En muchas ocasiones, el sistema de transporte que requiere un negocio, ya sea de personas o productos, juega un papel fundamental en las empresas. Y es en estas situaciones cuando se toma la determinación de adquirir una flota propia para evitar los costes que requiere la externalización de este servicio.

Gestionar el mantenimiento, así como los gastos inesperados de varios vehículos es una tarea que requiere planificación y ciertas pautas para poder tenerlos siempre a punto y evitar gastos innecesarios. Por ello y para que lo logres, hoy te mostramos las principales claves.

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El estilo en la conducción, directamente relacionada con el mantenimiento

La primera lección que aprende todo conductor antes de obtener su permiso es que la forma de conducir afecta al bienestar del vehículo. De nada sirve contratar el mejor mantenimiento, si luego la conducción no es respetuosa.

¿Cómo se puede lograr? Mostrando a tus empleados cuáles son las mejores formas de llevar a cabo su conducción. Por ejemplo, es importante realizar el cambio de marcha correspondiente cuando el motor esté entorno a las 2.000 revoluciones por minuto, de esta manera evitarás dañar el mismo y consumir, además, el combustible necesario.

Cumple con todas las revisiones

A veces, puede resultar un poco tedioso atender a las comprobaciones que indica el fabricante. Es de vital importancia para la vida de tus vehículos que respetes las revisiones, aunque en un primer momento creas que no es necesario, a largo plazo resulta rentable ya que evitarás posibles averías. Cambiar el aceite cada 10.000 km, vigilar el estado y presión de las ruedas, así como renovar las pastillas de los frenos cada cierto kilometraje es esencial si quieres que tu flota de vehículos se encuentre en óptimas condiciones.

Es muy importante que tengas en cuenta el cambio del kit de distribución en aquellos vehículos que tengan correa. Este sistema es clave para el correcto funcionamiento del motor. Por ello, es recomendable cambiarla cada 60.000 o 100.000 km aproximadamente.

Elige la gestión más adecuada

Atendiendo a estas indicaciones, puede resultar un poco complicado prestar atención a las diferentes necesidades que requiere cada vehículo. Dependiendo de cómo sea tu flota, puedes o bien, elegir los servicios de un taller mecánico especializado o contratar un sistema de gestión de flotas.

Este último puede resultar bastante útil ya que se encarga tanto de la supervisión de las correspondientes inspecciones técnicas, como de la conducción de tus empleados. Un ejemplo claro es el de TomTom, una de las más conocidas del mercado.

 

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Y tú, ¿cómo gestionas tu flota de vehículos?