No existe un cliente más fiable y ventajoso que la Administración. Pero esa oportunidad también supone un arma de doble filo para aquellas empresas que se lanzan al interesante y particular mercado de la licitación pública.
Los requisitos de las instituciones a la hora de conceder presupuestos para suplir determinados servicios son increíblemente exigentes, y los concursos siguen unos pliegos en ciertos casos muy complejos.
Por todo ello en MÁSMÓVIL Negocios queremos repasar los conceptos y las bases más importantes a seguir para triunfar en cualquier proceso de licitación pública.
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¿Qué es la licitación pública?
La licitación pública es un concurso abierto a cualquier tipo de entidad jurídica (multinacional, pymes, autónomos) en el que la Administración busca proveedor para suplir una necesidad determinada. Lo interesante de estas ofertas es que cuentan detrás con un respaldo y fiabilidad inexistente en el mercado privado.
Las instituciones son solventes por definición, y aunque en algunos casos pueden retrasarse en los pagos, siempre terminan abonando lo que deben a la empresa que haya conseguido la licitación, y posteriormente haya prestado el servicio requerido.
El lado opuesto de la balanza expone a un socio de negocio increíblemente exigente, que no mostrará, en ningún caso, una flexibilidad similar a la que se puede encontrar en la actividad económica privada.
Además, los pliegos de contratación en los que se indican los requerimientos técnicos y las especificaciones económicas pueden resultar más complejos de lo habitual por la enorme competitividad que ofrecen este tipo de concursos y subastas.
- Subasta: la empresa ganadora de la adjudicación se selecciona en base a una oferta económica dinámica y sin límites.
- Concurso: se tienen en cuenta otros factores más cualitativos —técnicos, legales, geográficos, logísticos— para seleccionar a la entidad que tendrá que cumplimentar el contrato.
¿Dónde se ofertan?
La Administración actualiza todos los días y semanas los Boletines Oficiales, en los que va publicando las distintas licitaciones. Son las instituciones locales las que determinan qué contratos se ofertan en base a las necesidades de cada región.
Desde la sede electrónica oficial del Estado es posible buscar tanto concursos como contratos menores. De acuerdo con la Ley 9/2017, estos últimos funcionan igual que las licitaciones convencionales, pero se clasifican de forma separada limitados por una cuantía presupuestaria.
Se consideran contratos menores aquellos contratos de valor inferior a 15.000 euros para suministros y servicios, y aquellos contratos para obras de valor inferior a 40.000 euros. El resto entran dentro de las licitaciones convencionales.
¿Qué se necesita para presentarla?
Tanto si eres una pyme, como si eres un autónomo o una empresa de mayor tamaño, es de obligado cumplimiento la presentación de una documentación concreta. Aunque cada proceso de licitación pública presenta unos requerimientos, el proceso para poder presentarse a todas ellas es el mismo.
En la Plataforma de Contratación del Sector Público se ofrece una guía y los sobres electrónicos utilizados para la presentación de los documentos; escrituras de constitución, escrituras de nombramiento, certificados del IAE, copia del CIF, certificados de pagos con Hacienda y la Seguridad Social, etc.
A nivel más detallado, los pasos —guiados de forma clara durante todo el trámite— que has de seguir para la presentación telemática son los siguientes:
- Datos de la licitación
- Datos del licitador
- Autorizaciones
- Proceso por lotes
- Documentación administrativa
- Documentación técnica
- Datos de la oferta
- Revisión y firma de sobres
- Envío de la documentación
- Descarga del justificante
Los dos aspectos que más tiene en cuenta la Administración son las posibles cuestiones legales que impidan la contratación con el proveedor, y los documentos justificativos que demuestren la ausencia de deudas con Hacienda o la Seguridad Social.
Además, es imprescindible que tu empresa cuente con los fondos necesarios indicados en el pliego para poder optar al contrato. Durante la fase de concurso puedes adelantar una parte de la fianza, pero una vez seleccionado, debes aportar la fianza definitiva.
Consejos para afrontar una licitación pública
Las licitaciones públicas son las oportunidades de negocio más recurrentes para los trabajadores por cuenta propia especializados. Además, las grandes compañías también apuestan por este tipo de contratos, aprovechando sus ventajas tangibles e intangibles en términos de recursos y contactos de negocio. Es normal que la competitividad sea extrema entre las licitaciones públicas más atractivas.
La Administración, sin embargo, está obligada a actuar siempre de forma transparente e imparcial, guiándose por las leyes de mercado más estrictas. Esto genera una igualdad de oportunidades virtual utópica en ámbitos privados. Y claro, existen consejos para que los más pequeños puedan hacer sombra a los más grandes.
Sé proactivo y temerario
Los Boletines Oficiales son actualizados diariamente con nuevas ofertas. Es importante que conviertas en un hábito la búsqueda de licitaciones interesantes para tu negocio. No importa que no cuentes con los recursos necesarios para cumplir el contrato, o que haya ya mucha competencia inscrita en el concurso.
Sí, tendrás más oportunidades en aquellas licitaciones para las que estés capacitado económica y técnicamente, pero siempre existe la posibilidad de subcontratar los servicios que necesites para cumplir los servicios demandados por la Administración.
Repasa varias veces el pliego
Son errores menores que pueden terminar echándote de la carrera por una licitación pública. Debes acordarte de repasar cuidadosamente todos los apartados del pliego, para cerciorarte de que tienes toda la documentación, y de que cumples todos los requisitos.
Además, también puedes contemplar la idea de realizar un estudio de mercado para conocer qué precios maneja la competencia, y así poder perseguir ventajas antes de emprender la escalada propuesta por el concurso.
Asegura la propuesta y valora la rentabilidad
Aunque es recomendable apuntarse al mayor número de licitaciones posible, también debes contemplar la rentabilidad del proyecto. Ciertos contratos, quizás por requerimientos, o quizás por complejidad, no generarán beneficios superiores a la inversión.
Si das el paso definitivo, y te haces con una licitación pública apurando mucho los gastos, el Órgano de Contratación podría imponerte una sanción que perjudicará gravemente tu recorrido por este modelo de negocio en el futuro.
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