Si hay algo en común que tienen tanto los empleados como los empresarios, eso es la vuelta al trabajo tras las vacaciones. Un momento en el que después de haber desconectado de la rutina, hay que volver a la oficina para continuar con los proyectos que dejamos tras el descanso.
Para evitar las tradicionales depresiones postvacacionales, es importante llevar a cabo algunas pautas para superar con éxito la vuelta al trabajo. Si quieres saber cuáles son las claves principales, hoy te las contamos para que tu reincorporación sea totalmente productiva.
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Planifica tu vuelta a la rutina
Aunque a primera vista, parezca un dato insignificante, la elección del día de incorporación es importante. Los expertos recomiendan comenzar a mitad de semana en lugar de comenzar el mismo lunes. Esto ayuda a que sea paulatina y se coordine con el fin de semana.
Asimismo, aunque el objetivo de muchas personas sea sacar el máximo partido a sus días libres desde el mismo comienzo hasta el final, nosotros te aconsejamos que planifiques volver un par de días antes. ¿Para que sirve? Ayuda considerablemente a que el periodo de adaptación sea paulatino. De otra forma, volver justo el día antes de empezar tu jornada laboral puede resultar un poco drástico, y, en consecuencia, provocar cierto estrés y depresión postvacacional.
Márcate nuevos objetivos
Las vacaciones de verano son el único periodo de tiempo que tenemos a lo largo del año para reflexionar acerca de nuestros objetivos. Salir de nuestra zona de confort y descansar tanto física como mentalmente, nos ayuda a obtener una visión global de las diferentes situaciones que nos rodean en el trabajo.
Si, por ejemplo, te encuentras con algún proyecto entre manos o quieres iniciar uno nuevo, puedes considerar la vuelta al trabajo como el momento idóneo para proponerte y conseguir nuevas metas.
Evita las sobrecargas de trabajo
Las vacaciones, por lógica, existen para descansar y para poder ser productivos el resto del año. Nosotros, en este caso, te recomendamos tanto para ti, como para tus empleados que la incorporación en cuanto a las tareas sea también paulatina.
Por ejemplo, es aconsejable que el primer día sirva para ponerse al día con el resto del equipo para conocer todas las novedades o en qué punto se encuentran los diferentes proyectos. Abrumar desde el primer día con toda la carga de trabajo puede resultar agobiante, y provocar alguna que otra frustración, que puede agravar el síndrome postvacacional.
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