Hay conceptos que aparecen cada vez que un autónomo o un empresario causa un alta y comienza a realizar su actividad, entre esos términos destacan el IAE y el CNAE, ambos tienen sus similitudes y diferencias, pero son necesarios para los gestores y para la propia administración.

El término CNAE está formado por las iniciales de Clasificación Nacional de Actividades Económicas. La CNAE está diseñada para recopilar las actividades económicas que se llevan a cabo para poder clasificarlas y generar estadísticas nacionales. Esas actividades tienen adosadas un código CNAE que está formado por cuatro dígitos y que sirve como identificador de esa misma actividad.

Un aspecto importante de la CNAE es que es un instrumento informativo y estadístico y no tiene condiciones fiscales. Aun así, hay que tener en cuenta que desde hace 15 años todas las empresas están obligadas a ubicar este código en sus escrituras de constitución. También tienen que utilizarlo como identificador.

¿Cómo sé cuál es mi CNAE y en qué se

diferencia del IAE?

Para saber cuál es el CNAE tan solo hay que ingresar en la página oficial de la Seguridad Social en España. En ese espacio aparecerá la opción de consultar el CNAE.

Para acceder a esta sección hay que aportar el certificado digital o el DNI electrónico. También es necesario indicar el CIF de la empresa, que es un código alfanumérico de 9 dígitos que identifica a personas físicas y jurídicas. Dando estos datos será suficiente para desvelar el CNAE.

Respecto a la diferencia que hay entre CNAE e IAE recae en que el IAE es creado por la Agencia Tributaria para asociarlo al pago de impuestos. Además, se usa en la generación de tickets y facturas. También aparece en las declaraciones tributarias y se trata de un impuesto obligatorio que establece el tipo de actividad que realiza el empresario.