Tener una empresa o ser tu propio jefe, no significa que no hay que rendir cuentas a nadie. Lejos de la creencia popular, en ocasiones, rendir cuentas a uno mismo puede ser más estresante que hacerlo ante un supervisor. Como en todo lo relacionado con las empresas, todo dependerá de la gestión del proyecto y cómo hagamos las cosas. Por ese motivo, ser nuestro propio jefe, aunque es la el día a día de muchas personas y la aspiración de muchas otras, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Cuando vamos a emprender un negocio o queremos montar una empresa, debemos tener claro que la máxima exigencia debe recaer sobre nosotros mismos. Somos el pilar fundamental y aunque estemos rodeados de excelentes profesionales, toda la responsabilidad final ( los buenos y malos resultados) será nuestra. Solo este hecho es una presión suficientemente grande y está claro que no todo el mundo es igualmente válido para ser su propio jefe. Además no todo el mundo prefiere esta opción, aunque pueda estar dentro de sus posibilidades y aptitudes.
Lo que tenemos que tener claro es que tomar esta decisión es importante, ya que seremos nuestro propio jefe y la exigencia y profesionalidad deben ser nuestro mayor entandarte. Hay varias ventajas e inconvenientes claras que por lo general, inclinan la balanza hacia lo positivo, pero hay que tenerlas claras antes de embarcarnos en una aventura cuyo compromiso no vamos a poder mantener. Todo lo demás, habrá sido una pérdida de tiempo y muy posiblemente, de dinero.
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Ventajas de ser tu propio jefe
En este sentido, la mayoría de las personas parecen tener claras las ventajas de no tener que rendir cuentas a un superior. Pero es indudable que ser tu propio jefe tiene muchas ventajas que trabajando por cuenta ajena no se pueden alcanzar. Eso no significa que no haya excepciones en el enorme mundo laboral que nos rodea, pero en general, las personas que dan el paso buscan las siguientes ventajas:
El horario lo marcas tú
Este es uno de los aspectos más importantes. No estamos atados a un sistema de fichaje o un responsable que esté atento a nuestra entrada y salida. Pero ojo, eso no significa que no debamos ser consecuentes con los horarios y tener claro el horario general para adaptarnos al resto del equipo. No obstante, salir y entrar por la puerta de la oficina a nuestro antojo es una sensación de libertad que muchos ven como una de las grandes ventajas de ser tu propio jefe.
Solvencia económica
Si las cosas van bien, puedes ser el gran beneficiado. No en vano, estás en la cúspide de la responsabilidad y esto se traduce en grande ventajas cuando se reportan buenos resultados. ¿El jefe tiene el mejor coche? Generalmente sí pero no tiene porque ser así. Aquí tampoco hay una norma escrita y todo dependerá de cada persona. No obstante, las ventajas de haber emprendido y haber recorrido el camino, puede tener como resultado una solvencia económica interesante, o algo menos, ese es el objetivo de muchas personas.
El relacional en la mochila
Este es uno de los puntos más interesantes para muchas personas. Ser tu propio jefe te puede permitir crear un relacional interesante debido a tu posición. Esto te permitirá conocer personas y otros profesionales en el ámbito de las empresas que irán conformando una interesante agenda personal. Engordar la agenda de contactos es siempre una gran opción, por lo que estamos sin duda ante otra de las grandes ventajas.
Enriquecimiento personal
Para muchos emprendedores, el mayor chute de energía y motivo principal para ser su propio jefe es el enriquecimiento personal. Estamos hablando de labrar una carrera laboral desde cero e intentar lograr el éxito. Por el camino conoceremos personas y necesitaremos la ayuda de los primeros empleados. Por lo general, todas las personas que emprenden un proyecto tienen claro que lo que más les llena es trabajar en lo que ellos han pensado, no en lo que otros pensaron para ellos.
Desventajas de ser tu propio jefe
El responsable final de todo
Hay que tener claro que el responsable final de todo lo que ocurre en el negocio es nuestra. Malos resultados, mala coordinación, contratar a los profesionales equivocados, no llegar a los objetivos… Los resultados en definitiva, buenos y malos, son responsabilidad final del jefe, es decir, nuestra. Este es un peso suficientemente grande como para que no todas las personas quieran o puedan soportarlo.
La inversión es tuya
Así como hemos visto que los beneficios finales pueden ser muy ventajosos, la inversión y el esfuerzo inicial es nuestra. El ahogo económico suele ser algo habitual en los inicios de cualquier empresa. Saber reinvertir los beneficios y tener los pies en la tierra pueden ser
No tienes horario (¿pero eso no era bueno?)
Está claro que tal y como hemos visto anteriormente, el no tener horario puede ser una ventaja, también se torna en inconveniente. Esto significa que mientras muchos empleados pueden tener un horario fijo y debe respetarse, cuando eres tu propio jefe puede significar más horas de la cuenta delante del ordenador, en reuniones, al teléfono y más…
Hay que tenerlo muy claro
Por tanto, para consolidar una empresa, debemos asumir muchas responsabilidades diferentes. En este sentido, cuando decidamos dar este paso, tendremos que ser muy disciplinados, comprometidos y tener confianza en nuestras habilidades. Por tanto, es fundamental estar al tanto de forma regular, y en las primeras etapas del negocio, buscando asesoramiento y expertos que nos indiquen las realidades del negocio, para que saber a lo que nos podremos enfrentar antes de arrancar.
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