La definición de teletrabajo indica que se trata de una forma de trabajo que se realiza a distancia. Es decir, el trabajador ejecuta sus funciones sin estar presente en la sede física de la empresa o en el centro de trabajo asignado. En este caso el trabajador decide donde ejerce su actividad y puede ser en su domicilio, en una oficina o en un espacio coworking. Tan solo necesita tener una conexión a internet.

Al concretar qué es teletrabajo hay que tener en cuenta algunos de sus rasgos como el hecho de que esta modalidad de trabajo tiene que quedar establecida en un contrato. También es necesario que haya herramientas de software que faciliten la realización de este tipo de trabajo, como ejemplo aparece el ERP. Además, es importante que el trabajador tenga una serie de metas y objetivos que debe cumplir.

Por otro lado, existen diferentes tipos de teletrabajo. En uno de ellos el trabajador realiza su labor en su domicilio, también está el teletrabajo dinámico en el que el trabajador lleva a cabo sus funciones en espacios de trabajo que no pertenecen a la empresa. El mixto es otro tipo y se trata de un híbrido entre las modalidades anteriores. Incluso últimamente está alcanzando una gran popularidad el nómada en el que la persona trabaja en cualquier parte del mundo.

Finalmente, aparece un tipo de trabajo sincrónico que hace referencia a las modalidades anteriores y el asincrónico en el que el trabajador ejerce su actividad a cualquier hora y en cualquier lugar.

Algunas de las ventajas y desventajas del teletrabajo

Esta forma de trabajo se ha popularizado en muchos países. De hecho, el teletrabajo en España no deja de crecer. Aun así, el teletrabajo tiene ventajas y desventajas que recaen tanto en el trabajador como en la empresa. Estos son algunos de los aspectos positivos.

  • Reducción del absentismo laboral: el hecho de que el trabajador pueda controlar aspectos como la hora y el lugar de trabajo reduce las cifras de absentismo.
  • Ahorro de costes para ambas partes: el teletrabajo reduce los gastos del empleador y del empleado. El hecho de que el empleado no tenga que desplazarse le permite ahorrar tiempo y dinero, mientras que el empresario no tiene que mantener una sede física.
  • Mejor estado anímico del trabajador: el teletrabajo favorece la conciliación entre la vida laboral y personal y eso mejora el estado anímico del empleado. Una circunstancia que le lleva a mejorar su rendimiento y de la que se beneficia la empresa. En líneas generales, el escenario que genera la implantación del teletrabajo puede ser positivo, pero también presenta algunos aspectos que no son tan ventajosos y que hay que tener en cuenta.
  • Falta de contacto físico: en ocasiones la falta de contacto entre los trabajadores y los empresarios puede perjudicar al propio empresario, ya que está más limitado al hacer un seguimiento de su empleado. También puede provocar que el trabajador se sienta aislado y fuera de las dinámicas de la empresa.
  • Menor control de horarios: el trabajo presencial garantiza una hora de comienzo y una hora de final de la jornada, pero el teletrabajo puede llevar al empleado a dedicar más tiempo del debido a su actividad profesional.
  • Crear una infraestructura digital: la empresa se ve en la obligación de crear una infraestructura virtual en la que el trabajador pueda realizar sus funciones. En ocasiones incluso es necesario formar a la persona en el uso de las herramientas pertinentes.