En numerosas ocasiones y más aún en pleno proceso de negociación, reunirse de forma "informal" estableciendo una comida, es una solución bastante utilizada hoy en día. Se trata de un punto medio en el que ambas partes se encuentran fuera de su zona de confort.
Cuando se agenda una comida de negocios, puede resultar un poco confuso saber qué protocolo se debe seguir. Por ello, hoy queremos darte los mejores consejos para que muestres tu mejor imagen en la reunión.
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¿Cómo se debe ir vestido?
Aunque parezca una cuestión evidente y a la que siempre hay que prestar atención en cualquier reunión, es importante tenerla en cuenta. Tu objetivo es mostrar la mejor versión de tu empresa y de ti mismo/a.
En el caso de los hombres, te aconsejamos evitar usar vaqueros. Unos pantalones chinos, por ejemplo, pueden ser buena idea, resultan adecuados ya que muestran el punto perfecto de formalidad para la ocasión. Por otro lado, para las mujeres, también es aconsejable utilizar este tipo de tela en pantalones. Y en caso de que prefieras utilizar un vestido o falda, el corte por debajo de las rodillas es el más adecuado.
Por otro lado, los tonos pasteles, son los más adecuados. Resultan ser un punto neutro que ayuda a comunicar confianza y transparencia, valores muy útiles cuando hablamos de procesos de negociación.
¿Cuándo debes presentarte?
Independientemente del momento del día, siempre es preferible llegar antes de la hora acordada -entorno a diez minutos-. Llegar tarde, por lo general, está mal visto al igual que llegar exactamente a la hora. Debes mostrar interés por la reunión, llegar antes reflejará que le das importancia. Además, para mostrar mayor formalidad, puedes esperar a la otra persona en la mesa reservada.
¿Cuáles son las claves principales a lo largo del encuentro?
Cuando el camarero vaya a anotar la comanda, es recomendable dar la palabra al invitado, es una muestra de educación y de protocolo crucial, mostrarás amabilidad y seguridad al saber controlar la situación. Una vez hayáis pedido la comida, podéis establecer una charla informal hablando de temas superficiales -sin entrar en conversaciones de tono personal- hasta que llegue en entrante.
En este momento, ya se podría iniciar la negociación. No tengas prisa y disfruta del contexto y la conversación. Si en algún momento detectas que es necesario suavizarla, puedes hacer alusión a algún aspecto positivo de la comida para llegar a un punto en común con tu acompañante. Finalmente, cuando todo el proceso de negociación haya terminado a la par que la comida, el pago debe hacerlo quien haya tenido la iniciativa en establecer la reunión, es decir, el invitado no debe pagar.
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Y tú, ¿cómo llevarías acabo este protocolo?