Los CFO externos son uno de los los principales actores en el modelo de negocio para ayudar a pequeñas y medianas empresas. Este perfil profesional otorga un servicio de grandes multinacionales ajustado al presupuesto de una pyme. De esta forma, se puede encontrar el apoyo y el asesoramiento que necesitamos para ganar solidez financiera. Es un hecho, y varios estudios lo avalan, que muchas empresas emergentes necesitan mejorar su desempeño financiero.
Muchos ni siquiera saben que pueden tener su propio CFO de una manera que sea rentable y se ajuste a la economía, ya que esos primeros momentos son esenciales para el crecimiento de la empresa. La planificación financiera y el asesoramiento pueden ser claves para ayudar a superar los primeros días y adaptarse a los desafíos del mercado. En España, solo el 43% de las empresas pueden sobrevivir en los primeros cinco años. Pero un 24% no lo logra.
La falta de control financiero es una de las principales razones, al perderse oportunidades estratégicas y no tomarse las decisiones correctas en el momento adecuado. Además, la falta de conocimiento sobre la capacidad de gestión y digitalización de las empresas hace que las pymes ya no sean competitivas y no puedan sobrevivir. Afortunadamente, tener un CFO externo puede proporcionarte herramientas esenciales para salir adelante.
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La labor y ayuda de un CFO externo
El CFO externo es un experto independiente que trabaja para optimizar las operaciones financieras de la empresa. Abreviatura de Chief Finantial Manager (Director Financiero), es responsable de toda la gestión financiera de la empresa. Como trabajador independiente, es normal trabajar a tiempo parcial, lo que ayuda a reducir los costes en una pyme.
Entre las características de la gig economy, facilita el acceso al talento. A veces es imposible tener un determinado nivel de profesionalidad en una plantilla, pero las fórmulas de freelance a tiempo parcial permiten obtener el mismo asesoramiento financiero que una gran empresa. Un plan que va desde la ejecución de la estrategia financiera de un mes hasta otras opciones más continuas, brindando acceso al conocimiento y la experiencia que de otro modo no sería posible.
Además, si el plan marcha según lo esperado, siempre se puede cambiar de un CFO externo a un empleado cuando la rentabilidad y la promoción estén garantizadas. Eso significará que la empresa ha logrado la tasa de crecimiento esperada.
Entre sus principales labores, un CFO nos puede ayudar con:
- Profundización en el nivel financiero de la compañía para un correcto uso de la información financiera.
- Cuadro de mandos con KPIs financieros para detectar posibles riesgos a los que se podría enfrentar la empresa o para la búsqueda de inversión.
- Definición de un roadmap financiero.
- Proyección a 1-3 años vista con Bussiness Plan (P&G, Balance, Flujo de caja…)
- Informe financiero y control presupuestario con un análisis de desviación del presupuesto o plan de negocios respecto a la realidad mes a mes.
- Supervisión de la contabilidad y análisis del balance.
- Análisis de rentabilidad y costes.
- Pool bancario y análisis de la deuda de la compañía.
En procesos de digitalización
Finalmente, un CFO externo es muy útil para los procesos de digitalización financiera, conectando automáticamente todos los puntos en una cadena y realizando el proceso de automatización de un sistema CRM en cuanto a las tareas financieras diarias, la generación de facturas o el pago de nóminas. Si te planteas el uso de un CFO externo para tu empresa, es posible que tu negocio pueda subir el escalón que estás necesitando.
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