Conforme va pasando el tiempo, cada vez se demuestra con mayor firmeza que las condiciones del entorno laboral afectan de forma directa a la productividad. Hoy en día se tienen en cuenta infinidad de detalles como el color y disposición del mobiliario, su diseño y, muy en especial, la iluminación del puesto de trabajo.
Normalmente solemos pasar la mayor parte de nuestro tiempo en lugares cubiertos, por ello, la luz influye mucho más de lo que piensas en el rendimiento de los empleados. Si quieres saber cómo aplicarla adecuadamente hoy te damos las mejores indicaciones para que saques su máximo provecho.
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Adaptabilidad
Un trabajador feliz es productivo. No hay nada mejor que hacerle sentir cómodo en su puesto de trabajo para que aporte lo mejor de sí mismo. Existen diferentes tipos de luces que, en función de la actividad a realizar, así como su duración, harán que la productividad sea mayor.
Si por ejemplo la productividad de tu negocio es en una oficina, una buena elección sería una luz general en la que exista homogeneidad en todas las zonas de la sala. O, si en cambio, tu negocio está especializado en fabricar algún producto de forma artesanal, lo mejor es aplicar luz focalizada para que el punto de atención y la visibilidad estén centrados en la actividad a realizar. De esta forma, no se pierde ningún detalle.
Mejoras físicas y psíquicas
Otro aspecto en el que la iluminación juega un papel importante, y que, en consecuencia, afecta a la productividad, ese el estado de ánimo y salud física.
Lo más importante es aprovechar lo máximo posible la luz natural. Esta además de ser una fuente natural de vitamina D está considerada como un antidepresivo. Aporta innumerables beneficios, como la reducción de la tensión ocular y la disminución de la ansiedad.
No hay nada mejor que establecer los puestos de trabajo lo más cerca posible de una ventana. Todo ello trae consigo una sensación de mayor relajación y comodidad que se traduce en un mejor rendimiento y productividad en el puesto de trabajo.
Apuesta por las bombillas LED
Sin duda alguna, se trata de la mejor opción a implementar en cualquier empresa. Estas bombillas, además de reducir considerablemente los costes por su consumo responsable, suponen un menor impacto sobre el medio ambiente ya que no contienen sustancias químicas que causen contaminación.
Por otro lado, este tipo de iluminación no daña la piel del empleado (al no ser ni ultravioleta ni infrarroja) y, además, evita el cansancio visual.
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Y tú, ¿qué tipo de iluminación crees que se adaptaría mejor a tu negocio?
