El manual de marca es el documento que dicta las normas de todo aquello relacionado con la identidad visual de tu empresa. Sirve para que la comunicación sea coherente con la personalidad de una marca. Y, si lo aplicas adecuadamente, conseguirás distinguirte de tu competencia y lograr un posicionamiento más eficaz.
Si quieres saber qué elementos debe tener este documento y cómo crearlo, hoy te contamos las principales claves que debes tener en cuenta a la hora de crear un manual de marca corporativo.
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Determina la personalidad de tu marca
¿Cuál es la necesidad que cubres en el mercado? El producto o servicio que ofrezcas será el primer paso para dibujar la personalidad de tu empresa. ¿Qué es lo que te distingue de la competencia? Pueden ser diferentes aspectos, como por ejemplo las materias primas que ofreces, la atención al cliente o la garantía.
También deberás tener en cuenta el público al que te quieres dirigir. Por ejemplo, si es un público joven, tendrás que posicionarte como una empresa joven, fresca y dinámica. Aspectos que estarán directamente relacionados con tu identidad visual y con las pautas que marques en tu manual de marca.
Materializa la personalidad de tu marca
Una vez tengas claros los atributos que distinguen a tu empresa y a tu producto de la competencia, tendrás que comenzar a diseñar y conformar los diferentes elementos que van a componer tu identidad visual.
Por ello, es importante que realices varias pruebas hasta dar con la clave. Para ello, es recomendable que contrates los servicios de un profesional para que te ayude a elegir la mejor combinación. Los colores, por ejemplo, determinan y muestran la personalidad que quieres transmitir y los rasgos que te distinguen. El azul muestra profesionalidad, estabilidad, salud, verdad, confianza, tranquilidad, etc.
Los principales elementos que debe tener tu manual
Tu manual de marca corporativo será tu guía a la hora de realizar cualquier acción de comunicación (publicidad, website, etc.). Será el hilo conductor de la personalidad de tu compañía. Por ello, todos los elementos que lo conformen deben ser idénticos y no pueden variar. Se han seleccionado tras un estudio previo y respetarlos es vital.
Por ello, el logotipo, la tipografía, los colores, la simbología y el estilo de las ilustraciones son algunos de los elementos que quedarán definidos. Mantener el mismo estilo es vital y es lo que ayudará a que tu marca sea fácilmente identificable entre el público.
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