Ver, querer, comprar. La inmediatez con la que los procesos de compraventa han evolucionado ha dejado muchos ejemplos de cómo los deseos humanos son satisfechos de manera cada vez más rápida y eficaz.
El último ejemplo nos llega de la compañía china de comercio electrónico Alibaba y promete marcar un hito histórico: la venta de coches a través de una 'máquina expendedora'.
Sí, como suena. ¿Por qué esperar para adquirir un vehículo que nos ha gustado? ¿por qué no probarlo y, si nos gusta, 'llevárnoslo puesto'? El gigante chino tiene claras las necesidades de sus consumidores y ha anunciado un sistema de 'vending' que prevé poder efectuar la venta de coches sin necesidad de intermediarios y de manera automática.
Los dos primeros puntos de venta, que arrancarán según lo anunciado este mismo mes de enero, estarán situados en las ciudades de Nanjing y Singapur y su diseño sigue un curioso patrón felino.
Cómo funciona esta máquina de 'vending'
El modo de adquirir el modelo que más te guste sigue un sencillo proceso. Supongamos que vamos dando un paseo por la calle y vemos un vehículo que nos gusta. Tras descargar una aplicación propia de la compañía, haremos una foto del vehículo y buscaremos su disponibilidad en la tienda.
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¿Ha habido suerte? Pues el siguiente paso es solicitar una reserva para probarlo. Una vez elegido el color y características, la app nos pedirá que nos hagamos un selfie e introduzcamos nuestra información personal -cabe destacar que para acceder a este servicio el cliente debe tener ciertas características, como una alta valoración crediticia-.
Cuando acudamos a nuestra cita, un sistema tecnológico comparará la información proporcionada en la imagen con nuestro rostro y, si no hemos 'hecho trampa', la máquina nos proporcionará el vehículo para ser usado de prueba durante tres días.
Este ingenioso dispensador también cuenta con algunas limitaciones, ya que los usuarios solo podrán realizar una prueba por modelo y, aunque nos dejará repetir el mismo proceso con otros vehículos, solo se podrán testar un máximo de cinco cada dos meses.
Como cabría esperar, el proceso de compra se finaliza a través de la propia aplicación y, si no queda satisfecho, Alibaba le devuelve su dinero.
Aunque pueda parecer un sistema futurista al que el consumidor actual no está preparado, la compañía tiene en mente expandir la implantación de estos establecimientos por toda China a lo largo de este 2018.
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