Es una lacra que dio comienzo tras el final de la Segunda Guerra Mundial y que año tras año desde entonces genera miles de millones de dólares en pérdidas a empresas y Estados. Los billetes falsos están por todas partes y las pymes y autónomos no son ajenos a ellos.
De hecho, de acuerdo con un estudio, si en 2015 una tienda canadiense recibía un billete falso de 50 dólares, necesitaría obtener 5.000 dólares en ventas para reponerse del daño.
Por suerte para los negocios con menos recursos, las propias instituciones financieras ya ofrecen distintas medidas de seguridad para evitar el fraude. Hoy en MÁSMÓVIL Negocios tratamos de desgranar lo que se sabe al respecto.
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Un ejemplo claro de egoísmo
El dinero falso solo beneficia al que lo produce. Ni la empresa que lo recibe a cambio de sus servicios, ni el consumidor, ni la economía en general ven en esta práctica ningún tipo de incentivo.
La introducción de billetes falsos en cualquier sistema tiene dos efectos directos: un daño directo sobre la confianza de la propia moneda y una consecuencia inflacionaria que empuja a la devaluación, y así a la depreciación de todo el dinero acumulado por los partícipes de la economía.
Es decir, que todos pierden dinero cada vez que se produce dinero falso. Y no es una práctica residual. Es más, en cifras del BCE, solo durante el primer semestre del pasado 2019 se retiraron de circulación unos 251.000 billetes de euros falsos.
Se estima que hay unos 22.000 millones de billetes ilegales ocultos en la Unión Europea, con un valor total de 1,2 billones de euros.
Innovación y precaución
Ante estos datos es evidente que ninguna empresa, por precavida que sea, está al margen del dinero falso, y que la pedagogía seguirá siendo necesaria siempre que los infractores continúen inventando nuevas falsificaciones.
"Aunque son de baja calidad y relativamente fáciles de distinguir, están afectando a comercios y consumidores", aseguraba la policía el pasado mayo, tras descubrir una nueva remesa de billetes ilegales.
En este caso el material, proveniente del sector cinematográfico, venía acompañado de un distintivo que lo hacía detectable. Pero no siempre sucede así.
El 28 de mayo de 2019 se puso en circulación nuevas versiones de los billetes de 100 y 200 euros con elementos de seguridad mejorados. Ahora la atención se deposita sobre el papel de menor valor, el foco más expuesto a todo tipo de ilegalidades.
Detectar la trampa
Todo empieza en las manos de la propia víctima. Porque sí, es posible detectar un billete falso haciendo uso solo de los sentidos. Desde el Banco de España se insta a seguir tres principios básicos para ello:
- Tocar: el papel debe tener una textura firme y resistente.
- Mirar: al ponerlo a contraluz, el billete debe mostrar una marca de agua y el hilo de seguridad. En los billetes de 20, 50, 100 y 200 hay que prestar atención a la ventana situada en la banda plateada.
- Girar: al hacer esto el número verde esmeralda produce un reflejo metálico que se desplaza de forma vertical.
Ayuda externa
En algunos casos la falsificación es tan moderna que las recomendaciones no son suficientes para identificarla. Para eso existen dispositivos especializados capaces de destapar el artificio en tan solo 2 segundos.
Lo hacen "en cualquiera de las cuatro formas en las que se puede introducir", explica Jordi Sainz, director de ventas de la fabricante de monedas y detectores CounterMatic. "Detecta la falsedad de los billetes, desde los de 5 euros hasta los de 500 euros".
Este producto en concreto cuenta además con un software capaz de actualizarse mediante USB; ideal para cuando se introducen nuevos billetes de la Serie Europea o se modernizan las falsificaciones.
El detector de CounterMatic tiene un coste de 105 euros en su versión fija, y un precio de 123 euros cuando se opta por la versión portátil. Pero es solo una de las muchas ofertas que pueden escoger las pymes.
Detectalia, Safescan o Electropolis también son buenas opciones para una tienda de barrio, supermercado o cualquier otro negocio expuesto al dinero corriente de "la calle". Bruneau, con sus productos de dimensiones reducidas, es la alternativa económica.
El mercado también ofrece unos rotuladores especiales capaces de detectar fallas en los billetes gracias a unas sustancias especiales, pero en los últimos años el perfeccionamiento de los infractores ha dejado inútiles a estos artículos.
"He detectado un billete falso ¿y ahora qué?"
Según el Reglamento 1338/2001/CE tanto "las entidades de crédito como las casas de cambio y los manipuladores de efectivo a título personal tienen la obligación de retirar de la circulación todos los billetes y monedas en euros cuya falsedad les conste o puedan suponer".
Así, en el caso de que un autónomo o una pyme detecte un billete falso, habría la obligación de retirar el dinero del mercado. Si el negocio coloca el billete en cuestión a un cliente, también estaría cometiendo delito.
Con el dinero en posesión, el descubridor tiene que hacérselo llegar al Banco de España lo antes posible. Esto se puede hacer de tres formas:
- Por medio de un agente especializado en el transporte y la distribución de fondo.
- De manera física en la sede del Banco de España: Calle Alcalá, Nº 48 de Madrid, o en alguna de las sucursales, entregando un formulario específico.
- Por correo con un sobre en el que se incluya el dinero y un justificante. Este último permitiría el reembolso en el caso de que el billete resulte ser legal.
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