Impagos, inestabilidad y problemas de logística. La llegada del coronavirus ha impactado de lleno en las empresas más dependientes de sus proveedores, y en las cadenas de suministros menos preparadas para un contexto de flexibilidad absoluta.
Las grandes compañías ya no son capaces de seguir sus estrategias de eficiencia económica, y esto abre las puertas a una redistribución del mercado en base a otros factores asociados a aspectos cualitativos.
Mientras cientos de proveedores se han reconvertido hacia la distribución de material sanitario para luchar contra la crisis, en MÁSMÓVIL Negocios recopilamos una serie de consejos para las organizaciones que puedan y deseen ir preparándose para el futuro.
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Compras como flotador de rescate
En una situación de crisis como la actual, el papel del departamento de compras es crítico a la hora de sobrellevar las turbulencias que asume la cadena de suministros. De este depende la gestión de proveedores y el impacto en el negocio de cambios en contratos y acuerdos.
Por eso resulta imperativo que los responsables de estas operaciones garanticen el abastecimiento mínimo necesario para continuar operando, y que lo hagan persiguiendo siempre la optimización y racionalización de costes.
¿Cómo? Actuando siempre con empatía. Es decir, pensando, con una visión global, en el proveedor y en su relación con categorías y familias críticas de la cadena de valor. Hay que tener en cuenta que el proveedor es mucho más que un agente de intercambio para la organización.
En momentos de inestabilidad, este debe ser tratado como un partner de negocio, a intereses iguales, con el que se ha de trabajar cooperando para enganchar el rebote lo antes posible. Ahora bien, para que la nueva estrategia funcione, es importante que las áreas productivas de la empresa estén coordinadas, y que exista una garantía mínima de solvencia.
Así es como, por ejemplo, Inditex está negociando acuerdos bilaterales con la banca para mejorar las condiciones de acceso a liquidez del grupo y de sus proveedores. Esa decisión ampliaría en más de 1.000 millones sus líneas de financiación, y respaldaría la flexibilidad ya adoptada para que los proveedores puedan cobrar antes la recepción de los pedidos.
Analizar riesgos
La toma de decisiones en contexto de crisis necesita estar constantemente respaldada por un feedback de información actualizado y progresivo. Es muy probable que el entorno cambie de un día para otro, y que las soluciones adoptadas caduquen antes si quiera de entrar en funcionamiento.
De esta forma, según explica Deloitte, es recomendable que Compras actúe en base al análisis de una serie de riesgos. Pueden variar en función de cada caso, pero los frentes suelen ser parcialmente homogéneos en cualquier organización:
- Riesgo operativo por falta de suministro
- Impacto económico de la contratación
- Complejidad del mercado proveedor
- Tiempos de entrega
- Calidad del producto o servicio
- Restricciones legislativas o ambientales
- Riesgo financiero del proveedor
- Riesgo operacional de proveedor
- Responsabilidad Social Corporativa
- Riesgo Reputacional
- Riesgo de fraude
- Riesgo proveedor Tier2, en adelante
Una gran fórmula de liquidez
Más del 98% del tejido económico español está conformado por pymes y autónomos. Los problemas de estos, lejos de radicar en planteamientos o provisiones pobres, provienen de la ausencia de liquidez. El cierre de negocios y la caída de la demanda ha generado un efecto en cadena, golpeando directamente a los proveedores.
La solución, en estos casos, para poder pagar las facturas, pasa por acudir vías de financiación alternativas como el confirming o factoring inverso; un recurso crediticio que permite a los proveedores cobrar con garantías y rapidez directamente de la entidad bancaria.
Al iniciar este tipo de financiación, se genera un interés concreto; en el momento que la empresa paga al banco las cantidades anticipadas, la línea de crédito se reinicia. Y así las organizaciones solventan sus problemas sin recurrir a la deuda.
"Es un instrumento de financiación esencial para pymes y autónomos, especialmente en épocas de crisis, en las que asegurar la liquidez es crítico", Explica Margarita Marugán de Banco Santander. "No consume su riesgo bancario ni requiere de calificaciones o análisis para su concesión; llega tanto a clientes como no clientes del banco; y, en este momento de incertidumbre, elimina el riesgo de impago de los créditos financiados".
Según datos de la Asociación Española de Factoring, en los últimos cinco años esta solución ha crecido más de un 50%, pasando de los 59.845 millones de euros a los 89.463 millones, y representa más de un tercio de la financiación comercial en nuestro país.
Prepararse para el futuro
Aunque en un primer momento se barajaba una recuperación económica en forma de "V", con escasos efectos estructurales de la crisis, con el paso de las semanas la realidad ha ido evolucionando. Lo que se conoce como "nueva normalidad" tendrá más de "nuevo" que de "normalidad".
Las organizaciones tendrán que buscar proveedores y mercados alternativos, redibujando su área de confort fuera de la región o incluso el país en el que solían operar. Claro, que, tal y como explica Rosario Piazza, CEO de Fullstep, esto no puede pasar por una dependencia de la ahora emergente China.
El transporte marítimo desde Asia implica plazos de entorno a cuatro semanas, y eso puede suponer un grave problema para las empresas nacionales. Por eso es aconsejable mantener como mínimo un 15% de proveedores diversificados y cerca del mercado propio.
Una vez superada la recesión, las empresas se verán forzadas a rediseñar tanto su cadena como su relación con los proveedores. El objetivo de ello será el de asegurar el suministro y la trazabilidad bajo el conocido enfoque de optimización.
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