En el mundo empresarial a menudo se oye hablar de nuevos servicios en la gestión de proyectos que sean más flexibles, participativos y horizontales. Desde hace relativamente poco se está implementado la Metodología Agile en multitud de compañías, pero ¿sabes lo qué es exactamente?
Lo curioso de este método es que a pesar de haber cogido fama en los últimos años lleva funcionado desde hace más de una década. Su origen se remonta al año 2001, cuando las compañías de software detectaron que los procesos de trabajo retrasaban el producto final, lo que hacía que no se adaptara al 100% a las necesidades del consumidor.
De esta conclusión nace la Metodología Agile, una fórmula basada en procesos más flexibles y ágiles con el objetivo de obtener resultados más rápidos y eficaces que respondan a los deseos de los clientes.
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¿Cómo funciona la Metodología Agile?
Si quieres implementar por primera vez esta metodología, lo ideal es que se haga de manera gradual en algún proyecto pequeño o que ya esté arrancado.
Una de las piezas fundamentales es tener un equipo con diferentes perfiles. Para ello es muy importante contar con Recursos Humanos o con una figura de coach que lidere el proyecto, aplique los métodos y genere un ambiente de confianza y motivación.
Antes de nada, los integrantes tienen que tener una mentalidad abierta porque las metodologías disruptivas rompen con todas las tradicionales. Por ejemplo, el famoso Waterfall o el Diagrama de Gant son herramientas focalizadas en el detalle del proyecto, mientras que métodos como el Scrum plantean cambios ante contratiempos.
Uno de los pilares más importantes de esta metodología es que se divide en tareas, las cuales se van abordando poco a poco. Aquellas más cercanas se definen en detalle, mientras que las lejanas pueden nombrarse de manera genérica.
La gestión de proyectos es muy visual, de manera que en todo momento puedes ver qué hitos están pendientes, en marcha o realizados. Cualquiera de ellos puede volver al inicio, ya sea porque hay que repetirlo, matizarlo o simplemente repasarlo.
Además, se establecen reuniones periódicas para valorar el estado de los distintos hitos. De esta manera se resuelven más rápido los cambios, lo que garantiza la efectividad del proyecto y se fortalecen las relaciones, generando unión en el equipo.
Beneficio para las empresas
El principal beneficio empresarial es que mejora la satisfacción del cliente. En un plano interno, se potencian los equipos multidisciplinares donde cada miembro tiene algo que aportar y de lo que aprender.
Además, el ahorro de tiempo supone directamente un ahorro en los costes, sobre todo porque este método trabaja que la gestión sea mucho más rápida y eficaz.
Por otra parte, se busca la simplicidad reduciendo la complejidad de las tareas. Gracias a ello, se mejora el producto porque se eliminan características innecesarias. También se consigue mayor calidad debido a la comunicación más fluida entre colaboradores y cliente. De esta forma puedes asegurar que tu producto cumple con la necesidad de los consumidores, lo que es una gran ventaja empresarial.
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