Las historias de startups lideradas por gente joven, que despegan desde un garaje, son abundantes. Sin embargo, cada vez más personas deciden lanzarse a emprender pasados los 40. Y es que en un mundo tan globalizado y donde podemos arrancar un negocio sin apenas capital, las opciones son de lo más interesante.

Emprender a los 40 no es una locura ni un salto al vacío: en la mayoría de los casos es una decisión consciente, madura y, por qué no decirlo, muy estratégica. Pero hay que conocer sus ventajas y desventajas para adaptarse.

Emprender a los 40: estas son las ventajas

Si has superado la línea de los 40 años, es posible que tengas barreras mentales tipo “ya soy mayor para empezar un negocio” o “no me tomarán en serio”. Nada más lejos de la realidad: emprender a los 40 es una excelente opción.

Tener más de 40 significa, en muchos casos, haber recorrido ya un buen trecho profesional. Eso se traduce en experiencia, contactos y una comprensión del mundo laboral mucho más clara. Si has estado trabajando, tienes una experiencia lo suficientemente amplia para saber qué funciona y que no. Y eso es una gran ventaja.

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Hablamos de una serie de soft skills muy buscadas en nuevas contrataciones: tener experiencia trabajando bajo presión, saber gestionar imprevistos y tener una visión más realista de lo que significa montar un negocio son grandes ventajas.

Un joven de 18 años que arranca un proyecto tendrá mucha ilusión y seguramente se esfuerce al máximo. Pero alguien que emprende con 40 años lo hace porque ve peligrar su futuro, o porque quiere un cambio de rumbo.

Tienes muy claro que el camino no será fácil, y tu resiliencia ante las adversidades es mucho mayor y tu capacidad de esfuerzo y sacrificio todavía más. Has pasado por crisis antes y sabes que, con cabeza y paciencia, se superan. Esa templanza marca la diferencia, y hay diferencias palpables en este aspecto.

Otro punto fuerte es el enfoque. A los 40 es más probable que tengas muy claro qué quieres y qué no. El tiempo se valora de otra manera y no estás para perder el tiempo. Quieres montar algo que tenga sentido, que te motive, que esté alineado con tus valores y que aporte valor real. Eso es una ventaja brutal frente a quienes emprenden por moda o porque "hay que intentarlo".

Y qué decir de tu red de contactos. Hablamos de un activo que no se construye en dos días. Si llevas veinte años trabajando, es muy probable que conozcas a personas importantes en distintos sectores, y eso es oro para un emprendedor. Te puede ayudar a la hora de encontrar socios, clientes, proveedores…

Emprender a los 40: estas son las desventajas

Emprender a los 40 también tiene sus retos. Para empezar, la energía no es la misma que a los 25. El cuerpo nota el cansancio antes, y las jornadas maratonianas pueden pasar factura.

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Y, si además tienes familia o responsabilidades personales, el tiempo y la energía disponibles son un bien escaso. Por otro lado está el miedo al fracaso. A los 40 puedes tener una hipoteca, hijos, compromisos financieros...

Otro punto delicado es la adaptación a nuevas tecnologías o formas de trabajo. Muchos sectores cambian a una velocidad vertiginosa y mantenerse al día exige un esfuerzo constante. Si llevas tiempo fuera del mercado o en un sector tradicional, el salto puede ser un shock. Especialmente en negocios relacionados con redes sociales o plataformas de contenidos como YouTube. Sin embargo, es tan simple como adaptarse a los nuevos tiempos y mentalizarte de cuáles son tus metas para luchar por ellas. Emprender a los 40 no es un error, es una oportunidad que debes aprovechar.

Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender las razones por las que es buena idea emprender a los 40 y cuáles son las ventajas y desventajas de hacerlo.

Y tú, ¿te animas a emprender a los 40?