La gestión del patrimonio y los activos de una empresa es muy importante sobre todo cuando estamos inmersos en un proceso de crecimiento. En muchas ocasiones se habla de la banca privada como un ente casi inalcanzable, pero lo cierto es que puede conseguir determinadas ventajas si se cumplen los requisitos necesarios para poder formar parte de esta prestación de servicios financieros.
La banca privada ofrece servicios de gestión de patrimonios para clientes con alto poder adquisitivo, pero también está cada vez más disponible para negocios con presupuestos medianos y pequeños. No debe confundirse con los bancos cooperativos que ofrecen servicios bancarios a precios inferiores a los del mercado y aceptan depósitos de sus miembros, además de servicios financieros estándar como la aceptación de depósitos y la concesión de préstamos.
Vamos a continuación a despejar dudas sobre la banca privada para empresas, así como sus principales ventajas e inconvenientes, si es el caso de que te la han recomendado u ofertado, o simplemente te estés planteando esta opción para tu negocio.
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Banca privada: ventajas y desventajas
Hay varios modelos principales de banca privada, que es un servicio ofrecido por las instituciones financieras que permite a las empresas gestionar su patrimonio. Ofrece productos como carteras de inversión, servicios fiduciarios y planificación patrimonial, así como bienes inmuebles y donaciones filantrópicas.
Es habitual que también ofrezcan opciones de gestión de pasivos y estrategias de inversión alternativas para diversificar las carteras. Otra de sus prestaciones principales es la de seguros que protegen contra la pérdida de capital y ventajas fiscales. Vemos a continuación sus ventajas y desventajas.
Trato personalizado
La primera ventaja es que la banca privada cuenta con menos clientes, pero les proporciona una atención especial. Por tanto, sus necesidades e intereses quedan totalmente cubiertos.
Un 'boost' para las empresas
La banca privada ayudará en lo posible a que un negocio pueda reducir sus impuestos, así como que su administración sea más ágil y que la planificación de su patrimonio esté optimizada al máximo.
La privacidad por bandera
Aquí no hablamos de un contrato entre empresa y bancos, sino de una relación a largo plazo cuya confidencialidad se respeta, y que se basa en la confianza y la discreción, ya que los bancos respetan la privacidad de sus clientes.
Acceso limitado
En el apartado de las desventajas, no podemos pasar por alto que la banca privada puede ser extremadamente cara, por lo que no todas las empresas necesitan o pueden invertir en este tipo de servicio.
Por lo general, el acceso a la banca privada está supeditado a la exigencia de unos requisitos mínimos de activos. Se estima que por lo general una empresa debe invertir al menos 1 millón de euros para abrir una cuenta de banca privada.
Las comisiones asociadas a los servicios de banca privada son también bastante elevadas: es habitual que los clientes de este tipo de servicios paguen comisiones anuales de decenas de miles de euros.
Una decisión importante
En definitiva, la banca privada puede ayudar a tu negocio con infinidad de aspectos financieros y de inversión. No obstante, si tienes una empresa pequeña y joven, será complicado que puedas acceder a estos servicios en los primeros años de vida del negocio.
Una buena alternativa puede ser trabajar con un gran banco, cuyas comisiones sean más manejables y que además nos permita contar con la ayuda de asesores financieros que ofrezcan servicios similares a precios más bajos.
En MÁSMÓVIL Negocios esperamos que esta información te sea de ayuda a la hora de plantearte un paso tan importante en tu negocio. Recuerda que un buen asesor puede ayudarte a tomar la decisión adecuada en este y otro tipo de aspectos.