La relación con los clientes es una parte fundamental en el funcionamiento de los negocios. Pero también lo es conocer el contexto legislativo en que nos ubicamos ya que todos los clientes están amparados por ciertos derechos que los protegen. Uno de ellos es el derecho de desistimiento, que debes conocer a fondo para saber cómo proceder si es necesario.
Nuestros clientes deben sentirse cómodos con nuestros productos o servicios. Pero también deben tener la seguridad de que sus derechos se verán totalmente respetados y podrán ejercerlos cuando lo necesiten. Todo consumidor puede cumplimentar una reclamación de manera oficial ante los organismos de consumo o ejercer el derecho de desistimiento, lo cual debemos tener siempre en cuenta.
También te puede interesar: Cómo crear un buen protocolo de atención al cliente
¿Qué es el derecho de desistimiento?
El derecho de desistimiento en España es la prerrogativa de cancelar un contrato de compra de bienes o servicios en un plazo determinado, y sin tener que dar explicaciones. Este derecho está regulado en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y se aplica tanto a compras en comercios físicos como online.
Para las empresas, el derecho de desistimiento puede ser un inconveniente ya que deben aceptar la devolución del producto y reembolsar el dinero. Sin embargo, este derecho también puede ser beneficioso, ya que puede aumentar la confianza del consumidor en la empresa y, por lo tanto, aumentar las ventas e incluso producirse una fidelización.
Para los clientes, el derecho de desistimiento es una garantía de que pueden comprar un producto o servicio sin preocuparse por la calidad o si realmente lo necesitan. Si el producto o servicio no cumple con sus expectativas, pueden devolverlo y recuperar su dinero. Además, el derecho de desistimiento también les permite tener tiempo para reflexionar sobre la compra antes de tomar una decisión definitiva.
Un ejemplo de aplicación del derecho de desistimiento podría ser el de un cliente que compra una televisión en una tienda online. Después de recibirla, se da cuenta de que no funciona correctamente y decide ejercer su derecho de desistimiento y devolver el producto. Así, la tienda procede a reembolsar el dinero.
Otro ejemplo es el de una contratación de servicios: un cliente que contrata servicios de una empresa de limpieza para que limpie su hogar. Después de la primera visita, se da cuenta de que la calidad del servicio no es la esperada y decide ejercer su derecho de desistimiento para cancelar el contrato.
Cómo ejercer el derecho de desistimiento
En general, este plazo es de 14 días naturales a partir del momento en que el consumidor recibe el producto o servicio. Para ejercer el derecho de desistimiento, el consumidor debe notificar a la empresa su intención de cancelar el contrato dentro del plazo establecido. La empresa tiene la obligación de aceptar la devolución del producto y reembolsar el dinero al consumidor en un plazo máximo de 14 días a partir del momento en que se notifica la cancelación.
Es importante destacar que el derecho de desistimiento no se aplica a todos los contratos de compra, como por ejemplo, aquellos relacionados con la prestación de servicios cuya ejecución ha comenzado con el consentimiento del consumidor antes de que finalice el plazo de desistimiento.
Precisamente las compras online y el mundo conectado en el que vivimos han propiciado algunos cambios en esta ley que protege a los consumidores. Por ejemplo, en caso de que el empresario no facilite al consumidor información sobre este derecho, el plazo para desistir del contrato se ampliará hasta doce meses después de la fecha de expiración del periodo inicial.
La ley también obliga al empresario a ofrecer al consumidor y usuario la opción de cumplimentar el formulario de desistimiento en línea, en cuyo caso deberá proporcionar sin demora indebida un acuse de recibo, por ejemplo, por correo electrónico.
En MÁSMÓVIL Negocios esperamos haberte ayudado una vez más. Como verás, el derecho de desistimiento es un derecho reconocido en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Atender las necesidades de los clientes en este sentido hará que nuestro negocio gane en reputación y potencie su imagen de responsabilidad.