Hay muchos motivos por los que hace falta firmar un contrato de confidencialidad para empleados, socios, inversores o colaboradores. Y es que, en determinados negocios es muy importante que se firme algún tipo de cláusula de confidencialidad ya que es la única forma de garantizar que ambas partes estén obligadas a no compartir determinada información con terceros.

Para ello, existe el contrato de confidencialidad, un acuerdo conocido como NDA, "Acuerdo de no divulgación" ( “Non-Disclosure Agreement” en inglés). ¿No sabes cuándo hacer un contrato de confidencialidad? Te explicamos todo lo que necesitas saber para resolver todas tus dudas y puedas usar esta herramienta cuando la necesites.

Qué es un contrato de confidencialidad

Cláusula de confidencialidad

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Un NDA es un contrato que incluye acuerdos de confidencialidad para proteger proyectos, productos, servicios o transacciones, personas o contraseñas por poner algún ejemplo. Incluso durante el proceso de contratación puede haber cláusulas de confidencialidad.

Por ejemplo, supongamos que un deportista famoso quiere hacerse un tratamiento de estética en tu negocio pero no quiere que nadie lo divulgue. En este caso se podría firmar un contrato de confidencialidad, o añadir una cláusula de confidencialidad dentro de las condiciones que se hayan pactado.

Te hemos puesto este ejemplo porque cualquier persona puede hacer un contrato de confidencialidad. También puedes tener un producto novedoso y te interesa saber la opinión de expertos en el sector por lo que les vas a enviar una muestra. Es perfectamente normal que en las condiciones del contrato de cesión se incluya una cláusula de confidencialidad.

De esta manera, un contrato de confidencialidad puede firmarse entre dos particulares, entre socios fundadores, entre una empresa y sus empleados… Vamos, que opciones no faltan.

Como te hemos dicho antes, debe quedar muy claro que un contrato de estas características sirve para proteger la información, ya sea de un cliente, servicio o producto. ¿Y qué pasa si el acuerdo no se cumple? Pues puede haber una amonestación económica, despidos o incluso un litigio legal.

Por ejemplo, si una empresa como Samsung ofrece su nuevo teléfono a un periodista para que lo analice antes de que salga al mercado, y publica la información antes de tiempo incumpliendo el contrato de confidencialidad, seguramente se enfrente a un serio proceso judicial.

Cuándo hacer un contrato de confidencialidad

proceso de contratacion

Hay muchas situaciones que desemboquen en la creación de un acuerdo de confidencialidad, pero la más habitual es proteger los datos de un negocio o una idea, para que no se use sin tu consentimiento. Ya te hemos puesto algún ejemplo, pero te dejamos las situaciones más habituales

  • Al compartir información financiera o estrategias con empleados o socios
  • Cuando se muestra un producto nuevo a inversores, expertos del sector o futuros clientes.
  • Cuando se presenta una idea de negocio o un producto innovador.
  • Al ofrecer información confidencial a trabajadores.

Es muy importante que, cuando hagas un contrato de estas características, debe aparecer de forma muy clara la cláusula de confidencialidad, o las cláusulas si hubiera varias, explicando con detalle el motivo de la misma. Con ello te evitas posibles problemas si consideran que no han incumplido el NDA.

De esta manera, la siguiente información no debe faltar en ningún contrato de confidencialidad:

  • Información de la empresa que se está protegiendo.
  • Duración del acuerdo, ya que los contratos de confidencialidad suelen tener una duración limitada, ya sean varios años meses o el tiempo que esté un trabajador en tu empresa.
  • Penalización en el caso de incumplir una cláusula de confidencialidad. Ten en cuenta que nunca puede ir en contra de lo estipulado por la ley.
  • De todas formas, en este tipo de acuerdos te recomendamos consultar con un profesional para que te ayude a crear un contrato de confidencialidad sin fisuras. Te ahorrarás futuros dolores de cabeza.

Tipos de contratos de confidencialidad

Mano firmando en papel

Decir que hay dos tipos de contratos de confidencialidad: mutuos y no mutuos. Un acuerdo no mutuo se usa cuando es una de las dos partes la que tiene información que desea proteger. Un ejemplo muy habitual consiste en añadir una cláusula de confidencialidad cuando se contrata a un empleado.

En el caso del contrato de confidencialidad mutuo, ambas partes tienen información que quieren proteger. Por ejemplo, dos empresas que están colaborando entre sí por el motivo que sea.

Por último, te invitamos a que revises este enlace para que sepas cómo es un contrato de confidencialidad con diferentes ejemplos para que tengas todo más claro.

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