Dirigir cualquier tipo de negocio implica tomar decisiones, para lo cual existen todo tipo de estrategias que te pueden ayudar. Sin embargo, hay un factor silencioso que condiciona cada una de nuestras decisiones: los pensamientos automáticos. Descubre en este post qué son, cómo influyen en la toma de decisiones y cómo evitarlos.
¿Qué son los pensamientos automáticos?
Se trata de esas ideas que surgen en nuestra mente de manera inmediata, sin que las hayamos buscado o razonado de forma deliberada. En realidad pueden asaltar a cualquiera, pero para quienes emprenden pueden marcar la diferencia entre avanzar con confianza o quedarse bloqueado por la duda.

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Son respuestas mentales casi reflejas que aparecen en situaciones cotidianas: cuando alguien te hace una crítica, cuando piensas en un nuevo proyecto o cuando recuerdas un error del pasado. No son pensamientos que "generemos", simplemente emergen y nos influyen.
Muchos expertos en psicología cognitiva explican que estos pensamientos se forman a lo largo de nuestra vida a partir de experiencias, aprendizajes y creencias. Si creciste en un entorno donde se valoraba el esfuerzo y la autonomía, es probable que tus pensamientos automáticos te empujen hacia la acción y el optimismo. En cambio, si viviste experiencias donde predominaba la crítica o el miedo al fracaso, puede que aparezcan para frenarte.
Por suerte, aunque son espontáneos, estos pensamientos automáticos negativos no son inevitables. Podemos aprender a reconocerlos, cuestionarlos y reemplazarlos. Aunque, para ello, primero hay que aceptarlos como parte natural de nuestra cognición.
¿Por qué es importante evitar los pensamientos automáticos?
¿Cuántas veces has tenido una idea brillante y al instante aparece en tu cabeza una voz que te dice: "Esto no va a funcionar", "No estás preparado", "Seguro que alguien lo hace mejor que tú"? Ese diálogo interno condiciona tus decisiones mucho más de lo que te imaginas y está relacionado con el síndrome del impostor.

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Muchos proyectos no nacen o mueren demasiado pronto no por falta de recursos, sino porque el propio emprendedor se dejó arrastrar por sus pensamientos automáticos negativos.
Esto no significa que haya que eliminar todo pensamiento crítico. La cautela también es útil en los negocios. El problema sí que hay que abordarlo cuando la balanza se inclina en exceso hacia lo negativo y no dejamos espacio a la posibilidad de intentarlo, de equivocarse y aprender.
Un pensamiento automático negativo repetido muchas veces acaba convirtiéndose en una creencia limitante que bloquea tu crecimiento: un emprendedor que vive atrapado en pensamientos automáticos negativos tenderá a tomar decisiones defensivas, apostando siempre por lo seguro y evitando el cambio. Esto puede proteger en el corto plazo, pero limita enormemente la capacidad de innovar.
Sin embargo, aprender a detectar esos pensamientos y dejarse arrastrar por ellos puede llevar a analizar los riesgos con mayor objetividad y abrirse a caminos más creativos.
¿Cómo evitarlos? Te recomendamos leer nuestros posts sobre la resiliencia al emprender, la automotivación en el trabajo y las técnicas mindfulness con las que incorporar poco a poco estrategias de grounding que te ayudarán a reconectar con el presente y el foco.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender qué son los pensamientos automáticos negativos y cómo influyen en la toma de decisiones.