Vivimos en una época donde cada detalle cuenta, y tu negocio no puede permitirse poner precios al azar. El arte de las estrategias de pricing se ha convertido en un pilar para cualquier empresa, y hoy vamos a hablarte del neuropricing.
Como seguramente sabrás, el precio de un producto o servicio influye en tu margen de beneficio, pero también moldea la percepción del cliente, activa procesos mentales y lo más importante, puede ser el factor decisivo entre una venta o una oportunidad perdida.
Aquí es donde entra en juego el neuropricing: una disciplina que combina neurociencia y psicología del consumidor para fijar precios de forma más inteligente y persuasiva.
¿Qué es el neuropricing?
En muchos casos, no es el precio más bajo el que más vende. De hecho, los precios más efectivos suelen estar estratégicamente pensados para disparar ciertas emociones, activar sesgos cognitivos y reforzar decisiones de compra que parecen racionales, pero que en realidad se toman en milisegundos, a nivel subconsciente.

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Un buen ejemplo lo tenemos en Apple, una firma cuya familia de productos tiene unos precios inflados, pero es uno de los fabricantes que más vende a nivel mundial. Así funciona el cerebro humano, y es ahí donde el neuropricing pone el foco.
El neuropricing es la aplicación de conocimientos de neurociencia y comportamiento humano al diseño de precios y busca saber cuánto está dispuesto a pagar el cliente, además de entender cómo su cerebro reacciona ante diferentes formatos y estructuras de precio.
Esta disciplina del marketing estudia cómo percibe el consumidor un precio, qué partes del cerebro se activan ante una cifra, cómo influye el entorno en la percepción del valor y qué patrones mentales se pueden aprovechar para orientar la decisión de compra.
Un ejemplo es el siguiente: ¿por qué un producto que cuesta 49,99 € puede vender mucho más que uno que cuesta 50 €, aunque la diferencia real sea mínima? La razón es que el cerebro no evalúa el precio de forma matemática, sino emocional, incluso cuando la diferencia no supera un céntimo.
Este tipo de datos no se obtienen únicamente con encuestas o estudios de mercado tradicionales. A diferencia de otras estrategias, el neuropricing utiliza herramientas como resonancia magnética funcional, seguimiento ocular y análisis biométrico para comprender qué ocurre en la mente del consumidor en el momento de enfrentarse a un precio. Gracias a esto, puedes diseñar estrategias de precio que conecten con el cerebro de tu cliente, en lugar de simplemente competir en costes.
Cómo poner precios con una estrategia de neuropricing
Si estás pensando en aplicar el neuropricing a tu negocio, lo primero que debes entender es que no hay un precio único que funcione para todo el mundo. Pero sí existen principios comunes que puedes aplicar para maximizar el impacto de tus precios.

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Si tienes presupuesto, te recomendamos apostar por una empresa especializada en neuropricing, como Neurensics. Pero tambien puedes utilizar estos recursos generales para aplicar una estrategia neuropricing en tu negocio.
Empieza por el anclaje mental. El cerebro necesita referencias: si vendes un producto por 100 euros, pero al lado muestras otro similar por 180 euros, el primero parecerá más razonable. Este efecto se llama anclaje, y consiste en ofrecer una opción más cara para que la opción intermedia se perciba como la más inteligente. Es algo que puedes usar en tus tarifas, en la estructura de tus planes o incluso en promociones.
Otra técnica efectiva es el uso de números impares y precios psicológicos. Los precios que terminan en 9 o en cifras redondeadas ligeramente por debajo de la barrera mental (como 19,90 € en lugar de 20 €) siguen funcionando, aunque muchos crean que están pasados de moda. Este tipo de precios estimulan menos el área del cerebro asociada al dolor de pagar: el cerebro trata de evitar ese dolor interpretando los precios de forma emocional.
La estructura visual también importa. Los estudios de neuropricing han demostrado que el tamaño, el color y la posición del precio en una página afectan directamente a la percepción del valor. Un precio más pequeño en tamaño de fuente, por ejemplo, se percibe como más barato, incluso si el número es el mismo.
Por último, si colocas el precio justo al lado del beneficio principal del producto también puedes reducir la fricción de compra. Sin duda, esta estrategia es casi obligada en una landing page.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a comprender qué es el neuropricing y cómo aplicar esta estrategia para aumentar los beneficios en tu negocio.