En ocasiones las empresas necesitan recibir una evaluación externa y objetiva que les sirva para determinar su estado con exactitud. Este tipo de estudios o de auditorías reciben el nombre de Due Diligence y son muy útiles para las entidades, sobre todo porque les permiten subsanar cualquier irregularidad que haya en su funcionamiento.
¿Qué es Due Diligence y cómo debe hacerla una pyme?
El concepto Due Diligence tiene un significado que es auditoría o investigación que es realizada por consultores externos a la empresa sobre la que se realiza ese estudio. Cuando esta auditoría se lleva a cabo se revisan de forma detallada todas las áreas de la empresa. El término Due Diligence en español significa Diligencia Debida.
Generalmente, el Due Diligence es realizado por estudios jurídicos, ya que su principal objetivo es evitar que haya cualquier ilegalidad en el funcionamiento de la empresa. Normalmente, este estudio dura alrededor de 1 mes y se ejecuta cuando la entidad pretende ser comprada por un inversor o cuando está previsto que cambie su órgano de administración.
La Due Diligence se hace en una Pyme y en una gran empresa, revisando los documentos y los registros de naturaleza financiera. También se verifican ciertos hechos y se realizan entrevistas con personas que formen parte de la propia empresa.
¿Qué se analiza en un Due Diligence?
Existen diferentes tipos de Due Diligence que se centran en determinados aspectos de una empresa. Entre ellos se encuentran el análisis fiscal, el mercantil, el administrativo, el comercial o el laboral. Pero también estudian el ámbito comercial o el medioambiental.
El objetivo final de la Due Diligence es elaborar un informe que incluya una serie de conclusiones sobre el estudio que se ha realizado. Para ello, en este proceso se recopilan documentos de naturaleza jurídica y administrativa, se identifican los riesgos legales y se buscan garantías de que la entidad cumpla con la legalidad vigente.