Los acreedores son personas físicas o jurídicas que prestan un dinero a un particular o a una entidad a cambio de recibir un pago por su adelanto. En el lado opuesto al acreedor se encuentra el deudor, que es quien tiene que asumir la deuda por haber recibido ese adelanto.
Deudores y acreedores son dos figuras esenciales e imprescindibles en este tipo de intercambios. Además, por lo general, los acreedores suelen ser bancos e instituciones financieras.
Acreedores y proveedores: ¿Cuál es la diferencia y cómo afectan tus finanzas?
En el ámbito de la economía y de la empresa se suelen establecer diferencias entre proveedores y acreedores, que son dos actores necesarios para la marcha de muchas entidades. Los proveedores son compañías físicas o jurídicas a las que las empresas les compran una serie de productos que son necesarios para que puedan realizar su labor profesional.
Esto hace que proveedores y acreedores no compartan ningún punto en común, salvo que en ese proceso en el que se produce el intercambio haya una breve etapa en la que la empresa que adquiere ese bien, decida abonar su precio correspondiente pasado un tiempo determinado. Durante ese tiempo el proveedor actuaría como acreedor de esa empresa.
En este sentido también destaca que la ley obliga a las empresas a presentar facturas separadas a proveedores y acreedores. Ambas figuras tienen una importancia destacada y deben aparecer en los registros de contabilidad de cualquier compañía.
Otra figura que también tiene un papel importante en los ámbitos contables de las empresas es la de los acreedores por prestación de servicios. Este término se emplea para hacer referencia a las deudas que se tienen con empresas o con particulares que suministran a las empresas los productos necesarios para que puedan desarrollar su actividad, pero que no son proveedores habituales, y, por lo tanto, no tienen esta condición.
¿Qué son los acreedores y cómo afectan el balance de tu negocio?
Los acreedores tienen la condición de ser una entidad que aporta un determinado artículo a cambio de recibir una contraprestación. Esto provoca que tengan cierta influencia en el balance general de una empresa.
Cuando una compañía debe una cantidad a sus acreedores y esa deuda se prolonga en el tiempo, el pasivo de esa compañía va en aumento. Como consecuencia de ello, su solvencia y su valor financiero queda resentido. Pero si la gestión del pago a los acreedores es correcta y se basa en el establecimiento de planes de pago que posteriormente se cumplen, la reputación de esa compañía será muy positiva.