enlazar (una web, un teléfono, un correo, etc), e insertar la URL correspondiente.
Algunas herramientas permiten personalizar el código QR con colores, dimensiones y otros parámetros estéticos, pero nada de esto influye en el rendimiento de la matriz.
3 – Prueba el código con lectores
Al igual que existen muchas opciones para crear el código, también hay disponibles diferentes lectores.
Aunque en teoría el generador no debería haber fallado, dependiendo del uso que se le quiera dar al código pueden surgir problemas de formato o adaptación.
Es importante tener claro cuál va a ser el valor que se quiere obtener del código, y a partir de ahí definir qué dispositivos podrán leerlo.
Para ello puedes recurrir a algunos de los lectores más reconocidos:
Recuerda que ahora la gran mayoría de móviles pueden leer códigos con la cámara integrada, y que lo interesante sería permitir que la mayor cantidad de personas posibles accedan a la información.
Monitoriza el rendimiento
El código QR no deja de ser una herramienta más de marketing, y como tal debe demostrar un rendimiento sostenido en el tiempo.
El tipo de usuario, el medio, la cantidad de tráfico, los picos y los valles. Toda información será útil para conocer si la landing page se está viendo o no beneficiada de este plus de alcance
En el caso de que se esté utilizando analíticas de marketing de ciclo cerrado, puede resultar útil incluir un código de seguimiento UTM en la URL asociada al código.
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