El momento de la rentabilidad es algo que toda empresa espera alcanzar. No importa que seas autónomo, pyme o una gran corporación. El futuro de cualquier negocio se basa en la rentabilidad sin la cual será difícil la subsistencia a largo plazo.
Las estrategias de previsión están pensadas para calcular cuándo será posible que una empresa sea rentable. Para ello se utilizan algunos conceptos clave para las empresas como el llamado umbral de rentabilidad. Este concepto nos ayuda a determinar si una empresa tendrá beneficios o no.
Que una empresa sea rentable o no va a depender de muchos factores. Pero ante la sorpresa inesperada de encontrar o no beneficios, siempre se puede calcular el umbral de rentabilidad. Vamos a ver cómo calcularlo para que lo tengas presente en tu negocio desde ahora.
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La rentabilidad de las empresas
La rentabilidad es un factor crítico para el éxito empresarial. Se define como la capacidad de una empresa o negocio para generar ventas y beneficios. Está relacionada con la eficacia de la dirección para crear productos a un precio que cubra el coste de las operaciones, incluidos los gastos generales.
Estos incluyen todos los costes relacionados con el funcionamiento de la empresa, como el alquiler y los servicios públicos de las instalaciones propiedad de la empresa, los salarios pagados a los empleados y otros costes indirectos en los que se incurre como parte de la actividad empresarial en general. En definitiva: si las empresas no son rentables no podrán crecer, expandirse o contratar más empleados.
El umbral de rentabilidad
Cuanto más se venda mejor. Es algo básico, pero un alto volumen de ventas no tiene por qué estar asociado a una amplia rentabilidad. Y ese es precisamente el problema de muchas empresas. Hay que tener claro lo que se necesita vender para tener una rentabilidad clara. En los negocios de prestaciones de servicios, por ejemplo una agencia de marketing digital, se deben sumar los gastos mediales y fijarse cuando los ingresos los superen. Esa diferencia será el margen de beneficio.
Pero en la mayor parte de negocios se deben tener en cuenta otros factores:
- Gastos fijos: se repiten de forma periódica, independientemente de si se vende más o menos.
- Gastos variables: son el precio de compra o de producción de los productos vendidos. Fluctúan en función de las unidades vendidas.
Es precisamente en este tipo de negocios donde es importante aplicar el umbral de rentabilidad. Se trata de la línea o frontera marcada para tener claro el nivel de ventas necesarias para cubrir tanto los gastos fijos como los variables y por tanto, obtener beneficios y ser rentables.
Cómo se calcula el umbral de rentabilidad
Primero se tiene que determinar el margen de beneficio neto medio. Para ello, hay que sumar todos sus gastos mensuales durante un periodo de tiempo determinado y dividirlo entre los ingresos totales del mismo periodo. El resultado será su margen de beneficio neto medio.
No obstante, la mejor forma de verlo es con un ejemplo práctico. Una empresa que vende adaptadores de enchufe tiene 2000 euros de gastos mensuales fijos y 0,20 euros de gastos variable por cada adaptador vendido. Si cada unidad la vende a 1,30 euros, el umbral de rentabilidad = 2000 / (1,30 – 0,20)
La cifra que obtenemos es 1818, lo que quiere decir que debe vender 1818 adaptadores para obtener cero beneficios y cero pérdidas. Todo lo que se venda por encima de esa cantidad empezará a generar beneficios.
No obstante las empresas cuentan con otras variables, tipos de producto, etc. que suelen hacer algo más complejo el cálculo.
Como con cualquier otro aspecto de nuestra empresa, aquello que no se puede medir no se puede gestionar. Llegado el momento, sabremos si una inversión tiene sentido o no. Es importante recordar que el umbral de rentabilidad es una herramienta increíblemente útil para entender un negocio y las posibilidades que ofrece.
En MÁSMÓVIL Negocios esperamos haberte ayudado una vez más. Y es que a veces se emprende un negocio dando por hecho algunos datos que luego no resultan ser tales. Por ese motivo, el umbral de rentabilidad debería estar sobre la mesa desde el primer día, con el fin de trabajar con una perspectiva realista.