Cualquier negocio cuenta con todo tipo de recursos con los que aumentar el volumen de ventas. Hoy queremos hablarte de los precios flexibles y de cómo ayudan a vender más: descubre qué es este modelo que permite ajustar los precios en función de diversos factores como la demanda, las diferencias con precios fijos y cómo aplicar esta estrategia de ventas.
Qué son los precios flexibles
Hablamos de una estrategia de fijación de precios que permite ajustarlos de manera dinámica según diversas variables. Por ejemplo, factores como la demanda, costes de producción o adquisición, además de la estacionalidad y la segmentación de clientes.
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Una estrategia de precios flexibles es dinámica y permite ajustar los precios en función de diferentes factores. Este sistema se usa con frecuencia en sectores como la tecnología, el turismo, el comercio electrónico y los servicios por suscripción, ya que permite maximizar los ingresos durante los periodos de alta demanda.
Además favorece la personalización, lo que atrae a determinados perfiles de clientes, y ayuda a que tu negocio se adapte mejor a fluctuaciones del mercado, ya sea en forma de costes, demanda o competencia.
A diferencia de los precios fijos, que se mantienen constantes independientemente de las condiciones del mercado, los precios flexibles son dinámicos y permiten adaptarse a cambios en tiempo real. Por ejemplo, los precios de los billetes de avión suelen variar dependiendo de la proximidad a la fecha de vuelo, la disponibilidad de asientos y la demanda. Un enfoque que ayuda a maximizar los ingresos y responder a fluctuaciones del mercado sin que dañe tanto a los beneficios de tu empresa.
Diferencias entre precios flexibles y rígidos
Los precios rígidos, también conocidos como precios fijos, son aquellos que permanecen constantes durante un período determinado. Este tipo de estrategia es común en productos básicos o en negocios tradicionales que buscan ofrecer estabilidad y previsibilidad a sus clientes.
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Por ejemplo, aunque pueda fluctuar ligeramente, el precio de los productos de supermercados es el mismo, más allá de las promociones. Lo mismo en cualquier restaurante: encontrarás algunas promociones, pero los precios de los productos son fijos.
Esta estrategia es muy buena para ofrecer claridad y simplicidad (el usuario sabe lo que cuesta un litro de leche en su supermercado). Pero al no ser flexibles no pueden reaccionar rápidamente a cambios en el mercado.
Los precios flexibles son dinámicos y se pueden ajustar en función de diferentes factores. Ya te hemos hablado de sus ventajas, como el poder maximizar ingresos en períodos de alta demanda y adaptarte mejor a fluctuaciones del mercado.
Sin embargo, las desventajas de los precios flexibles son notables: pueden generar desconfianza o confusión en algunos clientes, y ganar la animadversión del perfil de cliente muy sensible a los precios.
Precios flexibles vs fijos: qué estrategia seguir
Depende del modelo de negocio que tengas. Si, por ejemplo estás en el sector HORECA, es más recomendable una estrategia de precios fijos ya que tus clientes deben saber lo que cuesta un café, el menú, etc.
Pero si tienes un negocio de ventas, es casi obligatorio apostar por un sistema de precios flexibles, donde puedas aprovechar eventos como el Black Friday para aumentar tus beneficios.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender qué son los precios flexibles, la diferencia con una estrategia de precios fijos y qué modelo interesa más en función del sector.