En el entorno laboral se está negociando constantemente. Lo hacemos cuando queremos un aumento de sueldo, cuando acudimos a una entrevista de trabajo, cuando tratamos con un cliente, cuando se fija el precio con un proveedor, etc. Por ello, además de tener respuesta para las preguntas que puedan surgir, es muy importante saber cómo decirlo y cómo expresarlo correctamente gracias a la comunicación gestual para dirigir la negociación hacia donde nosotros deseemos.

Con la comunicación no verbal podemos reforzar el discurso o contradecirlo, mostrar una posición neutra ante las propuestas del otro interlocutor o, directamente, descartarlas. Puede que no seamos conscientes de todo lo que representan nuestros gestos, pero estos indican en voz alta todo lo pensamos en nuestro interior y que no llegamos a expresar verbalmente. Este material supone una información muy valiosa y, si quieres sacar ventaja de ella durante una negociación, lo mejor es que tengas siempre presente estas claves para dirigir un trato hacia donde tú quieras.

 

Una persona sentada frente a otra

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Pautas para sacarle el máximo provecho a la comunicación no verbal

Escuchar con atención

Cuando se está sentado, inclinar el cuerpo hacia delante y colocar las manos sobre la mesa transmite la idea de que se está escuchando con cautela todo cuanto nos dicen. Si nos encontramos de pie, la naturalidad y la relajación deben ayudarnos a no perder la compostura, que puede manifestarse al colocar los brazos cruzados (actitud defensiva) o sobre la cadera (indicando agresividad e impaciencia).

Mostrar acuerdo o desacuerdo

Dejarse caer sobre el respaldo del asiento en reiteradas ocasiones indica cierto desacuerdo y de pie se refleja cruzando los brazos. Si se acompaña con una mueca dudosa o con el ceño fruncido se reflejan las dudas de uno de los interlocutores, por lo que en este punto se deberían cuidar las palabras para que no suponga un desacuerdo frontal y definitivo.

Controlar el contacto visual

Establecer contacto visual con la otra persona o personas es esencial, ya que las miradas juegan un papel fundamental al demostrar interés, respeto, acuerdo o desacuerdo. Tampoco se debe abusar de esta acción, puesto que puede denotar las intenciones, la agresividad del discurso e incomodar a la otra parte. Por tanto, se debería establecer una conexión visual regularmente, mientras se evita esquivar la mirada, así como hablar sin fijarla en un punto concreto, ya que demuestra invención.

Evitar tics nerviosos

Cada persona es un mundo completamente distinto y por eso, precisamente, se deben controlar los tics o movimientos involuntarios. Tocarse la nariz puede significar que estemos mintiendo, que tengamos dudas o que rechacemos la propuesta que nos estén haciendo. Una muy común es separarse o aflojarse el cuello de la camisa y refleja decepción y tensión. Comerse las uñas indica un gran nerviosismo, entrelazar los dedos de las manos refleja la frustración del momento y balancear los pies denota aburrimiento.

Moderación

En definitiva, ser comedido es una forma sencilla de controlar la gesticulación de nuestro cuerpo. Así como saber cuándo se debe tomar la palabra y cuando no es importante, también lo es expresarse en su justa medida y siempre dependiendo de la situación, ya que nos ayudará a transmitir una buena sensación y a encauzar la negociación hacia donde nosotros deseemos.

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Y tú, ¿te fijarás mucho más en los gestos de tu interlocutor en las próximas negociaciones?