Los comienzos siempre son difíciles. Ninguna de las grandes compañías ha comenzado en lo más alto. Siempre ha habido un garaje, una cafetería, un espacio coworking y, más recientemente, una incubadora o aceleradora que apostase por sus ideas.

Este tipo de instituciones tienen como principal objetivo ayudar a las startups tecnológicas a dar sus primeros pasos para aumentar sus posibilidades de sobrevivir dentro del complicado panorama empresarial.

¿Qué características tiene una aceleradora de startups?

En la mayoría de las ocasiones, los emprendedores no cuentan con el suficiente apoyo o formación para darle salida a sus ideas. Es en este punto cuando muchos se plantean recurrir a incubadoras o aceleradoras de startups.

A pesar de que comparte muchas similitudes con una incubadora, se diferencia de ella en que solo invierten en aquellas compañías que ya están en desarrollo y en que no tienen por qué contar con un espacio físico para su fase inicial.

Según un estudio de Paul Miller y Kirsten Bound sobre el aumento de los programas de aceleración para apoyar nuevas empresas de tecnología, encontramos cinco claves:

  • El proceso de solicitud está abierto a todos, pero es altamente competitivo.
  • Hay una provisión de inversión para la compañía, generalmente a cambio de capital o acciones de la empresa. Es decir, compartir los beneficios que esta genere.
  • Se enfocan en equipos pequeños y no en fundadores individuales.
  • Un apoyo limitado de tiempo que comprende eventos programados y una mentoría intensiva.
  • Los seleccionados se distribuyen en grupos fijados en dicho período de tiempo (clases).

café en una mesa de trabajo

La selección de estas pequeñas compañías es muy exhaustiva, ya que ponen a su disposición un apoyo de mentoría fundamental para los emprendedores:

  • En el financiero y legal, y en el provisionamiento de fondos.
  • Y en uno más centrado en la propia startup, en el capital humano, con formación sobre las ventas, el marketing o las estrategias de precios.

De esta forma se resuelven dos problemas que podrían dar al traste con la compañía desembocando en el cierre de la startup:

  • El primero es la falta de conocimiento y experiencia en el mercado objetivo.
  • El segundo es la insuficiencia de medios disponibles, sobre todo de capital para afrontar los gastos venideros.

Un buen ejemplo es la aceleradora estadounidense Y Combinator, que pone todos los años 120.000 dólares a disposición de nuevas ideas prometedoras. Entre sus fundaciones se encuentran los casos de empresas como Reedit, Twitch, Dropbox o Aibnb.

¿Qué debe tener un buen programa de aceleración de startups?

Las evidencias de todos los casos de éxito sugieren que estos programas tienen un impacto positivo en los fundadores, ayudándoles a aprender rápidamente, a crear poderosas redes de contactos y a convertirse en mejores empresarios.

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Pero debemos tener en cuenta que no porque una aceleradora sea grande nos garantizará el éxito. Es preferible recurrir a una que esté especializada en el sector de nuestra pequeña compañía.

Si se combina la calidad de los mentores, con la marca o reputación del programa, y con las oportunidades de netwoking, estaremos ante un buen espacio en el que se fortalecerán nuestras ideas.

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Y tú, ¿recurrirías a una aceleradora de startups?