El interés por el emprendimiento ha crecido en los últimos años. Por lo tanto, existe una gran oleada de ideas innovadoras que pueden crear valor para la sociedad y generar buenos retornos económicos. Lo que muchas personas no saben o no tienen en cuenta es que una idea de negocio —es decir, la propiedad intelectual— hay que protegerla a toda costa.
Los empresarios deben entender los conceptos básicos de la Propiedad Intelectual (PI) para proteger sus ideas ante una competencia feroz. Esto se aplica a todas las empresas, independientemente de su tamaño o la industria en la que operen.
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La propiedad intelectual puede asociarse a marcas, logotipos, identidades visuales, productos, servicios e incluso procesos que ayuden a diferenciar las ofertas comerciales. Son los activos más valiosos que una empresa puede poseer.
Hoy en día, casi todas las empresas apuestan y se benefician de las herramientas de marketing para hacer llegar sus productos a grandes audiencias a un costo relativamente bajo, algo que no es posible con las comunicaciones tradicionales. Sin embargo, esto también aumenta las posibilidades de que la idea de negocio sea robada por terceros.
Esta es la razón por la que la protección de la propiedad intelectual es fundamental para el éxito empresarial, y los empresarios deben comprender sus derechos y obligaciones y asegurar una idea.
Proteger la propiedad intelectual de tu negocio
Como ya hemos comentado, la propiedad intelectual juega un papel vital en el éxito de una empresa. Especialmente para startups donde la innovación creativa, el riesgo de inversión y su éxito van de la mano. Entre los diversos tipos de protección a tener en cuenta destacan las siguientes.
En primer lugar, las empresas deben aceptar que no deben esperar a introducir soluciones para proteger su propiedad intelectual, apoyándose en legislación externa o medios tecnológicos, sino aplicarlas lo antes posible, en la medida de lo posible y en su propio beneficio. Las soluciones no vendrán de fuera y hay que preverlas. Sabemos que muchas empresas no pueden seguir operando después de vulnerar su propiedad intelectual, porque es este factor el que les da la capacidad de competir en el mercado.
El robo de propiedad intelectual puede ser desastroso para cualquier negocio. Tanto si el "ataque" proviene de la propia organización (empleados, dirección, socios...) como de factores externos (proveedores, competidores...) Para protegerse, hay que comprender los riesgos asociados con la posesión de elementos de propiedad intelectual para adoptar un enfoque y una filosofía proactiva, que involucren tanto a las personas como a los procesos y la tecnología.
Después de este primer paso, se deben emplear medidas organizacionales y controles técnicos efectivos para proteger la propiedad intelectual, la marca registrada, la patente o los derechos de autor de la empresa. Las organizaciones deben analizar qué propiedad intelectual es necesario proteger y considerarla una prioridad para la empresa incluso antes de iniciar un negocio.
Proteger la propiedad intelectual en los mercados internacionales
Para las empresas con conexiones internacionales, el trabajo de proteger la propiedad intelectual y coordinar la acción global para blindar todos los procesos desde el diseño y la fabricación hasta la distribución del producto es aún más importante.
Abrir una empresa globalizada tiene muchas ventajas. La capacidad de fabricar y vender a escala global abre nuevos horizontes para las empresas y es muy atractiva, pero al mismo tiempo conlleva muchos riesgos debido a la gran cantidad de "players" que acceden a la información. Si quieres registrar tu logo, marca o nombre comercial a nivel internacional, apuesta por la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE o en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Antes, es necesario analizar cuáles son las fuentes de datos y los derechos de acceso, teniendo en cuenta las diferentes leyes que se aplican a la protección de marcas, patentes y derechos de autor en cada país. Ante este riesgo, las empresas necesitan analizar las circunstancias específicas, los factores económicos, sociales y culturales de cada región y mercado, y predecir los desafíos potenciales antes de desplegarse en el mercado internacional.
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